Hacia dónde se dirige la poesía por la influencia de su expansión en Internet es algo difícil de pronosticar. Lo que ya se sabe es que la red es un recurso valioso para la difusión y que está determinando formatos, modificando los preexistentes o creando algunos nuevos.
También hay incidencias en el lenguaje. Y no es cuestión sólo de poetas jóvenes, también los hay de otras edades y algunos que ya recorrieron el trayecto convencional, como la publicación de libros y obtención de premios (foto tomada de www.laboratoriodeconcienciadigital.com).
Debates, consultas, hipótesis, reportajes sobre este tema son de vieja data y se multiplican. Parece haberse superado la etapa de una discusión muy primaria, sobre si es poesía únicamente lo que aparecía en el libro convencional. Ya no se puede negar que hay muy buena poesía en la red, así también como muy mala -por inexpresiva, por reiterativa, por abundancia de lugares comunes, falta de búsqueda y reinvención-. Es decir, igual que sucede con los libros.
La periodista Lucía Caballero abordó el tema en diálogo con varios interlocutores en un artículo publicado en www.eldiario.es. Pone énfasis en lo que califica como "poesía transgresora", en referencia a formas expresivas que no se parecen en nada a los "versos tradicionales", por el uso de imágenes e incluso hasta por la desaparición del texto.
Menciona, además, que tras la página electrónica o portal convencional, como podría considerarse a este mismo, www.lapoesiaalcanza.com.ar, se llegó a la etapa de Twitter, Tumblr y otras plataformas, en algunos casos con líneas de palabras y en otras con creaciones que "se convierten en auténticos 'collages' de imágenes, vídeos y demás efectos visuales que cobran importancia frente a la escritura. Los jóvenes artistas no se limitan a rellenar diarios y cuadernos".
Caballero habló con Rafael Jurado, director de El Dispensario, una empresa de promoción cultural, y a cargo de Anónimos, el grupo que en el festival de poesía de Córdoba, España, propuso primero talleres con escritores nóveles que presentaban sus textos a otro más experimentado o "consagrado", a modo de taller. Esa modalidad cambió y ahora los participantes envían poemas por vías electrónicas, de modo que la actividad pasó a llamarse "Anónimos 2.0", que lleva tres ediciones. Y en 2014 se agregó la poesía visual, a través de Instagram.
El reporte informa que en torno de esta actividad hay una comunidad de adherentes que intercambian no sólo poesía sino la experiencia sobre las herramientas que la red ofrece y renueva sin descanso.
Laura Borrás, directora de un grupo de investigación de literatura y tecnologías llamado Hermeneia, dijo al diario que "los poetas llevan años explorando las posibilidades literarias de las herramientas digitales, que abren un enorme abanico de exploración, de búsqueda de nuevos lenguajes expresivos".
En suma, a través de instrumentos electrónicos que se multiplican y formas creativas que en algunos casos pueden ser consideradas totalmente novedosas, va tomando contorno -difuso, casi inasible- una generación de poetas en la red, para la cual internet es un elemento natural, un recurso que conocen desde la niñez.
Caballero menciona una reunión realizada en octubre bajo el nombre "Milnovecientos Violeta", propuesta de La Casa Encendida y que agrupó a escritores, editores y promotores culturales para hablar de literatura en internet.
Algunos de los participantes comentaron que a partir de hechos casi anecdóticos, como haber enviado un texto a un colega, a un poeta conocido o a un blog, hubo una primera repercusión o publicación que los impulsó a insistir en la escritura.
En ese encuentro se habló de los mensajes en Twitter, que algunos llaman "poetuits", es decir, mensajes con la pretensión o ilusión de que sean poéticos. Allí, estos usuarios se topan con poetas de trayectorias diversas, algunos ya lejos de su juventud.
Twitter, por su formato con un máximo de 140 caracteres, empuja de alguna manera al "minimalismo", a la proximidad con los "haikus". También hay tendencia al aforismo y a la sentencia sobre toda clase de temas, desde la experiencia sentimental propia a la filosofía del amor, la actualidad política y social, los temporales, los paisajes y los hechos aparentemente insignificantes de todos los días.
El director de El Dispensario, dice la crónica, habló de la "clave" de la inmediatez, lo cual imagina como ventaja. Y agregó que "hay poetas con cierto nombre y larga trayectoria que optan por publicar más en blogs y en redes sociales que en papel, es una tendencia imparable".
Libros en PDF, portales que reúnen y difunden a lectores que envían sus audios, videos en la plataforma Vimeo y más recientemente las "memes", combinaciones de imágenes y textos también con pretensiones poéticas, surgidas del formato inicial de la caricatura destinada a expresar una emoción.
Las tomas de posición que estos fenómenos generan en los ambientes literarios son por supuesto diversas aunque lo más común es que, ante un nuevo recurso o una modalidad inesperada, la primera reacción es la perplejidad.