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Monográficos – Recital 7/ 08/ 07 - de Francisco de Aldana

Monográficos  de Francisco de Aldana

<^Seagirl^> Esta noche, recorreremos la vida y algo de la obra de este poeta, Francisco de Aldana,
<^Seagirl^> del que no se sabe con seguridad si era
<^Seagirl^> italiano o español
<^Seagirl^> Pero creo que vamos a hacerlo nuestro,
<^Seagirl^> porque su origen sí que era sin género de
<^Seagirl^> dudas español, y más concretamente extremeño.
<^Seagirl^> Comenzamos pues, la Monografía de Francisco de Aldana.
<^Seagirl^> Con permiso.
Francisco de Aldana
¿Alcántara?, 1537-Alcazarquivir,1578
.
Son conocidos los versos que Lope de Vega
le dedica:
.
Tenga lugar el Capitán Aldana
entre tantos científicos señores,
que bien merece aquí tales loores
tal pluma y tal espada castellana.
.
Y el propio Quevedo, azote de malos
escritores, elogia a el capitán Francisco
de Aldana como valeroso y doctísimo
soldado y poeta castellano.
.
En realidad, tales elogios seguían el camino
iniciado por Cervantes cuando se refirió
a aquél único, sabio y claro Aldana.
.
No se conoce con absoluta exactitud el
lugar del nacimiento de D. Francisco de
Aldana. El estudioso extremeño Rodríguez
Moñino piensa que vino al mundo en
Alcántara aunque no aporta al respecto
ningún documento o testimonio objetivo.
La mayoría de críticos -siguiendo a Elías
Rivers- se inclina por situar el nacimiento
de Aldana en Nápoles y en el año de 1537,
ya que su padre, Antonio Villela de Aldana,
estaba al servicio del Duque de Alba, D.
Pedro Álvarez de Toledo, a la sazón Virrey
de Nápoles. La raíz de la familia, no
obstante, estaba en Extremadura, en
concreto en la villa de Alcántara.
La polémica que subyace en el fondo
de estos datos se centra en saber si
Aldana puede ser considerado un poeta
extremeño o no, teniendo en cuenta,
desde luego, que nuestro autor nunca
hizo literatura extremeña.
Físicamente, parece muy improbable que
pudiera nacer en Extremadura, pero de lo
que no cabe duda es de que su familia era
extremeña. En todo caso, como dice
Pecellín Lancharro, tantas cosas nos han
robado que no resulta delito grave el
riesgo de atribuirnos algo sin certeza
absoluta.
.
La etapa de formación de nuestro poeta no
iba a transcurrir, sin embargo, en la
 meridional Nápoles, sino en la culta
Florencia.
En efecto, en 1540, Cosme I, Gran Duque
de Toscana, requiere a su lado la presencia
de Antonio Villela Aldana a quien se entrega
el mando de la fortaleza de Liorna (1546) y
de San Miniato (1554), castillos que
dominaban la ciudad del Arno. La Florencia
en que transcurre la Juventud de Aldana
ha perdido, en parte, su hegemonía
humanística y literaria, no obstante sigue
siendo un enclave excepcional para la
formación de un poeta del siglo XVI.
Formación que, sin duda, se basó en el
conocimiento de la cultura clásica, en el
estudio de los grandes poetas italianos y
en la comprensión de los humanistas del
Renacimiento: Marsilio Ficino, Pietro
Bembo o León Hebreo.
.
Es aquí, en Florencia, donde Aldana, aún
muy joven, inicia su andadura poética, en
italiano y en español, bajo el influjo de
Benedetto Varchi. Fruto de ella son las
Octavas de un verso español y otro toscano.
.
Tiempo más tarde, en una carta poética
escrita desde el horror de Flandes a su
hermano Cosme, el miembro de la familia
con quien más trato tuvo, recordará Aldana,
idealizados, aquellos años vividos en
Florencia junto a sus amigos de juventud,
dedicados al dulce juego del amor galante
y de la creación literaria.
.
Se trata de un texto que se encuadra dentro
de la tradición de epístolas literarias. La
realidad innegable es que los versos de
Aldana están plagados de referencias a
su propia vida y más en concreto a su
experiencia militar. En otra larga
carta poética a otro amigo llamado
Galiano, pinta Aldana uno de los cuadros
más vivos y expresivos que se han hecho
sobre la actividad militar. Sin duda, el
poeta vertía en esos versos toda su
experiencia de curtido soldado.
.
Siguiendo la tradición familiar, Aldana
abraza, hacia los quince años, la carrera
militar. Ya hemos visto, en efecto, cómo
su padre era soldado de profesión,
aunque la mayor parte de su carrera la
desempeñó en tierras de Italia. Pero
 también su tío Bernardo De Aldana
brilló en el oficio de las armas: según
Cosme, fue Maestre de Campo de
Infantería Española y general de
artillería, que murió sobre los Gelves
y que, además, se halló en grandes
cosas en servicio del Emperador en
Italia, Alemania, Francia, Hungría y
África.
.
Era, pues, casi natural que el jovencito
Francisco de Aldana siguiera los pasos
de sus familiares. La vida militar de
Aldana, como la de cualquier otro soldado
español de la época, fue sumamente
agitada.
Parece que recibe su bautismo de fuego
 en la famosa batalla de San Quintín,
luchando contra los franceses. Después
sabemos que, con el grado de capitán,
fue nombrado lugarteniente de su propio
padre en la fortaleza de San Miniato,
defensa clave de la ciudad de Florencia.
.
