Fuente: http://www.diariosur.es/opinion/201504/20/poesia-como-eternidad-20150420010608-v.html
La madurez de mis treinta era eso: ver cómo dejan la tierra tus mentores, tus amigos. Todas esas personas que en un momento u otro, sin otro motor que la bonhomía, estuvieron ahí, en un momento crucial para ayudarte a ser quien eres.