Fuente: lahora.com.ec
La noche ha sido el momento de desolación o inspiración para grandes escritores, donde sus sueños o sus más íntimos deseos, perturbaciones, alegrías, soledades y hasta penumbras han ido tomando forma.
Y es en este preciso transcurrir, donde el escritor y catedrático Fabián Guerrero abre las puertas de su mente para crear ‘El radiante guiño del insomne’, un texto que le tomó más de un año en terminarlo y que ahora sus lectores podrán adentrarse en su nocturnidad.
Diario La Hora conversó con el poeta para conocer más sobre este libro, que será presentado mañana en el Centro Cultural Benjamín Carrión, a las 19:00, donde harán los comentarios Juan José Rodríguez y Marco Antonio Rodríguez.
Siempre se ha reconocido como un insomne. ¿Este libro es como una deuda con usted?
Más bien creo que es un poco la libertad de tener cierta distancia frente al tema porque si estás dentro no tienes la capacidad para decir nada, apenas balbucear y escribir. Lo bueno de este libro es tomar una suerte de distancia para poder decir algo que es necesario, el insomnio, una de las constantes en mi vida.
Los insomnes también sueñan, ¿por qué se supone que sueñan los que duermen?
Hay una frase bastante antigua, creo que proviene de Aristóteles. Él dice: “Los poetas no dan cuenta de lo que ocurre sino de lo que podría ocurrir”. En ese caso, por ejemplo, el sueño efectivo, real, lo que te otorga en sus verdaderas posibilidades, no la puerilidad del sueño como tal sino el manejo de esa suerte de consustancialidad tuya aunque reniegues de él. Pero imaginaba los sueños, es como por ejemplo, ves un árbol y sueñas en cómo era y cómo sería; en mi caso en la tendencia hacia el deterioro, veo el árbol, no lo sano, sino el árbol que empieza a negrear su corteza, sus hojas empiezan a de-saparecer y a fundirse con el suelo que le sustenta y es un sueño.
¿Cuál es la hora más triste de la noche?
El paso de las 23:59 a las 00:00 y hasta las 00:01, esos son los tres minutos que verdaderamente si los logras superar, lo demás es manejable, pero ese tránsito es durísimo.
¿Qué representa la noche de junio de 2006?
La pérdida. Todo aquello que pudo ser y que quería que sea pero que no fue (lo dice con voz quebrantada y con lágrimas en los ojos). Creo que uno escribe precisamente para recuperar a nuestros muertos aunque sabemos que están bien muertos. Y eso alude a uno de los componentes de este oficio que es la inutilidad. Sé que es inútil escribir y por eso escribo, tanto como si quisiera recordar el 11 de junio de 2006 y convertirlo en el 10 o 9 de junio de 2006.
¿Le fue arrebatado violentamente el amor y la felicidad la noche de junio de 2006?
De una vez y para siempre.
Recuerdo que en clases (en la Universidad Central del Ecuador) decía que no creía en el amor. Pero al leer su libro se puede sentir que perdió el amor y eso explica entonces que creyó en él.
Ana María Matute, una escritora española que acaba de morir en medio del Mundial (2014), pero no tuvo tanta resonancia como el Mundial, precisamente porque era escritora, dijo: “El amor es la más bella de las equivocaciones”, así que es un privilegio poder equivocarse o contra los dioses o a favor de los dioses, si de encontrar el amor se trata, aunque a la final no nos encontremos sino con losa o con madera. (MJC)
El Dato
La entrada a la presentación del poemario es libre.