Sin embargo, la rebelión de los Países
Bajos va a significar el fin de la etapa
italiana de Aldana. La dura vida militar
alejará a nuestro capitán definitivamente
de Florencia y de su propia familia. En
efecto, el rey Felipe II va a enviar a
Flandes lo más florido de las guarniciones
españolas que se encontraban en Italia
con el fin de sofocar la rebelión
flamenca. Aldana llegará a las provincias
rebeldes con los Tercios que manda don
García de Toledo.
.
Cuando murió, Aldana tenía cuarenta y
un años de edad. No mucho tiempo antes,
otro altísimo poeta fallecía en parecidas
circunstancias: se llamaba Garcilaso de
La Vega. Precisamente, la gran calidad
de los versos de Aldana junto con el
enorme prestigio adquirido en el campo
de batalla conforman desde muy pronto
la imagen arquetípica del poeta-soldado
o del soldado-poeta. De hecho, Aldana
encarna de forma admirable el tópico
renacentista de la pluma en una mano
y la espada en la otra. Así, al menos, lo
vieron sus contemporáneos, como quedó
acuñado en los versos reseñados de
Lope de Vega, en los que elogia tal
pluma y tal espada castellana.
.
La trayectoria poética de Francisco
de Aldana. Los comienzos poéticos
de Aldana tienen dos referentes temáticos
muy claros: el amor y el mundo mágico
de la mitología clásica. Esto es lógico
si tenemos en cuenta el ambiente
florentino -italiano, en suma- y humanístico
en el que nuestro poeta se abre al
mundo de la creación literaria.
.
La Fábula de Faetonte muestra de modo
ejemplar el acercamiento de Aldana a lo
mitológico. Se trata de una extensa (1214
versos) y compleja recreación del mito
de Faetón, hijo del Sol, que se apoderó
del carro de su padre con el que estuvo a
punto de provocar una catástrofe. Zeus,
enojado, lo fulminó. Compuesta en verso
 suelto, Aldana no se limita a un simple
ejercicio de imitación de la leyenda, sino
que aporta novedades tanto en la
construcción del poema como en el
 universo significativo del mismo.
.
Pero es, quizá, en su poesía amorosa
donde Aldana emerge como poeta
original. Su lírica amatoria, en efecto,
está llena de una fuerza y una frescura
que no eran tan comunes en la poesía
española de la época. Porque nuestro
poeta no se limita a cantar al amor como
hondo sentimiento humano, desde una
perspectiva petrarquista y neoplatónica,
-cosa que también hace- sino que va a
presentarlo además como el ímpetu
dulcísimo lascivo que impele a los
amantes a trabarse en la dulce guerra,
en amorosa lucha encadenados. En
estos poemas aparece un Aldana juvenil
y gozoso ante la exaltación del amor,
autor de versos llenos de cálida
sensualidad y hedonismo.
.
El tópico renacentista de la belleza
femenina, que el poeta sin duda había
interiorizado en su juventud florentina,
despliega todo su encanto en estos
sonetos amorosos llenos de erotismo y
traspasados por el gozo de vivir. Aldana,
 en un hermoso soneto, utilizó a Venus y
a Marte para ejemplificar la fuerza
absoluta de un simple beso encarecido
capaz de aplacar a los mismos dioses.
.
En la epístola a su amigo Galiano, habla
Aldana de los amantes como de dos
que buscan / los cuerpos convertir,
como las almas, / uno en el otro y ser
nuevo andrógino Pero esta unión total
es posible entre las almas, pero el cuerpo
 –el velo mortal— impone unos límites
físicos que nos es imposible traspasar.
La frustración que supone esta
imposibilidad de fundirse físicamente
en uno con la persona amada la expresó
Aldana en uno de su más hermosos
 sonetos, el de Damón y Filis, en el que
utiliza una expresiva comparación para
significar el anhelo amoroso de unión
 total: el agua que penetra hasta el último
resquicio de la esponja.
.
Aldana, como tantos otros sentimientos y
experiencias, plasmó sus vivencias
religiosas en versos hondos, muchas
veces desengañados, pero siempre llenos
de esperanza en el reencuentro con Dios.
 Son los textos que constituyen lo que
podríamos llamar su poesía religiosa,
 henchida toda ella de la esperanza de hallar
en el Creador lo que el amor y la acción
militar ya no pueden darle. Precisamente
dentro de su poesía religiosa y
contemplativa se inscribe la obra que,
unánimemente, la crítica ha señalado como
 la mejor creación de Aldana: la
Carta para Arias Montano sobre la contemplación de Dios y los requisitos della.
.
En opinión de Luis Cernuda, el poeta del 27
que admiró profundamente a Francisco de
Aldana, se trata de una obra singular donde
queda consignada enteramente la experiencia
vital y espiritual de un poeta.
.
He aquí a grandes rasgos la creación
literaria de Aldana, poeta a veces irregular
pero en cuyos mejores versos -como
 reconoce Cristóbal Cuevas- brilla la
tersura de ritmo, el acierto en la elección
de voces, la contención retórica, el buen
gusto en la adjetivación y tropos, y un
dominio de su reducida, pero selecta,
panoplia métrica….
Como hemos podido observar, Aldana
recorre un largo camino espiritual que parte
del gozoso erotismo italianizante, pasa por
la vida heroica del soldado y termina en la
renuncia de todo lo que no sea Dios. Por
eso en la vida, y en la poesía de Aldana
hay tres grandes pasiones: la mujer,
España y Dios. Y esta afirmación, que
parece un tópico, responde a la realidad
de su vida y a la realidad de sus versos.
.
