Fuente: laprensa.hn/
Heber Ernesto Sorto hizo su aparición en las letras hondureñas en 2004 con su poemario Canto Nuestro, ya hace dos décadas. El poeta celebra sus 20 años de oficio con la antología Hojas reunidas. 20 años de poesía, bajo el sello Libélula Editores.
El jueves 3 de julio se desplazó desde su natal Olanchito para compartir con un grupo de amigos y de invitados especiales que atendieron la invitación al Museo de Antropología e Historia.
Entre los concurrentes estaban Ana María Alemán (Pez de afiladas sombras), Murvin Andino (Extranjero), Otoniel Natarén (La piel de la ternera), Marco Tulio del Arca (Bajo el sol de todos) y Rubén Izaguirre (Los días negros). Este tipo de eventos se han vuelto una especie de cofradía, pues casi siempre vemos los mismos rostros, en una ciudad endurecida ante las manifestaciones humanistas.
Satisfacción
Heber cuenta que todos sus libros publicados son una especie de eslabón y que el único proyecto prematuro ha sido Todos los días, una antología hecha con apoyo del Gobierno de Bélgica: “ahí sentí que metí la pata. Como lo financiaban me lancé, ese libro es el único que siento que no entra en ese eslabón”.
Tres escritores que han ganado el premio nacional de literatura (José Gonzales, José Luis Quesada y Livio Ramírez) animaron a Heber para que antologara su trabajo de 20 años en Hojas reunidas.
Pero también incluye poemas nuevos: “Pasé un tiempo complicado, me enfermé, dejé mi trabajo, se alejaron los amigos y me quedé solo con la pluma y la página en blanco. Hay algunos textos que dan a conocer ese momento”.
El poeta se muestra contento porque “la selección de los poemas del libro fue de ellos y lo siento como un aval que da credibilidad a mi trabajo”.
Para este autor la poesía “nace de las dificultades, cuando una sociedad te ignora es como que te inyectan combustible para adquirir carácter”.
Por ahora se ocupa en preparar un libro de cuentos breves para niños y del 13 al 15 de octubre participará en el Festival Latinoamericano de Poesía Ciudad de Nueva York.
Al conversatorio, cuyo maestro de ceremonia fue Jorge Cotto, también asistió Jxiel Artdon, quien dejó un buen sabor con su guitarra. Un joven artista que además de tocar escribe desde su experiencia de hondureño
