Un indicio de bancarrota intelectual es la ausencia de crítica, por la cual entiendo no sólo la exégesis sino el diálogo que habría de engendrar. En el caso del campo cultural, uno de los primeros síntomas de anomia puede localizarse en la falta de recepción de libros o iniciativas que en sociedades pensantes saludables serían objeto de cuidadoso escrutinio.