Porque la poesía de Francisco de Aldana
tiene una cualidad por encima de todas: su
sinceridad. Entre sus versos y su vida no
existe contradicción. Más aún, una gran
parte de sus composiciones hunden sus
raíces en la experiencia vital del hombre
y del soldado Aldana. Por eso, en muchos
de esos versos sentimos latir la
desesperanza, el amor, la amargura, el ansia
de Dios, la soledad, la amistad, la dignidad,
en suma, de un hombre de carne y hueso
que no eludió su destino -trágico o glorioso
según el punto de vista desde el que se lo
considere- sino que lo afrontó con los ojos
bien abiertos. No es, pues, de extrañar que
Karl Vossler diga de él que fue poeta
extraño y apasionado, libre de toda
ambición literaria y, en lo más profundo
de su corazón, un solitario ajeno al
mundo en que vivía.
.
Digamos, finalmente, que la figura humana
y poética de Aldana es el más acabado
ejemplo del cambio de sensibilidad que
se produce en España entre dos momentos
 bien distintos del siglo XVI: el reinado de
Carlos I y el reinado de su hijo Felipe II,
entre los que transcurrió su vida. Desde
el gozo de vivir, impregnado de sensualidad
y erotismo, exquisitamente italianizante,
que podemos observar en sus
 sonetos amorosos,
hasta esa presencia del desengaño y de la
búsqueda de lo trascendente que aparece
en esa obra maestra final que es la
Carta para Arias Montano. Desde el
ímpetu dulcísimo lascivo hasta aquel
pienso enterrar mi ser, mi vida y nombre /
y, como si no hubiera acá nacido,
estarme allá, cual Eco, replicando, /
al dulce son de Dios, del alma oído.
.
Francisco de Aldana, según nos dice su
hermano Cosme, fue siempre contrario
a la publicación de sus obras; su idea era,
más bien, difundirlas entre el grupo
escogido de amigos con quienes compartía
anhelos y experiencias comunes. Si a esto
añadimos que, una vez más según Cosme
de Aldana, se habrían perdido distintas
composiciones en la guerra, nos encontramos
con un panorama desolador. No obstante,
hay sospechas fundadas de que la pérdida
de muchas de las obras de Aldana no
habría sido casual, sino que el propio autor
 las habría destruido de forma consciente.
 Se trataría fundamentalmente de obras
de juventud, y el motivo de su destrucción
sería la evolución espiritual producida en
el soldado español. El hecho cierto es
que debemos a Cosme la transmisión
de cuantas obras de su hermano consiguió
reunir y conservar. Y así, publicó la
 Primera parte de la producción
aldanesca en Milán en 1589, y la Segunda
parte en Madrid en el año de 1591.
Su labor como editor puede tener muchos
defectos, no obstante debemos agradecerle
el respeto absoluto que mostró hacia la
obra de su hermano, pues según nos
confiesa en la Segunda parte, solo un
tilde añadir yo nunca he osado /
de mis tan rudos versos imperfectos.
Tras estas vicisitudes, en total hoy día
 podemos leer unas noventa composiciones
poéticas de Francisco de Aldana, si bien
algunas de ellas no están completas y sobre
otras existen ciertas dudas acerca de
su autoría.
.
Estróficamente, Aldana utiliza los modelos
renacentistas italianos: octavas, tercetos
encadenados, sonetos, estancias, verso
libre, etc. Aunque también usa versos
cortos de origen español, entre los que
sobresale la quintilla. Por lo demás, aparte
de los poemas breves, el poeta soldado
se mueve magistralmente en el género de
la epístola o en el de las canciones.
Temáticamente, Aldana es un poeta
polifacético. Frente a la poesía garcilasiana,
mucho más reducida en cuanto a los
asuntos que trata, la obra aldanesca es
más variada y rica. En efecto, en la breve
producción de nuestro poeta hallaremos
poesía amorosa, poesía de carácter
heroico-militar, poesía grave y metafísica
y, finalmente, poesía hondamente religiosa.
Quedan al margen poemas sueltos de
variada temática, como los mitológicos
o los de circunstancias.
.
Observando su obra desde una perspectiva
general, la producción poética de Aldana
que ha llegado hasta nosotros es la
siguiente:
cuarenta y cinco sonetos de asunto muy
variado:
amorosos, existenciales, de tema religioso,
de circunstancias, etc. Es autor también
Aldana de seis epístolas, tres de las cuales
están escritas en tercetos (entre las que
destacan los Tercetos escritos a un amigo
y la Epístola a Arias Montano) y otras tres
en verso suelto. Escribió también cartas
poéticas a su hermano Cosme, a Bernardino
de Mendoza, miembro importante de la
corte del Duque de Alba en Bruselas y
a un personaje no identificado al que da
el nombre de Galiano. Dependiendo del
destinatario, las epístolas pueden ser llanas
y familiares o serias y reflexivas.
Lógicamente, en las primeras el poeta
deja entrever más su intimidad y afectos
personales.
.
Compuso, así mismo, doce poemas
completos -aparte de los que nos han
llegado fragmentariamente- en octavas.
Entre ellos podemos señalar algunos
textos largos de contenido religioso,
como el Parto de la Virgen, o El juicio
final, pleno de imágenes
tremendamente expresivas y realistas.
Las Octavas a lo pastoral, compuestas con
ocasión de la boda de su hermano, por el
contrario, tienen un tono festivo y están
llenas de referencias suavemente irónicas
a los recién casados, al propio poeta y,
en general, a toda la raíz de los Aldana.
.
En octavas, así mismo, están escritos dos
poemas muy importantes para entender la
mentalidad política y la ideología de
Francisco de Aldana. Se trata de las dos
composiciones dirigidas a Felipe II y a don
Juan de Austria.
Finalmente, hay que reseñar el poema
titulado Sobre el bien de la vida retirada
que, aunque compuesto todavía en Italia,
está ya presagiando lo que será la poesía
más honda y personal de nuestro poeta.
