Fuente: http://elcomercio.pe/viu/ellas-son/senna-ochochoque-poesia-mi-motivacion-noticia-1800976
Una niña con coraje puede lograr una revolución. Senna Ochochoque guerrea la suya desde antes de nacer. «Mi mamá no se alimentaba bien, pero igual yo nací fuerte, por eso mi papá siempre quiso que yo me llamara 'Xena', como la princesa guerrera».
Aunque el día de su registro un error quiso que esa X se convirtiese en S, no cabe duda de que esta chica de Puno es una luchadora.
Sus padres –sin estudios ni trabajo formal- trabajaban en la mina de La Rinconada [Puno], extrayendo oro. Senna creció a más de cinco mil metros de altura, donde la mejor comida que se prepara es para vender, la temperatura no supera los cero grados centígrados durante el invierno y el mercurio contamina el agua que toman.
Su vida en La Rinconada
Despertaba a las 5:00 a.m. para ayudar a su mamá a vender y llegaba caminando, siempre tarde al colegio. Por esa demora se debía sentar atrás, donde no alcanzaba a ver bien la clase.
«A mí me gusta aprender y yo iba hacia la pizarra para ver y copiar en mi cuaderno y mis compañeras se burlaban de mí porque caminaba, me decían que yo era 'cena' para comer y todos los días me decían ciega, que yo nunca voy a ver, me decían pobre, que yo nunca voy a tener plata ni llegar a algún lugar», dice con sus mejillas coloreadas por el frío.
Retornaba a su casa, y a veces sin ganas de almorzar, salía a vender papa a la huancaína cerca a la mina o, en ocasiones trabajaba en un baño público para ayudar con los gastos de su casa. «Sacaba las cuentas bien rápido y el dueño lo hacía con su calculadora», cuenta la joven estudiante.
Entre el documental y la poesía
En el 2009, la fundación Cooperative for Assistance and Relief Everywhere (CARE) llega hasta La Rinconada. Habían viajado por todo el mundo buscando niñas en situaciones difíciles: chicas como Ruksana, que vivía en las calles de la India y cuyo padre sacrificó sus propias necesidades para alcanzar los sueños de su hija. O como Sokha, una huérfana que cambió su vida en un basurero de Camboya por los estudios y el baile. O como Suma, quien en Nepal escribía canciones que la ayudaban a soportar la servidumbre forzada y hoy lucha por la liberación de otras niñas, que como ella en otro momento, no tienen libertad para elegir.
Senna se acercó curiosa a los documentalistas de EE.UU. para preguntar qué estaban haciendo. «Nos tomaron fotos y todo, yo me dejaba, pero algunas personas me decían que me iban a vender, que tenga cuidado, que es peligroso, que así vienen personas y se llevan a las niñas». No era una preocupación sin fundamentos: es que además de la minería informal, la prostitución –infantil en algunos casos– es una amenaza constante.
A inicios del 2010, Senna fue elegida entre las otras chicas entrevistadas de La Rinconada. Su participación refleja la necesidad de lucha contra la desigualdad local que contrasta con la ternura de una niña. En enero comenzó a rodar el filme, que la sigue en su vida diaria y en donde además hace gala de su talento para la poesía recitando «Los Heraldos Negros», que dedica a su padre fallecido en el 2008.
«La poesía me motiva mucho. Siento que me desahogo, lo digo todo», dice Senna. Ella canalizó su angustia ante el acoso escolar y la transformó en poemas. Hoy ya son 42 los escritos que busca publicar el próximo año.
De La Rinconada a Juliaca
Gracias a las gestiones de CARE , Senna pudo mudarse a Juliaca, comprar su primer par de lentes y terminar la secundaria, desempeñándose como brigadier general.
Ahora estudia Ingeniería Empresarial e Informática por las mañanas. Cuando vuelve a casa atiende a sus hermanos, hace sus tareas y escribe poemas. Los fines de semana retorna a La Rinconada para vender gelatinas y así, solventar sus estudios.
«Cuando termine, lo primero que voy a hacer es abrir un club de mujeres, donde transmitiré mis ideas, mi historia, cómo he sufrido y cómo vencí eso [...]. Voy a confeccionar carteras, tejer boinas y las voy a mandar a otros países, porque yo creo que las personas que están interesadas en cambiar este mundo me van a apoyar, aunque sea con un granito de arena o también dando motivación a comunidades, que digan la importancia de la mujer y la autoestima», acota lejos de su vida anterior y mirando un futuro lleno de metas por conquistar.
ALGO MÁS
• Un consejo. «A todas las que han llorado como yo que digan basta. Pueden distraerse con cualquier cosa. Cada persona tiene una habilidad, que se distraiga con ella y va a sentirse feliz».
• Un deseo: «Que ya no exista el 'bullying', porque todos somos iguales, somos hijos de Dios».
• Admiración: A su mamá, porque es una mujer muy valiente y a pesar de sus muchas
dificultades ha salido adelante y es muy alegre. «Ha sido padre y madre para nosotros», enfatiza.
• Motivación: «Mi padre me dijo 'tú te llamas Senna, la princesa guerrera, y tú eres una ingeniera y una poeta'... y lo voy a ser».
• Planes: publicar su libro de poemas, tener muchas empresas y clubes. Trabajar en
Corea y conocer los Estados Unidos.
Por María Inés Ching