Una antología reivindica a Antonio Gala como gran poeta de la Generación del 50 y recupera trece textos inéditos

Fuente: https://www.abc.es/sevilla/cultura/antologia-reivindica-figura-antonio-gala-gran-poeta-20250330132915-nts.html

La Fundación Lara publica el libro 'Cantaré mañana todavía. Antología poética (1949-2005)'


La trayectoria literaria de Antonio Gala (Brazatortas, Ciudad Real, 1930-Córdoba, 2023) se ha asociado tradicionalmente a géneros en los que alcanzó un gran éxito, como el teatro, la novela o el ensayo. Sin embargo, su labor como poeta ha sido relegada a un segundo plano a pesar de que en 1959 lograra ser finalista del prestigioso Premio Adonáis con su primer poemario, 'Enemigo íntimo', o de que en 1997 su libro 'Poemas de amor' se convirtiera en un auténtico bestseller. Conscientes de la importancia de la producción poética de este autor, Luis Cárdenas García y Pedro J. Plaza González han preparado la edición de 'Cantaré mañana todavía. Antología poética (1949-2005)', que ha sido publicada por la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara y que reúne sus mejores versos publicados en libros, revistas, catálogos, etc. Además, se presentan por primera vez trece poemas que eran inéditos hasta la fecha.
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Una de las personas que mejor conocieron a Antonio Gala es Luis Cárdenas García, que fue secretario del escritor desde 1992 hasta su muerte, además de ser patrono de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores. Con esta nueva antología, ya ha publicado tres libros de Antonio Gala en colaboración con el filólogo Pedro J. Plaza González, que fue residente de la Fundación Gala y que en 2023 publicó su tesis doctoral sobre este escritor: 'Tradición y modernidad en la poesía de Antonio Gala'. De este modo, ambos están detrás de la edición de 'Poemas de lo irremediable' (2023), libro que reunía versos inéditos de juventud que el poeta escribió entre 1947 a 1952. Al año siguiente publicaron 'La Andalucía de Gala', obra que compilaba textos que hacían alusión a cómo veía Antonio Gala Andalucía desde distintos puntos de vista a través de sus ensayos, de sus novelas o de sus artículos periodísticos publicados en columnas como 'La tronera'.
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Confiesa Luis Cárdenas que «como secretario personal que he sido de Antonio Gala durante tantos años tenía carpetas con mucho material inédito, además de textos que estaban guardados en el ordenador». Asimismo, añade que «como Pedro J. Plaza y yo formamos un gran tándem, decidimos publicar una antología que hiciera justicia a la producción poética de Antonio Gala».
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Por su parte, Pedro J. Plaza destaca la importancia de la publicación de esta antología para «reivindicar que, ante todo, era un poeta y para presentar a Gala a los lectores del siglo XXI, porque después de 'Poemas de amor' (1997), el último libro de poesía que publicó fue 'El poema de Tobías desangelado' (2005), que defino como lírica de viajes porque cada poema tiene el nombre del lugar del mundo donde fue escrito». En ese sentido, añade que el autor de 'El manuscrito carmesí' «había tenido la etiqueta de poeta comercial por haber publicado con Planeta, por eso quisimos sacar este libro con la Fundación Lara, cuya colección Vandalia es una de las principales colecciones de poesía que existen en España». Para este filólogo malagueño, pese a que 'Poemas de amor' vendió miles de ejemplares, con ese libro «la gente no estaba comprando la poesía de Antonio Gala, sino la marca Antonio Gala. Queríamos quitar pues esa pátina de súper ventas y volver a recuperar esa poesía y ganar también a nuevos lectores».