Hay que señalar, por cierto, que Aldana
es uno de los autores renacentistas
que con más soltura utiliza la octava
que, al configurar poemas sin extensión
determinada, permite estructurar el texto
con absoluta libertad.
Completando esta visión general de la
poesía de Aldana, digamos que es, así
mismo, autor de dos canciones completas
(y de otras dos de las que sólo se han
transmitido fragmentos) de tema religioso:
A la soledad de Nuestra Señora la
Madre de Dios y la Canción a
Cristo crucificado, extraño poema que,
desde nuestra perspectiva actual, raya en
lo irreverente aunque, conociendo las
profundas creencias religiosas del poeta
y soldado, es seguro que tiene un hondo
contenido espiritual. Escribió, además,
una larguísima
Fábula relatando el mito de Faetonte.
Cierran la nómina de la producción de
Aldana siete coplas castellanas, todas
ellas incompletas, que entroncan con la
poesía de los cancioneros y que carecen
de mayor interés. El metro utilizado es el
octosílabo en distintas combinaciones:
quintillas y redondillas fundamentalmente.
La más interesante de todas es el
Diálogo entre cabeza y pie. Dadas las
dificultades de transmisión de la obra de
Aldana, han llegado hasta nosotros
bastantes obras muy fragmentadas que
nos hacen sospechar que la producción
del poeta debió ser mucho más amplia y
extensa.
.
.
Fin
<anuais-> gracias ^Seagirl^
<^Seagirl^> Ha sido algo extenso, si bien creo que merecía la pena atender durate unos minutos a Aldana :)
<^Seagirl^> Gracias a vosotros.
<^Seagirl^> Y vamos a ver ya sus versos, con anuais- :)
<anuais-> gracias voy:)
<anuais->           Al cielo
          Al cielo
.
Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:
.
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,
tan lejos del mortal caduco velo,
casi un Argos divino alzado a vuelo,
de nuestro humano error libre y piadoso!
.
¡Oh patria amada!, a ti sospira y llora
esta en su cárcel alma peregrina,
llevada errando de uno en otro instante;
.
esa cierta beldad que me enamora
suerte y sazón me otorgue tan benina
que, do sube el amor, llegue el amante.
.
.
Francisco de Aldana
^Seagirl^> Gracias anuais- :)
<anuais-> un placer:)
<maeseperez> magnífico soneto
<^Seagirl^> Continúo con otro soneto, al que nos hemos referido antes en la bio.
<^Seagirl^> No sin antes saludar a soyunahojita, claro :)
<soyunahojita> siiii
<soyunahojita> biennn
<soyunahojita> muchas gracias ^Seagirl^
<^Seagirl^> Permiso.
Damón y Filis
.
“¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando
en la lucha de amor juntos, trabados,
con lenguas, brazos, pies y encadenados
cual vid que entre el jazmín se va enredando,
.
y que el vital aliento ambos tomando
en nuestros labios, de chupar cansados,
en medio a tanto bien somos forzados
llorar y sospirar de cuando en cuando?”
.
“Amor, mi Filis bella, que allá dentro
nuestras almas juntó, quiere en su fragua
los cuerpos ajuntar también, tan fuerte
.
que no pudiendo, como esponja el agua,
pasar del alma al dulce amado centro,
llora el velo mortal su avara suerte.”
.
.
Francisco de Aldana
<anuais-> permiso
Tirsis y Galatea
.
“¿Ya te vas, Tirsis?” “Ya me voy, luz mía.”
“¡Ay muerte!” “¡Ay Galatea, qué mortal ida!”
“Tirsis, mi bien, ¿dó vas?” “Do la partida
halle el último fin de mi alegría.”
.
“¿Luego en saliendo el sol?” “Saliendo el día.”
“¿Te vas sin dilatar?” “Me voy sin vida.”
“¡Ay Tirsis mío!” “¡Ay gloria mía perdida!”
“¡Mi Tirsis!” “¡Galatea, mi estrella y guía!”
.
“¿Quién tal podrá creer?” “No hay quien tal crea.”
“¡Oh muerte!” “Acabaré yo mis enojos.”
“¡Ay grave mal!” “¡Ay mal grave y profundo!”
.
“¡Tirsis, adiós!” “Adiós, mi Galatea.”
“¡Tirsis, adiós!” “Adiós, luz de mis ojos.”
“¡Oh lástima!” ¡Oh piedad, sola en el mundo!”
.
.
Francisco de Aldana
<maeseperez> a ver si aprenden Pimpinela
<Manos^Lentas> vaya, gracias anuais-
<^Seagirl^> Gracias anuais- :)
<Pdm> gracias
<soyunahojita> muchas gracias anuais-
<anuais-> a vosotros:)
<^Seagirl^> Con permiso.
Sobre la vida retirada
Fragmento
.
Dichoso aquel pastor que a su ganado,
con dulce soledad blanda y segura,
del dulce soto al fresco arroyo helado,
sólo apacienta y harta de verdura;
dichoso tú, pastor, que en monte o prado
o donde va tu pie tras tu ventura,
lejos del mal que el bien pueda estorbarte,
no hay quien tu pie de tu ventura aparte. […]
.
Cuando esparciendo va lirios y flores
del cansado Titón la bella amiga,
y entre violetas de cien mil colores
vuelve el color a la ya muerta espiga,
cantarás al Señor de los señores,
porque alegre tu estado y lo bendiga,
mil alabanzas con humilde y llano
modo, asentado en bosque, en monte o llano.
.
.
Francisco de Aldana
^Seagirl^> Octavas :)
<maeseperez> casí ná
<Manos^Lentas> pero no guaradn la misma métrica no?
