Fuente: luzdelimbo.blogspot.com.es/
Dos libros imprescindibles no han sido tomados en cuenta en varios "recuentos del año" de poesía. Y estamos hablando de palabras mayores, no de poemarios aislados frente a los cuales se puede tener diversas opiniones.
Me refiero, en primer lugar, a Splendor, de uno de los fundadores de Hora Zero, el grupo poético más importante del siglo veinte peruano. Se trata de un voluminoso y hermosamente editado libro que reúne la llamada "ética" del autor del sobrevalorado En los extramuros del mundo.
Enrique Verástegui, todos lo sabemos, ha tenido en poesía una trayectoria errática; un comienzo muy promisorio, con dos primeros libros elogiados desde todas las trincheras, una etapa más oscura y sin embargo muy estimulante, que ahora ha sido reunida en un solo volumen, tetralógico, gracias al esfuerzo de un grupo de editoriales mexicanas, y finalmente una serie de textos entre estrambóticos y pretenciosos que no dieron nunca con el nivel ni siquiera de su primera etapa.
Splendor es un libro de mil páginas que es imposible dejar de lado en cualquier recuento, y es más, acaso sea uno de los mejores libros de poesía peruana publicados este año.
Otro caso es el de Mario Manuel Bartolo Montalbetti, o simplemente Mario Montalbetti (1953), que este año reunió toda su poesía publicada hasta el 2013, en un libro titulado Lejos de mí decirles, publicado también en México.
El volumen reúne desde su primer poemario, sencillo y profundo, algo juguetón: Perro negro, hasta su fallido Apolo Cupisnique, pasando por su libro más importante, y me atrevo a agregar que uno de los más importantes de las últimas décadas: Fin desierto (aunque para apreciar la grandeza de este libro hay que leerlo en la edición no venal que se despliega como un acordeón y donde se puede apreciar el juego y determinancia de los espacios en su propuesta poética mallarmeana); este punto crucial se pierde en la lectura lineal que ofrece Lejos de mí decirles.
Por cierto, están otros libro notables como Cinco segundos de horizonte, Llantos elíseos, 10,000 cafés (un retorno en cierto modo al coloquialismo) y un texto crítico que, a juzgar por el poeta Tulio Mora, significa un cierto acercamiento a la poética de HZ. Cuando llegue a ese punto en mi lectura de Lejos de mí decirles, daré mi opinión al respecto.
En fin, me parece poco profesional y producto de un equivocado "sentido de cuerpo" el dejar de lado este acontecimiento poético solo porque el escurridizo Montalbetti se ofreció a presentar un libro de un poeta joven, y luego simplemente dejó plantado a todos en la presentación.
Montalbetti tiene una trayectoria demasiado brillante y gran futuro como para dejarla en manos de la venganza poética (completamente comprensible) o del periodismo literario de baja intensidad que hoy campea en los diarios peruanos.
por Víctor Coral