Fuente: diarioinformacion.com/
El autor, con el libro que presenta hoy en Elche.
Un libro y un profundo recorrido, que áun no ha terminado, devuelve al ilicitano Pascual Micó a la actualidad... un poeta que no ha tenido el reconocimiento que merecían sus versos y una realidad descrita, ahora, por Manuel Valero, investigador, periodista, poeta y canditado al premio de la Crítica Valenciana
¿Quién es y por qué eligió a Pascual Micó para su estudio convertido en libro?.
Pascual Micó (1926-1981) es un poeta ilicitano que inicia su andadura literaria durante la posguerra. Micó forma parte de un grupo de intelectuales, poco estudiado, entre los que se puede incluir a Antoni Brú, Rogelio Buendía o Sixto Marco. Uno de los principales motivos de mi interés por la obra de este autor consiste en la publicación escasa y dispersa de sus poemas. El abanico poético conformado por Pascual Micó, Manuel Molina, Francisco Alonso Ruiz y Antonio Zapata es una toma de contacto con las diferentes tensiones estéticas de la poesía alicantina del siglo XX.
¿Por qué un título san sugerente y a la vez enigmático como «El tiempo de los héroes»?
Mi intención no ha sido teñir de malditismo la estética de estos autores. Sino que, por el contrario, me apasiona la resignación con la que, dichos poetas, asumen la poesía. O dicho de otro modo, me fascina la virtud de la escritura compaginada, al mismo tiempo, con la conciencia de la derrota. El título responde a la heroicidad que estos autores demuestran a la hora de enfrentar la pasión literaria a la autoconciencia de su individualismo histórico. Y cuando me refiero a la poesía hablo de un concepto miserable, y un tanto opaco, de la cotidianeidad que nos ha tocado vivir. En este sentido, ejemplos como los de Antonio Zapata, Francisco Alonso, Manuel Molina o el propio Pascual Micó son inmejorables.
¿Cuál es su aportación tras haber desmenuzado la vida y la obra de Micó?
En primer lugar, he intentado ubicar la poesía de Pascual Micó en un marco poético más o menos general de la poesía española. Y, en segundo lugar, he afrontado la ética y la estética del ilicitano. Según mis conclusiones, el existencialismo crítico de Pascual Micó es una lección vigente en nuestros días.
¿Cree que es uno de esos autores que no han tenido el reconocimiento que su obra reclamaba y reclama?
Seguro. La poesía de Pascual Micó sólo es conocida por una pequeña parte de la ciudadanía ilicitana que posee cierta edad o está vinculada a la cultura. Por no hablar fuera de Elche... A mi juicio, la poesía de Micó es uno de los pilares de la tradición poética de Elche.
Y todo esto, a la espera de ver si consigue el premio de la Crítica Valenciana gracias a su trabajo «Juan Gil-Albert: la posesión de ser sin exigencias» (Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2013)... ¿Tan joven y ya despuntando junto nombres consolidados como Prieto de Paula, Pilar Blanco o Ríos Carratalá?
El primer sorprendido por la noticia fui yo mismo. Para mí es un honor recibir este reconocimiento porque son muchos los libros publicados por autores valencianos. Esta investigación cuestiona algunos planteamientos sobre la obra gilalbertiana que hasta el momento habían sido dados por sentado. En este sentido, me alegra profundamente la nominación porque me motiva a la hora de afrontar nuevos retos.
A tenor de sus investigaciones y libros... está claro que le guía la poesía y los poetas. ¿Podemos hablar de proyectos que llegan de inmediato de la mano de Manuel Valero?
Sí, por supuesto. Mi objetivo prioritario es presentar la tesis doctoral en los próximos meses. Por otro lado, preparo un par de investigaciones sobre la poesía de Pascual Micó. Además, espero publicar un poemario y finalizar varios trabajos que giran alrededor de la poesía española contemporánea.
¿Tanto esfuerzo cultural sirve para algo? ¿A dónde nos lleva la literatura y la poesía hoy en día?
Imagino que sirve para que hoy nos reunamos un buen número de personas con la intención de recordar a Pascual Micó. Usted sabe que los circuitos literarios están podridos por una competitividad y envidia insana. Por este motivo, un homenaje como el de hoy me parece un evento honrado y honroso. El resto es silencio. Y quizá, por eso mismo, porque el resto es silencio, deberíamos preocuparnos.
ANTONIO JUAN SÁNCHEZ