<maeseperez> octavas reales
<maeseperez> son independientes
<Manos^Lentas> ahá
<maeseperez> endecasílabas
<anuais-> permiso
Carta poética
¡Oh dulce musa mía!, ¿cómo y qué es esto?
Pues cómo, ¿no solías, mi dulce musa,
de aquel celeste ardor toda inflamada
con que a tu Galatea fuiste agradable,
cantar tan dulcemente que juraba
la misma Galatea sobre sus ojos
(¡oh dulzura especial de juramento!),
so pena de perdellos, que no había
musa oído jamás de mejor gusto?
Y bien me acuerdo yo que allá en el monte
y allá en el valle, a la ribera del Arno
(¡ay monte, ay valle, ay Arno, ay mi ribera,
cómo vivo yo aquí lloroso y triste),
delante de mi Hernandio, cara prenda
del alma mía, delante de mi Cosme,
delante de mi Silvio y de mi Arceo,
solía cantar mi musa tan süave
que todos me decían: “Pastor Aldino,
¡viváis, podáis vivir mil y mil años!”
En fin, en fin, la tenebrosa noche
salió de aquel dorado y claro día,
y como allá dejé la mejor parte
de mí, de amor, del tiempo y de fortuna,
allá quedó también, con bienes tantos,
la musa. ¡Oh musa mía!, pues calla, queda,
queda, quédate en paz, que aún pienso en breve
darte un millón de abrazos y de besos.
.
.
Francisco de Aldana
Diálogo entre cabeza y pie
.
Diálogo entre cabeza y pie
Conversación que en la cama,
entre un pie despedazado
de un mosquetazo pasado,
y la cabeza, su ama,
pasó de golfo lanzado.
Para decir la verdad,
era el pie una mala pieza
y no buena la cabeza.
Lo que sigue notad,
que el antífona ya empieza.
.
CABEZA. ¡Oh pie, que allá bajo estás!
PIE. ¿Quién es que llama a los pies?
CABEZA. Mi pie, tu cabeza es,
que me tienes cual jamás
por malo que estás, estés.
PIE. ¿Cómo ansí?
Igual me tienes tú a mí,
pues me llevaste a lugar
que me hubiesen de arrancar
los huesos con que nací.
CABEZA. ¡Por Dios que es donoso el chiste!
¿Yo dices que te llevé?
Pie, tu fuiste por tu pie.
PIE. Sí, cabeza, mas tú diste
de cabeza, y yo pagué.
Mas agora,
¿de qué te quejas, señora?
CABEZA. ¡Eso es bueno de sentir!
Que no me dejas dormir
del mes tan solo una hora.
No me consientes, ni quieres,
descanso, que a lo mejor
revuelves como traidor
y allá en los sesos me hieres
con cuchillo de dolor.
¡O, si fuera
que en mi poder estuviera
darte más crüel castigo
del que tienes, enemigo,
sin duda que te lo diera!
PIE. ¡Oh, galanamente y bien
está mi mal remediado!
Herido y despedazado,
¿y habré de quedar también,
tras cornudo, apaleado?
¡Ved cuál es
nuestro bien!, tan al revés
que, desde que Adán pecó,
jamás cabeza nació
que bien tratase a los pies.
Nosotros obedeciendo
lo que ellas mandan en todo,
por el agua y por el lodo
pasando, andando y viniendo
sin descansar de algún modo,
porque asiste
la carga que se resiste,
no tan sola natural,
mas también la artificial
que a los cuerpos arma viste.
Si en algún peligro está
la cabeza, si la vemos,
de presto la socorremos,
mudándola acá y allá
hasta que nos despeemos,
sin temer
lo que suele suceder
entre caídas y abrojos,
que casi temen los ojos
la ofensa en sólo los ver.
Pues, si manda la cabeza,
sin que el pie diga que no,
por sólo que obedeció,
cuando ella cae o tropieza
dicen que el pie tropezó,
como cuando
el mar sus olas alzando
le imputan el movimiento
y no miran que es el viento
que le impele y va mudando.
CABEZA. ¡Ay Jesús, qué desvarío!
¡Ay dolor, que no me dejas
ni de mí jamás te alejas!
PIE. Pues ¡cómo! ¿El dolor es mío,
y tú, cabeza, te quejas?
Pocas vi,
cabezas, no ser ansí,
que, por mostrar que lo son,
do tienen menos razón
más muestran hacer de sí.
CABEZA. Tiénesme cansada y muerta
con esa tu boca loca.
PIE. ¿Y cómo si tengo boca
casi mayor que de puerta,
lo demás a ti te toca?
CABEZA. ¡Malcrïado!
¿Desa manera has hablado?
PIE. ¡Por Dios, que es gentil crïar
haber sin huesos de estar
tras haberlos bien crïado!
CABEZA. De huesos yo creo que no
quedarás, pie, tan sencillo.
PIE. Muy mejor sabrás sentillo
cuando, mudándome yo,
darás tú de colodrillo.
CABEZA. ¡Ay, qué excesos
de dolores tan espesos!
¡No los puedo sufrir más!
PIE. Esto a lo menos podrás
saber: si me faltan huesos.
CABEZA. Ya tanto hueso me tiene
también a mí desosada,
boquiagria y enfadada.
PIE. De ser cabeza, te viene
enfadarte de nonada.
Importuno
fue siempre el harto al ayuno,
que a ser yo de tu jaez,
nunca valiera mi diez
nueve menos que a ti uno [...]
.
.