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Pertenencia a la Generación del 50
Un aspecto esencial que reivindica esta antología que acaba de aparecer es la pertenencia de Antonio Gala a la Generación del 50. Sobre este asunto, Pedro J. Plaza dice que el escritor cordobés «había ocupado hasta ahora un puesto desconocido dentro de la Generación del 50» y aclara igualmente que «muchos dudaban de que perteneciera a esa generación, pero por año de nacimiento y por año de publicación, encaja perfectamente con los autores de la Generación del 50, ya que publicó a partir de 1960 igual que estos». Asimismo, este experto en el autor de 'La pasión turca' dice que Gala «fue el benjamín del grupo Cántico porque era más joven que otros poetas como Pablo García Baena, con el que tenía una buena amistad. En Sevilla contactó con otros autores andaluces de la Generación del 50, como Fernando Quiñones. Con Gloria Fuertes fundó una revista. En Madrid, cuando tenía unos 30 años, se relaciona con Félix Grande y Paca Aguirre, un matrimonio que también perteneció a la Generación del 50. Como dejó de publicar poesía desde 'Enemigo íntimo' y se dedicó al teatro por el gran éxito que tuvo en los años setenta, dejó de aparecer en la nómina de esos poetas. Pero Antonio Gala pertenece al grupo andaluz de esa Generación del 50. No sólo hubo autores de Madrid y Barcelona, también reivindicamos que hubo un grupo andaluz de esa generación».
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El amor de Cárdenas y Plaza por la poesía de Antonio Gala se refleja en la cuidada edición que acaban de presentar con la Fundación Lara. Aparte de incluir un detallado prólogo escrito por el filólogo y unas notas al final del volumen que contextualizan los poemas que se han incluido, destaca el hecho de que en la cubierta se reproduzca un dibujo del puente romano de Córdoba que el artista Rafael Laureano le regaló al poeta. Comenta al respecto Luis Cárdenas que este «es un libro hecho con muy buen gusto por parte de la colección de Vandalia. La portada reproduce la obra de Rafael Laureano, que estuvo en la XII promoción de la Fundación Gala. Se trata de un dibujo que hizo Rafael y que le regaló a Antonio. Creo que fue en 2013. Los residentes de aquella promoción le hicieron un cuadernito a Gala para regalárselo, y Rafael Laureano, como pintor que es, le hizo este dibujo. Yo me acordé de esta obra, llamé a Rafael y a él le pareció perfecto que apareciera su dibujo en la portada del libro».
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La presente edición, que toma el título de uno de los versos que se incluyen en un poema de la obra 'La deshora', cuenta con el atractivo de incluir trece poemas inéditos que, sobre todo, «han aparecido porque hubo una primera versión de 'Poemas de amor' que hubo que recortar de cara a la publicación de 1997 porque era demasiado larga», comenta Pedro J. Plaza. Pero no queda ahí la cosa, pues Luis Cárdenas señala que «quedan aún bastantes poemas inéditos». Además, este subraya que «me imagino que mientras siga abriendo cajas y carpetas seguirán apareciendo textos, sobre todo poesía. Cuando publicamos 'Poemas de lo irremediable', el problema que tuvimos al principio fue buscarle un título. Pero si por algo era conocido Gala era por los nombres que le ponía a todo lo que hacía. Dentro de las carpetas había un grupo de poemas con el título 'Poemas de lo irremediable' y ese fue el que empleamos para el libro». El secretario del poeta añade que «también hemos encontrado otros títulos como 'Poemas de lluvia' y 'Dios al acecho', con dos o tres poemas cada uno, pero no hay un libro completo de poesías inédito. Algunos poemas, por la fecha, podrían considerarse que pertenecen a cualquiera de los libros que aparecen en la antología».
