Vivo sin vivir en mí' es una de las frases más reconocidas de Santa Teresa de Jesús, una religiosa anticipada a su tiempo que destacó en múltiples facetas de la vida, entre ellas la literaria.
Y estos versos, reconocidos mundialmente por los amantes de la literatura, surgieron en una celda de pequeñas dimensiones que, a día de hoy, se conserva en la conocida como Casa de Santa Teresa de Salamanca.
Este rincón de Salamanca, que fue casa de estudiantes y el origen de su séptima fundación, se encuentra en la calle Condes de Crespo Rascón. Allí, en su interior, se puede ver el habitáculo en el que vivía la religiosa y donde escribió estas famosas palabras.
Ahora, en el quinto centenario del nacimiento de la santa, se recuerdan sus logros en distintos campos como el místico, el intelectual, el fundacional pero también el literario. Y es en este en el que se señala que fue una mujer que "desclasa su lenguaje y adopta un habla rústica, un estilo ermitaño, que resulta enormemente atractivo sin pretenderlo", tal y como afirmó el académico Víctor García de la Concha y que recoge la publicación de la experta María Jesús Mancho en la Revista de Estudios Salamanca 'La huella de Teresa de Jesús'.
En esta misma publicación, María Jesús Mancho señala que en sus palabras "se entrecruzan rasgos de escritura que son prolongación del coloquio conventual junto a íntimas efusiones místicas; vibrantes apologías y alusiones punzantes de ironía al lado de otras en que el tono está más velado; desahogos líricos frente a exhortaciones y apóstrofes que recuerdan modales de la predicación".
También, en la Revista de Estudios Salamanca 'La huella de Teresa de Jesús', la experta Patricia Bastica Rodríguez pone de relieve el "creciente interés a nivel internacional por la figura de Santa Teresa", en cuya faceta literaria hay "otro elemento reivindicativo" y que constituye un componente "fundamental" en novelas posteriores, en las que influyó su lenguaje.
CELDA
La celda de la Casa de Santa Teresa en Salamanca, donde la religiosa escribió algunos de sus textos más conocidos, es ejemplo de su idea sobre sus nuevos conventos, marcados por lo austero frente a la grandiosidad de otras edificaciones católicas.
En las 'Ordenaciones' que escribe para la Providencia de San José, en 1562, tal y como recoge Mercedes Marcos en su publicación titulada 'Teresa de Jesús y Beatriz de la Concepción: La imaginación fundadora', deja hasta detalladas las dimensiones de cada pieza conventual, y esta celda de Salamanca es un ejemplo de su interés por celdas y zonas de descanso de pequeñas dimensiones.
(EuropaPress)