Francisco de Aldana
<^Seagirl^> A juzgar por vuestra seriedad no creo que lo hayáis leído :)
<^Seagirl^> jaja
<soyunahojita> ^Seagirl^:-)
<Manos^Lentas> eso triunfaba hoy dia en el club de la comedia
<^Seagirl^> Sí, sin duda.
<Luzz_> [[1]^Seagirl^] yo si lo he leido pero la verdad
<Luzz_> no lo entiendo mucho
<^Seagirl^> ¿No?
<Manos^Lentas> faemino y cansado por ejemplo
<Luzz_> no me gusta mucho que digamos
<Luzz_> ya
<Luzz_> pero no la encuantro nada divertida
<^Seagirl^> Pues yo no puedo dejar de sonreir cada vez que la leo :)
<Luzz_> pues me alegra
<^Seagirl^> jaja
<^Seagirl^> Leamos ahora a anuais- :)
<anuais-> gracias voy:)
  SONETOS
2
.
¿Cuál nunca osó mortal tan alto el vuelo
subir, o quién venció más su destino,
mi clara y nueva luz, mi sol divino,
que das y aumentas nuevo rayo al cielo,
.
cuanto el que pudo en este bajo suelo,
¡oh estrella amiga, oh hado peregrino!)
los ojos contemplar que de contino
engendran paz, quietud, guerra y recelo?
.
Bien lo sé yo, que Amor, viéndome puesto
do no sube a mirar con mucha parte
olmo, pino, ciprés, ni helado monte,
.
de sus ligeras alas diome presto
dos plumas y me dijo. «Amigo,¡guarte
del mal suceso de Ícaro o Fetonte!»
.
.
Francisco de Aldana
^Seagirl^> Y siguiendo los últimos versos de anuais-,
<^Seagirl^> os traigo ahora un fragmento de la ...
<^Seagirl^> .
<^Seagirl^> Fábula de Faetonte
Fábula de Faetonte
Fragmento
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Dulce Faetonte mío, mi dulce hijo,
¡oh mi alma, oh mi bien!, ¿cuál fiera Parca
de tus hermosos años florecientes
cortó la nueva y delicada estambre?;
¿por qué quiso dejar la viuda madre
que su vida llorase con su muerte,
pues más que muerte es ya su triste vida? [...]
Mas yo, tu madre, yo que en mis entrañas,
mis entrañas, te di morada y nido,
yo que en tu nacimiento, ¡oh mi Faetonte!,
tanto dolor sentí, pena tan grave,
yo que en mis pechos, en mis brazos, hijo,
por cibo te ofrecí mi propria sangre,
yo que de tu niñez tan gran cuidado
tuve siempre, a cada punto y hora,
si no te via, mi bien me parecía
tener a las orejas quien dijese:
“Tu Faetonte cayó, tu hijo, ¡oh madre!,
peligrará si no socorres luego”,
tanto que con mortal recelo extraño
entonces yo decía: “Tu rubio padre,
que el carro de oro guía te guíe mi hijo,
tu padre y mi señor guiar te quiera”
(el carro de oro, dije, el carro, ¡ay triste!,
que te costó, mi dulce bien, tan caro),
yo que de estos cansados, tristes años,
teniéndote en edad firme y crecida
pensaba tener paz crecida y firme,
ora en un mármol viéndote encerrado
no puedo imaginar otro que el verme
de ti, mi luz, desamparada y sola.
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Francisco de Aldana
De sus hermosos ojos dulcemente
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De sus hermosos ojos dulcemente
un tierno llanto Filis despedía,
que por el rostro amado parecía
claro y precioso aljófar transparente.
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En brazos de Damón, con baja frente,
 triste, rendida, muerta, helada y fría,
estas palabras breves le decía,
creciendo a su llorar nueva corriente:
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«¡Oh, pecho duro!, ¡oh, alma dura y llena
de mil durezas!, ¿dónde vas huyendo?,
¿do vas con ala tan ligera y presta».
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Y él, soltando de llanto amarga vena,
de ella las dulces lágrimas bebiendo,
la besó... y sólo un ay fue su respuesta.
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Francisco de Aldana
<^Seagirl^> Qué bonito anuais- :)
<Marchessita> Hola tod@s>
<anuais-> si que lo es:)
Pocos tercetos escritos a un amigo
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Mientras estáis allá con tierno celo,
de oro, de seda y púrpura cubriendo
el de vuestra alma vil terrestre velo,
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sayo de hierro acá yo estoy vistiendo,
cota de acero, arnés, yelmo luciente,
que un claro espejo al sol voy pareciendo.
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Mientras andáis allá lascivamente
con flores de azahar, con agua clara
los pulsos refrescando, ojos y frente,
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yo de honroso sudor cubro mi cara
y de sangre enemiga el brazo tiño
cuando con más furor muerte dispara.
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Mientras que a cada cual con su desiño
urdiendo andáis allá mil trampantojos,
manchada el alma más que piel de armiño,
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yo voy acá y allá, puestos los ojos
en muerte dar al que tener se gloria
del ibero valor ricos despojos.
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Mientras andáis allá con la memoria
llena de las blanduras de Cupido,
publicando de vos llorosa historia,
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yo voy aca de furia combatido,
de aspereza y desdén, lleno de gana
que Ludovico al fin quede vencido.
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Mientras cual nuevo sol por la mañana
todo compuesto andáis ventaneando
en haca, sin parar, lucia y galana,
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yo voy sobre un jinete acá saltando
el andén, el barranco, el foso, el lodo,
al cercano enemigo amenazando.
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Mientras andáis allá metido todo
en conocer la dama, o linda o fea,
buscando introducción por diestro modo,
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yo reconozco el sitio y la trinchea
deste profano a Dios vil enemigo,
sin que la muerte al ojo estorbo sea.
