Fuente: elpais.cr
Después de casi 15 años, el escritor francés Michel Houellebecq regresa a sus orígenes: los versos. Y lo hace con el poemario "Configuration du dernier rivage" (en traducción libre: configuración de la última orilla), que desde hace unos días puede adquirirse en las librerías francesas, aunque esta vez su aterrizaje no haya sido precedido del habitual revuelo mediático. Y es que en lugar de polémica, con lo que se especula estos días es con una posible despedida.
El título, al menos, da que pensar.
"Configuration du dernier rivage" es el quinto poemario del "enfant terrible" de la literatura francesa. Versos sencillos, que riman o no, pero reflejan la más pura esencia "houellebecquiana". Un adjetivo que en la Francia de hoy se utiliza para describir un estado de ánimo concreto: gris y depresivo.
Infortunio, sexo, amores imposibles, sufrimiento y el inevitable paso del tiempo: en las 96 páginas del poemario reaparecen los temas más recurrentes de sus novelas, desde "Las partículas elementales" a "El mapa y el territorio", por la que se alzó con el prestigioso premio Goncourt. Sólo que la poesía le permite ser mucho más expresivo que la prosa. "La poesía revela cosas que no se pueden expresar de otro modo", dijo una vez en una entrevista.
Según el diario francés "Le Figaro", da la impresión de que "Houellebecq quiere despedirse del mundo para alcanzar esa 'última orilla'". Por ejemplo, con el poema "Face B": "Y de pronto todo pierde interés/El futuro es necrológico/Sólo el pasado herido."
"Configuration du dernier rivage" es, además, el primer libro de Houellebecq desde su regreso a Francia. El escritor volvió a principios de año, tras pasar más de una década fuera, en Irlanda y España. Huyó de la polémica que desató su bestseller "Plataforma" (2001), en el que describe la desorientada búsqueda de la felicidad y plenitud sexual. La novela fue calificada de sexista y antirreligiosa.
¿Por qué ha regresado a Francia? "No vuelvo porque apoye al gobierno. Vuelvo porque me he hecho mayor, necesito un seguro médico", confesó con su típico estilo. Pero también que él y su patria tienen algo en común: "Me parezco a Francia porque me quejo mucho." Francia no es el país de Europa al que peor le va, pero es un país con gente que tiene una predisposición a la depresión, a la que le gusta lamentarse, afirma.
Para Houellebecq, la poesía es el medio natural con el que reflejar la pura intuición de un instante. Juzgándolo desde ese punto de vista, a este poeta de la desdicha y la tristeza no le va especialmente bien. Algo que también se manifiesta físicamente: está visiblemente más delgado, con la comisura de la boca hacia abajo, los ojos apagados y la mirada vacía.