"Primero sueño", de Sor Juana Inés de la Cruz

Fuente: https://www.todoliteratura.es/noticia/60697/poesia/primero-sueno-de-sor-juana-ines-de-la-cruz.html

Para este nuevo recorrido por la colección de bellos libros ilustrados, “Un gozo en mi pozo”, de la editorial sevillana Pandora, se reúnen su editor Pedro Tabernero, la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz

el profesor, diseñador y pintor Javier Hermida, la prologuista de Primero sueño, Sofía Sánchez Martínez, de la Universidad de Sevilla, editora mexicana que cuenta entre otras muchas facetas creativas con la dirección de revistas, talleres creativos o la poesía con cuatro poemarios, de los que subrayo Los astros (2018) Premio de Poesía Luis Cernuda, y, Francisco Mantecón Campos, pintor y director del museo de la ciudad de Alcalá de Guadaira, que se ocupará de desvelar algunas de las técnicas del acuarelista Javier Hermida que ya nos deleitó con su talento en la otra colección “Relatos del desertor del presidio, N. 15, ilustrando el texto de Amaya Zulueta Un dios oscuro.

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En este espacio privilegiado, coincidimos todos en defender con pasión la creación, el arte, la literatura, en cierto modo, los fondos éticos y espirituales de estéticas tan singulares como necesarias ahondando como nos señala Sofía Sánchez en “la resignificación simbólica del gran objeto humano que es el libro”.
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Un libro que curiosamente leí por vez primera en una edición francesa de Gallimard (1987) que contaba con un brillante prólogo de Octavio Paz que resalta la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, como obra admirada en el mundo de las lenguas española y portuguesa, que es tanto como decir, en medio mundos. Ciertamente, la lectura, difusión y conocimiento de sus libros fueron comentados y representados en Lima, Sevilla, Lisboa, Madrid, México y Manila. México es trágicamente golpeado por una epidemia de peste. El tifus cortó de la raíz la obra literaria de esta autora y, como suele suceder con los caprichos del tiempo y las costumbres, cayó en olvido por dos siglos. Sin embargo, algún milagro debía acontecer en el espacio de la religiosa: su resurrección literaria que ha conocido un auge extraordinario en la publicaciones, ediciones y estudios de sus libros.
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La crítica hispanoamericana y norteamericana, francesa y alemana, italiana y española la consideran una de las grandes poetas de nuestra lengua. Una figura universal que dejará huellas en generaciones posteriores, destacando el diálogo roto entre el cielo y el espíritu humano, la conciencia y el infinito. El pensamiento de Sor Juan Inés de la Cruz, supera los géneros de poesía y teatro y conectan con el ensayo. Octavio Paz, gran admirador de la obra de la autora de padre vasco y madre mexicana, recurre a esa suerte de ensayo (llorado ensayo) en forma de carta escrita para presentar una doble novedad histórica: se trata de la primera biografía intelectual de una mujer y a la vez una defensa del derecho de las mujeres al conocimiento. Un testimonio de feminismo inteligente y libertad creativa. No obstante, su gran poema, Primero sueño, ilustra el conceptismo, en ese contraste y choque de metáforas, en arrebatos, efectos inesperados, evocaciones mitológicas, un anhelo enorme por el conocimiento, un barroquismo que Góngora va imponiendo y nuestra autora ve reajustando.
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“Consiguió, al fin, la vista del Ocaso/el fugitivo paso,/y en su mismo despeño recobrada/esforzando el aliento en la ruina—/en la mitad del globo que ha dejado/el Sol desamparada,/segunda vez rebelde determina mirarse coronada,/mientras nuestro Hemisferio la dorada/ilustraba del Sol madeja hermosa,/que con luz judiciosa/de orden distributivo, repartiendo/a las cosas visibles sus colores iba, y restituyendo/entera a los sentidos exteriores/su operación, quedando a luz más cierta/ el Mundo iluminado, y yo despierta”.
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De este modo, nos cierra el poema. Tarea ardua para el pintor, iluminar con trazos e imágenes combinaciones léxicas con cierta oscuridad, pero, en cualquier caso, responder con método al riguroso trabajo del verso. La originalidad de la pintura de Javier Hermida va de la mano de su empeño didáctico, su vocación, insisto por elucidar con el dominio del color y una profusión técnica manifiesta se traduce en la serie de bocetos preparatorios que se insertan al principio. Su facilidad para el dibujo y su aportación de colores combinan en esencia la contundencia de la mirada y la perfección retratística de mitos, objetos, luces, en suma, una combinatoria de emociones, reflexiones que hacen que su pintura sea (pese a la visión galerista) muy reconocible. Si Sor Juana Inés de la Cruz, mostraba su preferencia por este soberbio poema Primero vuelo, al ser un texto que escribió por gusto, su ilustrador demuestra de igual modo, una dialéctica pictórica que, desde una perspectiva hedonista, ha desarrollado con intuición y maestría, una estructura cromática inseparable de su texto. Se van cruzando la exigencia del oficio del ilustrador derramada en diversidad tanta y las infinitas hechuras poemáticas que de un concepto en otro va ascendiendo grado a grado.
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Por Albert Torés García