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Francisco de Aldana
Marchessita> Gracias por traerlo, muy bello poema
<maeseperez> impresionante
<maeseperez> y eso que era amigo
DESCRIPCIÓN Y ELOGIO DE LA GUERRA
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Otro aquí no se ve que, frente a frente,
animoso escuadrón moverse guerra,
sangriento humor teñir la verde tierra
y tras honroso fin correr la gente.
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Este es el dulce son que acá se siente:
¡España, Santiago! ¡Cierra, cierra!
y por suave olor, que el aire atierra,
humo el azufre dar con llama ardiente;
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El gusto envuelto va tras corrompida
agua, y el tacto sólo apalpa y halla
duro trofeo de acero ensangrentado,
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hueso en astilla, en él carne molida,
despedazado arnés, rasgada malla:
¡Oh sólo de hombres digno y noble estado!
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Francisco de Aldana
El ímpetu cruel de mi destino
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El ímpetu cruel de mi destino
¡cómo me arroja miserablemente
de tierra en tierra, de una en otra gente,
cerrando a mi quietud siempre el camino!
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¡Oh, si tras tanto mal grave y contino,
roto su velo mísero y doliente,
el alma, con un vuelo diligente,
volviese a la región de donde vino!
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Iríame por el cielo en compañía
del alma de algún caro y dulce amigo,
con quien hice común acá mi suerte.
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¡Oh, qué montón de cosas le diría,
cuáles y cuántas, sin temer castigo
de fortuna, de amor, de tiempo y muerte!
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Francisco de Aldana
En fin
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En fin, en fin, tras tanto andar muriendo,
tras tanto varïar vida y destino,
tras tanto de uno en otro desatino
pensar todo apretar, nada cogiendo,
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tras tanto acá y allá yendo y viniendo
cual sin aliento inútil peregrino,
¡oh Dios!, tras tanto error del buen camino,
yo mismo de mi mal ministro siendo,
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hallo, en fin, que ser muerto en la memoria
del mundo es lo mejor que en él se asconde,
pues es la paga dél muerte y olvido,
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y en un rincón vivir con la victoria
de sí, puesto el querer tan sólo adonde
es premio el mismo Dios de lo servido.
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Francisco de Aldana
EPÍSTOLA A UNA DAMA -1-
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¡Ay dura ley de amor que así me obliga
a no tener más voluntad de aquella
que me ordena el rigor de mi enemiga!
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Navío que en alto mar perdió la estrella
es, de tan rico don desnuda, el alma,
siendo la voluntad nueva alma della.
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Tiene de mí la vitoriosa palma
otro querer, cual suele otro elemento
distribuir al mar tormenta o calma:
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es el incontrastable mandamiento
de mi señora, rayo presuroso
a quien se humilla y tiembla el firmamento.
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Perder la voluntad caso es lloroso,
mas ¿cómo llora aquel que para el llanto,
sin ajeno poder, no es poderoso?
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¡Extrañeza de amor digna de espanto,
que tras tan largo mal sin resentirme,
quiere que el mismo mal no sienta tanto!
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Y no sólo me impide el descubrirme,
mas quiere que no pueda y que no quiera,
y mata y, tras matar, niega herirme.
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Pues digo que así quiero y que quisiera
poderme anticipar con la obediencia
al mandamiento, aunque más duro fuera,
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y pues desnudo estoy de la potencia
para negar, conviértase mi vida
en alta ejecución de la sentencia,
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que aquella voluntad, ya reducida
en otra, espero yo que el tiempo vea
negociarme piedad nueva y crecida.
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Mas ¿cómo podrá ser que así no sea,
pues forzosa piedad me tiene y debe
la voluntad que allá se está y emplea?
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No es corazón humano tan de nieve,
¡oh duro pecho fuerte y de diamante
a quien tanto penar no le conmueve!)
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¡ay!, que el que ve a un miserable amante
vivir, morir y amar, luego se inflama
de celo en tanto ardor firme y constante.
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Mas nueva voz me acude y me reclama,
dentro del más secreto pensamiento,
que rompedor de fe me nombra y llama,
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diciendo: «El mandamiento y juramento
rompes, de no escribir antes ni agora
la causa y ocasión de tu tormento.»
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Entiende, pues, hermosa usurpadora
de mi albedrío, cuán libre, sin mentirte,
está de culpa el alma que te adora,
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pues si te escribo, es sólo por decirte
que ella obedecerá cuanto quisieres,
y no por ofenderte ni escribirte.
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Sola una cosa no querría, si quieres,
y no podré querer, que es el no amarte,
lo cual no está en poder, siendo quien eres.
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Y así de nuevo torno a consagrarte
la dada fe, que nunca desconcierte
del punto adonde está por observarte;
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puede muy bien la inexorable muerte
romper la nueva estambre de mi vida,
mas no el deseo de siempre obedecerte.
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Francisco de Aldana
SONETOS
1
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Es tanto el bien que derramó en mi seno,
piadoso de mi mal, vuestro cuidado,
que nunca fue tras mal bien tan preciado
como este tal, por mí de bien tan lleno.
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Mal que este bien causó jamás ajeno
sea de mí, ni de mí quede apartado,
antes, del cuerpo al alma trasladado,
se reserve de muerte un mal tan bueno.
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Mas paréceme ver que el mortal velo,
no consintiendo al mal nuevo aposento,
lo guarda allá en su centro el más profundo;
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sea, pues, así: que el cuerpo acá en el suelo
posea su mal, y al postrimero aliento
gócelo el alma y pase a nuevo mundo.
