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Este mediodía, con una breve exposición de motivos y lectura de poemas, cuatro poetas mexicanos festejaron el Día Internacional de la Poesía, con un día de retraso.
La Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, fue el recinto en donde María Baranda, Juvenal Acosta, Jorge Esquinca y Mardonio Carballo, moderados por Karen Villeda, dieron sus opiniones y experiencias como escritores de versos.
Baranda abrió diciendo que la poesía no es para todos, es una realidad que no se puede negar.
Para Acosta, residente en Estados Unidos desde hace 30 años, destacó la internacionalización de la poesía, una expresión que no tiene nacionalidad.
Para él, la poesía es una manera de enfrentar la vida.
Esquinca fue el más extenso y biográfico de los exponentes. Contó cómo inició en la poesía.
"La idea de convertirme en poeta no distaba mucho del heroísmo o la santidad", dijo. El escritor señaló que dejó de practicar su religión pero sintió una necesidad espiritual que fue llenando con la poesía.
Carballo, poeta bilingüe, en náhuatl y español, leyó brevemente un texto en el que resaltó que el deber de la poesía es recoger la memoria.
Entonces en listó los 43 nombres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Posterior a esto, los invitados leyeron poemas propios o de otros autores, o algo así.
Cuando regresó el turno de Baranda al micrófono, también hizo alusión al "no olvidar", y empezó a leer alfabéticamente los nombres, no los apellidos, seguidos de un verso.
"Jorge Luis, por tu escritura de sueño en los rayos últimos de la mañana".
También eran los nombres de los 43 estudiantes.
Lourdes Zambrano