Este sábado será presentado en el Palacio Tecleño el Segundo índice antológico de la poesía salvadoreña, una selección de 73 autores a cargo de Vladimir Amaya que abarca 30 años de producción poética en El Salvador: entre 1980 y los inicios del siglo XXI.
Esta voluminosa antología (525 páginas) es el producto de una esfuerzo de colaboración entre Índole Editores y Kalina Editores. El tiraje consta de tres mil ejemplares y el costo del libro será de 20 dólares.
"Este es un proyecto único. No es una actualización, sino una continuación del trabajo de [David] Escobar Galindo en el 82" dijo Carlos Clara, el director de Índole en una entrevista telefónica. Destacó además el carácter "híbrido" de la obra: bibliografía y selección poética al mismo tiempo. (Aclaración necesaria: el autor de esta nota figura entre los poetas antologados).
Amaya explicó que el volumen que será presentado este sábado "pone al alcance del estudiante en general y del académico uno de los panoramas más completos y actuales de la poesía salvadoreña en las últimas décadas. Para que ya no se siga creyendo en las escuelas que algunos de nuestros poetas vivos y en actividad son Roque Dalton, Alfredo Espino y Claudia Lars. Al tener este nuevo índice podrán conocer a los autores contemporáneos".
Hace dos años, Amaya publicó Perdidos y delirantes: 36 poetas salvadoreños y 34 olvidados (Zeugma Editores), en la que figuraban olvidados como Francisco Herrera Velado, Carlos Bustamante, Lilian Serpas, Julio Enrique Ávila, Orlando Fresedo, Liliam Jiménez y César Ulises Masis.
Tanto Kalina como Índice, subrayó Clará, "son editoriales privadas, independientes, con un proyecto que nació en el seno de la Universidad de El Salvador. Fue un trabajo de seis años". La alianza con Kalina, recalca, "es una alianza natural". Esta editorial presentó recientemente Teatro bajo mi piel, una antología de poesía español-inglés que presenta a poetas de la diáspora.
El Segundo Índice es el quinto título que lanza la empresa de Clará este año, frente a 15 el año pasado. Esta caída se explica por la decisión de dar prioridad a cuestiones como el cambio de diseño y la comercialización de libros, y por esa razón no todos los libros producidos en 2014 han sido presentados oficialmente. Tres que ya se encuentran impresos no serán lanzados hasta el primer trimestre de 2015.
"Mover los materiales es el talón de Aquiles de la incipiente industria nacional", comenta Clará respecto a los esfuerzos para expandir mercados.
Índice abrió el año con la publicación de Eden arde, obra del poeta Miguel Huezo Mixco que se presentó en el Centro Cultural de España. El 29 de noviembre, la casa editora presentará un nuevo libro de la dramaturga Jorgelina Cerritos, La audiencia de los confines, ello en el Teatro Nacional.
Esta semana, Índice también presentó en el consulado de El Salvador en Boston, Massachussetts Poemas en blanco y negro, del dominicano Leonardo Nin. Se trata del noveno volumen de la colección "Onda expansiva", que alberga a creadores salvadoreños y latinoamericanos de los años 90 (nacidos entre 1965 y 1977), los noventeros. Los mexicanos Leticia Luna y Manuel Cuatle, este último director del Festival Internacional de Poesía del Zócalo, y el venezolano José Gregorio Vásquez han sido incluidos en ella.
Onda expansiva enmarca la obra de estos autores "dentro de períodos de posguerra o posrepresión, pero a diferencia de la generación anterior, su imaginario es más intimista, neoexistencialista o reflexivo de una infancia y adolescencia que se gestó en exilios, conspiraciones, diásporas, abandonos y ciudades sitiadas...".
La cooperación de Índole con Kalina se extiende además a otros ámbitos del mundo editorial, y se encuadran en el proyecto de una red latinoamericana de editores. Hasta ahora suman cuatro casas, lo cual incluye dos editoriales pequeñas en Nueva York.
"No somos el Fondo de Cultura Económica, pero estamos moviendo los materiales y buscando como amarrar esos canales. Ha sido el sueño de la mayoría hacer ese tipo de corredores", dice Clará.