Fuente: http://www.eluniverso.com/opinion/2015/07/24/nota/5034781/rafael-diaz-ycaza-nuevo
Aunque la mirada del escritor se entrena en los alrededores de la localidad en la que vive –su casa, su barrio, su colegio, su ciudad, su país–, el guayaquileño Rafael Díaz Ycaza en su obra escrita observó con minuciosa atención sus mundos cercanos y lejanos y les otorgó un sentido de universalidad con la experiencia de los viajes que hizo por mar, por tierra, por aire y por medio de la imaginación literaria, para que sus contemporáneos comprendieran mejor los dolores y las alegrías de compartir este planeta.
Una selección de sus poemas, cuentos y artículos –publicada por el Consejo Nacional de Cultura– puede ser leída ahora en su Obra reunida.
La obra literaria de Díaz Ycaza, en verso y en prosa, respondió a los desafíos que debió enfrentar ante varios acontecimientos que cambiaron para siempre el rumbo del planeta: la mundialización de la guerra, la amenaza del holocausto nuclear, los totalitarismos de derecha y de izquierda, el Tercer Mundo, los procesos de descolonización, la Revolución cubana, las dictaduras latinoamericanas. Pero también fue una época en que creció la solidaridad por defender los derechos humanos y la democracia, tareas en la que Díaz estuvo comprometido en el Ecuador y en Latinoamérica.
Para contribuir al mejoramiento del mundo y de la humanidad, Díaz recurrió a la poesía, al cuento, a la novela y al artículo de prensa. Fue un promotor activo de agrupaciones culturales que difundían los valores del arte por encima de los del mercado. Emprendió con entusiasmo la gestión de la cultura y desarrolló colecciones de volúmenes literarios de autores maduros y noveles mientras dirigió el Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura. En esta colección de los premios Espejo –Díaz recibió esa distinción en 2011– se podrá nuevamente leer a aquellos escritores reconocidos por su trayectoria artística y humana.
Díaz fue maestro, periodista, escritor, intelectual: un auténtico hombre de letras que creyó en el valor de la palabra y de las ideas, y que hizo todo lo posible por darle a la literatura un sitio importante entre los discursos que circulan con valor social. En este volumen se puede comprobar que la dedicación de Díaz a la poesía abarca casi sesenta años, pues sus primeros versos publicados en libro son de 1946 y sus últimos aparecen en 2007. Para Díaz, el verso fue otro recurso para contar los acontecimientos que cuestionaban la verdadera humanidad del hombre contemporáneo y tal vez por eso le gustaba verse, sobre todo, como poeta.
Pero además fue un estupendo narrador de historias deslumbrantes. También fue un columnista de opinión cuya palabra era seguida y respetada por los lectores. Una de las pruebas de ello es que, con frecuencia, muchos de sus artículos dieron paso a las opiniones recibidas o fueron empleados para responder a las inquietudes de otras personas. En sus artículos se puede rastrear un abanico de temas que confirma la vocación del intelectual por estar atento no solo a los problemas de su comunidad, sino del mundo entero. Para Rafael Díaz, su comunidad era el planeta entero y esto fue patente en toda su escritura. (O)