Fuente: eldiariomontanes.es/
Escribir y pintar para llegar a un mismo punto: perseguir la luz. Este viaje es que propone esta tarde la editorial El vuelo de la ardilla, que presenta el tercer número de su peculiar colección poética.
En esta ocasión, el sello cántabro reúne los versos de Alba Pascual y las ilustraciones de la artista plástica Mabel Arce en el poemario 'La persecución de la luz', que se presenta en la librería Gil de la Plaza de Pombo, en Santander, a las 19.30 horas. La peculiaridad radica en que de este poemario consta únicamente de cien ejemplares, va numerado y estará firmado tanto por la autora como por la ilustradora.
Esta editorial, surgida en Cantabria de la mano de Florentino Puente Vega y Carlos Abascal, ha publicado anteriormente los poemarios 'Apóstoles del miedo', de los propios editores, con Florentino Puente Vega a cargo de los poemas y Carlos Abascal como ilustrador, y 'En el mar, tan cerca del desierto', de Fernando Zamanillo, acompañado por las ilustraciones de Salvatore Ravo.
La edición está concebida de manera que la poesía y la ilustración se unan, de manera que a cada uno de los poemas les acompaña un dibujo de un artista, realizado a partir de la lectura de los versos. En el caso de La persecución de la luz, la artista Mabel Arce es quien recoge el testigo de los poemas y los ilustra, realizando su propia interpretación que a su vez los realimenta y potencia.
Para ello, Arce ha trabajado con pincel y acrílico, en vez de tinta habitual en estos casos, sobre un papel con alto gramaje. En todos sus dibujos se manifiesta un trazo seguro y un alto riesgo en las perspectivas y composiciones.
Alba Pascual es licenciada en Historia en la Universidad de Cantabria y Máster de Arqueología y Patrimonio. Ganadora del Premio José Hierro 2011 y artífice de la editorial de poesía Sol y Sombra junto con Noé Ortega, suma con este libro un nuevo paso en su trayectoria como autora. En los primeros poemas que presenta en 'La persecución de la luz' «el pulso entre el frío y el calor, la luz y la sombra, se apoderan de una atmósfera pesimista, luego viene la entrega corporal al amante que es sinónimo de entrega a la vida y a la edad adulta; aparecen entonces referencias a la naturaleza en general y la naturaleza animal en concreto».
De esta manera, según explica, «si en una primera lectura podemos creer que el cuerpo es el protagonista ya en una segunda descubrimos que en realidad es el tránsito, el tránsito vital naturalmente. Madurar también significa pérdida».