En este sentido, podemos definir la poesía de Manuel García Pérez como un destello en las tinieblas por lo que tiene de indagación, de reflexión, de hondura, así sus palabras, como lascas de luz, rasgan ese tupido y negro velo que no sólo es destino indisoluble de toda vida, sino también materia oscura sobre la que descifrar su sentido primigenio y último.