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Francisco de Aldana
<^Seagirl^> Bueno, me encantaría poder recitaros
<^Seagirl^> otra de las maravillas de Aldana:
<^Seagirl^> Epístola a Montano,
<^Seagirl^> pero dada su extensión, nos llevaría
<^Seagirl^> como una hora...pondré un fragmentito nada más.
<^Seagirl^> Hace escasas semanas hicimos la monografía
<^Seagirl^> del poeta extremeño Benito Arias Montano.
<^Seagirl^> Los que estuvistéis presentes lo recordaréis,
<^Seagirl^> otra joya :)
<^Seagirl^> Y esta carta en tercetos se la dedica
<^Seagirl^> Francisco de Aldana a Benito Arias Montano, y dice así:
Epístola a don Benito Arias Montano sobre
la contemplación de Dios y los requisitos della.
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Montano, cuyo nombre es la primera
estrellada señal por do camina
el Sol al cerco oblicuo de su esfera;
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nombrado así por voluntad divina
para mostrar que en ti comienza Apolo
la luz de su celeste disciplina:
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yo soy un hombre desvalido y solo,
expuesto al duro hado, cual marchita
hoja al rigor del descortés Eolo,
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mi vida temporal anda precita
dentro el infierno del común trafago
que siempre añade un mal y un bien nos quita;
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oficio militar profeso y hago
¡baja condenación de mi ventura
que al alma dos infiernos da por pago!
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Los huesos y la carne que natura
me dio para vivir, no poca parte
dellos y della he dado a la locura,
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mientras el pecho al desenvuelto Marte
tan libre di, que sin mi daño puede
(hablando la verdad) ser mudo el arte;
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y el rico galardón que se concede
a mi (llámola así) loca porfía
es... que por ciego y porfiado quede.
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No digo más sobre esto, que podría
cosas decir que un mármol deshiciese
en el piadoso humor que el ojo envía,
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y callaré las causas de interese
(no sé si justo o injusto) que en alguno
hubo porque mi mal más largo fuese;
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menos te quiero ser ora importuno
en declarar mi vida y nacimiento,
que tiempo dará Dios más oportuno:
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basta decir que cuatro veces ciento
y dos cuarenta vueltas dadas miro
del planeta septeno al firmamento,
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que en el aire común vivo y respiro,
sin haber hecho más que andar haciendo
yo mismo a mí, cruel, doblado tiro;
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y con un trasgo a brazos debatiendo
que al cabo, al cabo ¡ay Dios!, de tan gran rato
mi costoso sudor queda rïendo.
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Mas ya (merced del cielo) me desato,
ya rompo a la esperanza lisonjera
el lazo en que me asió con doble trato;
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pienso torcer de la común carrera
que sigue el vulgo y caminar derecho
jornada de mi patria verdadera;
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entrarme en el secreto de mi pecho
ya platicar en él mi interior hombre
dó va, dó está, si vive o qué se ha hecho.
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Y, porque vano error más no me asombre,
en algún alto y solitario nido
pienso enterrar mi ser, mi vida y nombre;
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y, como si no hubiera acá nacido,
estarme allá, cual Eco, replicando
al dulce son de Dios del alma oído.
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Y ¿qué debiera ser (bien contemplando)
el alma, sino un Eco resonante
a la eterna beldad que está llamando
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y, desde el cavernoso y vacilante
cuerpo, volver mil réplicas de amores
al sobrecelestial Narciso amante,
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rica de sus intrínsecos favores,
con un piadoso escarnio el bajo oficio
burlar de los mundanos amadores?
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En tierra o árbol hoja algún bullicio
no hace que al moverse ella no encuentra
en nuevo y para Dios grato ejercicio;
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y como el fuego saca y desencentra
oloroso licor por alquitara
del cuerpo de la rosa que en ella entra,
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así desstilara de la gran cara
del mundo inmaterial varia belleza
con el fuego del amor que la prepara:
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y pasará de vuelo a tanta alteza
que, volviéndose a ver tan sublimada,
su propia olvidará naturaleza,
.
cuya capacidad ya dilatada
allá verná do casi ser le toca
en su primera causa transformada.
(...)
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Francisco de Aldana
<maeseperez> obra maestra
<^Seagirl^> sí
<Marchessita> gracias, me gusta ese poeta
<maeseperez> precursora de la Epistola moral a Fabio
<^Seagirl^> Es una maravilla.
<maeseperez> y del memorial de Quevedo
<^Seagirl^> Gracias a vosotros.
<^Seagirl^> anuais- nos va a cerrar este especial
<anuais-> gracias voy:)))))))))))))
<anuais-> .
  SONETOS
3
Hase movido, dama, una pasión
entre Venus, Amor y la Natura
sobre vuestra hermosísima figura,
en la cual todos tres tienen razón;
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buscan quien les absuelva esta quistión
con viva diligencia y suma cura,
y es tan alta, tan honda y tan oscura
que no hay quien dalle pueda solución
.
Ponen estas querellas contra vos:
Venus, que le usurpáis su sacrificio,
Amor, que no lo conocéis por dios,
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Natura dice, y jura por su oficio,
que de vuestra impresión nunca hizo dos
y que ingrata le sois del beneficio.
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Francisco de Aldana
<^Seagirl^> Gracias, anuais- :)
<^Seagirl^> Y muchas gracias a vosotros por compartir este tiempo con nosotros.
<^Seagirl^> Os esperamos el martes que viene, con
<anuais-> gracias a todos:)
<^Seagirl^> un cambio de tercio poético de los grandes,
<^Seagirl^> ya que pasamos a una poeta actual: Rosa Lentini.
<^Seagirl^> No faltéis eh? :)
<anuais-> gracias ^Seagirl^:)
<^Seagirl^> Gracias anuais- :)