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Aunque el amor siempre se ha considerado el tema principal que vertebraba los poemas del autor de 'Sonetos de la Zubia', Pedro J. Plaza aclara que Gala también trató otros asuntos. Según señala este experto, «no cabe duda de que pugnó por recuperar, durante toda su trayectoria artística, la importancia del lenguaje, más allá del amor, perdiéndose, quizás, en exceso en la forma tan solo en su primer libro orgánico, 'Perseo' —y en algunos de los textos de 'Poemas de lo irremediable'—, y calibrándola perfectamente luego en el resto de su obra». «La inserción en sus composiciones de temas filosóficos —prosigue el filólogo— puede comprobarse, especialmente, en 'Poemas de lo irremediable', a partir de las preocupaciones y las tribulaciones religiosas y de su evolución hacia una especie de misticismo pagano; en 'Perseo', a partir de la Idea mayúscula y platónica de la Belleza; en 'Enemigo íntimo', a partir de las tensiones entre la muerte y el amor; en 'La acacia', a partir de la relación mística con Dios y de otros interrogantes teológicos; en 'La deshora', que especula sobre el amor y el paso del tiempo; en 'Meditación en Queronea', que cavila sobre el amor, la derrota y la muerte, personificados en las ciento cincuenta parejas de homosexuales del batallón sagrado de Tebas; y en 'Para Mirta (sonetos barrocos)', a partir de los preceptos amorosos del neoplatonismo y de las concreciones del petrarquismo».
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Recuerda también Luis Cárdenas que Antonio Gala escribía con rotulador. «El salto más grande de su vida fue cuando pasó de usar una pluma estilográfica a usar un rotulador», bromea a la vez que asegura que este autor «escribía los textos a mano, luego me los dictaba y yo los pasaba al ordenador. Posteriormente los corregía. Eso lo hacía tanto con sus textos literarios como con sus artículos». Respecto a estos últimos, el secretario de Gala subraya que el escritor leía los periódicos todas las mañanas para estar al día de las noticias y poder escribir luego sus artículos periodísticos. «Era muy meticuloso con las correcciones. De hecho, cuando mandaba los manuscritos a las editoriales, los enviaba perfectamente corregidos. Estos libros se podían casi meter tal cual en imprenta. Entregaba los manuscritos en perfectas condiciones y nadie cambiaba nada en la editorial sin consultarle previamente».
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Poema a Mari Pepa Estrada
Cárdenas añade que fue Pedro J. Plaza como filólogo quien tuvo la idea de añadir en esta edición algunos poemas que no estaban en ningún libro y que aparecieron en revistas. También se incluyen dos poemas dedicados al Quijote y a Dulcinea del Toboso y otro que le dedicó a la artista Mari Pepa Estrada, que era la madre de Rafael Pérez Estrada. «Era una pintora malagueña a la que unos poetas le hicieron un homenaje. Gala le dedicó un poema corto. Él se había cambiado a una nueva casa a Madrid que estaba ubicada en una esquina entre la calle de la Macarena y la calle de Triana. En el poema decía que quería tener un cuadro de Mari Pepa. Al final, Mari Pepa se lo regaló y colgó el cuadro en un lugar preferente de su casa. Era un cuadro naíf con mucho colorido. Ese poema sólo había aparecido en el catálogo de homenaje de los poetas a Mari Pepa Estrada y ahora lo hemos recuperado aquí. Cada poema de ese catálogo estaba ilustrado con un cuadro de Mari Pepa», asegura el secretario del poeta.
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En lo que se refiere a los aspectos formales, el Pedro J. Plaza asegura que hay un apartado que incluye sonetos clásicos como 'Sonetos de la Zubia' y 'Para Mirta (Sonetos Barrocos)'. Además, hay otro bloque predominante con poemas en verso libre. «Se trata de una silva libre con endecasílabos y heptasílabos carentes de rima. Esas construcciones conectan con lo que habían hecho Juan Ramón Jiménez y la Generación del 27, sobre todo Pedro Salinas. Hay también algunos poemas que entroncan con la lírica castellana. Es una renovación y revitalización de la lírica popular que hizo en su libro 'Baladas y canciones'».
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Luis Cárdenas reconoce que para el poeta «publicar poesía era como desnudarse en público y tenía mucho pudor, de ahí que no sacara más libros de poesía». Por todo esto y por más motivos, esta antología hace justicia a la vertiente poética de Antonio Gala, ya que a partir de ahora se le tendrá más en cuenta como gran poeta que fue de la Generación del 50.
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Por Andrés González-Barba