Fuente: http://es.scribd.com/doc/251584484/Una-ruta-hacia-la-conciencia-feminista-la-poesia-de-Gioconda-Belli-docx#scribd
En un lapso de 28 años, desde los poemas de amor adolescente llenos de sentimentalismo de
Sobre la grama,
(1970), hasta los de madurez de
Apogeo
, (1998), la poesía de Gioconda Belli permite ver una identidad femenina en su proceso de concientización feminista, que lucha por inscribirse como sujeto social y discursivo dentro de contextos claramente pa-triarcales.Ya varios críticos han analizado desde diversos ángulos la negociación que Belli ha hecho con la tradición patriarcal, especialmente con respecto a la imagen femenina, y a su relación con lo político. Greg Dawes y Jill E. Albada-Jelgersma, por ejemplo, han explo-rado la tensión que su discurso poético muestra entre la expresión de la subjetividad y la fidelidad al ideario revolucionario. Elena Grau-Lleveria demuestra cómo la aproximación al erotismo, elemento fundamental de la poética de Belli, es al mismo tiempo parte de la tradición y una alteración de la misma. Similarmente, Pilar Moyano observa que Belli ne-gocia con imágenes y mitos tradicionales sobre la feminidad y la nación, no destruyéndolos o rechazándolos del todo, pero sí alterándolos y corrigiéndolos. Con este ensayo me pro- pongo añadir una perspectiva más sobre esta tensión entre lo tradicional y lo nuevo en cuanto a la identidad femenina y su auto-inscripción textual y social, latente en toda la obra poética de Belli, siendo mi ventaja sobre las discusiones anteriores, con excepción de la de Grau-Lleveria, que mi análisis incluye la totalidad de la poesía de Belli hasta ahora publi-cada. De gran importancia para este estudio son las auto-definiciones contradictorias, apa-rentes y reales, del yo poético de Belli, a partir de las cuales pretendo seguir su proceso de concientización feminista. Resulta muy útil como herramienta para este análisis el concepto "Mujer," escrito con ma-yúscula y en singular, término de Sally Robinson, que define aquella "figura discursiva
construida y movilizada de acuerdo con el deseo masculino, ...esa noción metafísica y
esencialista [de lo femenino] que ha sido continuamente producida por discursos y prácticas sociales hegemónicas" (Robinson 11).(1) En el contexto latinoamericano es el "eterno fe-menino" del que escribiera Rosario Castellanos, ese ideal imposible proveniente de la tradi-ción judeo-cristiana impuesto a las mujeres. Al analizar la producción poética de Belli en su totalidad a partir del concepto "Mujer" se podrá constatar mejor su negociación con la tra-dición y su progresión hacia el pensamiento feminista. La imagen monolítica "Mujer" se ha reproducido muchas veces en la literatura mundial y latinoamericana tanto masculina como femenina. Dentro de la literatura masculina, en par-ticular, la imagen femenina ha aparecido, desde la misma poesía amorosa de Petrarca, como instrumento para la autodefinición del yo masculino. (2) Desde la patrística teológica, hasta autores clásicos como Henry James, Robert Musil y Marcel Proust, se ha representado lo femenino asociado al inconsciente, con la sexualidad, con lo pasivo, lo irracional y "lo otro" (Appignamesi 6-13). Dentro del contexto latinoamericano, no tenemos que rebuscar más allá de dos de los grandes poetas, José Asunción Silva o Pablo Neruda, para encontrar esta misma característica. En su producción poética, la mujer es el objeto del deseo y carece de una voz propia. (3) Así mismo, dentro del surrealismo, movimiento artístico de gran influencia en la literatura latinoamericana del siglo XX, Bethany Ladimer observó esta misma representación de la mujer, asociándola aún con la locura misma. Ahora bien, nos preguntamos cómo se han auto-representado las mujeres dentro de esta tradición. Obviamente con dificultades, porque sus opciones han sido pocas: o emular la identidad femenina literaria heredada, o comenzar a cambiar las pautas tradicionales. Lo interesante es ver cómo las escritoras han negociado con la tradición, con frecuencia desa-fiando los modelos impuestos sobre su propia identidad, pero al mismo tiempo también amoldándose a ellos. Así por ejemplo es el caso de Delmira Agustini, quien se inscribió como sujeto del deseo erótico en muchos de sus poemas, aunque en muchos otros también se puso al nivel de objeto del deseo masculino, brindando su cuerpo para la inmolación. Alfonsina Storni, por otra parte, mostró la rebeldía feminista más abiertamente, dirigiéndo-se directamente al sujeto masculino y cuestionando sus tácticas. Sus logros fueron muchos pero no encontró ella puertas de salida a la encrucijada femenina. Su respuesta fue la autoenajenación. Aún poetas más contemporáneas como la colombiana María Mercedes Ca-rranza, por ejemplo, escribía en los setenta y ochenta del conflicto al confrontar las expecta-tivas sociales femeninas de la sonrisa y la dulzura con su ira interior. Su yo lírico represen-taba a una mujer que rechazaba modelos femeninos tradicionales pero que todavía no había encontrado otros nuevos. Quizás por eso una de sus estrategias poéticas principales fuera la auto-ironía.