Fuente: http://www.elcordillerano.com.ar/index.php/cultura/item/33178-veronica-merli-gano-un-certamen-en-uruguay
La abogada también escribe literatura infantil pero en esta ocasión, se trata de un libro de poesía bastante “dark”, según su propia calificación. Marca una diferencia respecto del resto de su obra.
Ella intenta restarle importancia pero a fin de cuentas, hay que decir que obtuvo un reconocimiento internacional. En efecto, Verónica Merli se alzó con el Premio “Marosa di Giorgio”, instituido por la asociación que recuerda a la gran poeta uruguaya en conjunto con la Municipalidad de Salto. El galardón recayó en “Las vacas de Omaha”, un libro que en realidad, tiene unos 10 años de antigüedad y que la poeta desempolvó “para ver qué pensaba” el jurado.
Sostuvo la autora que “a todos los escritores nos pasa: hay épocas en las que uno se guarda y no comparte material... A veces pasan los años y esos materiales van quedando, capaz los compartiste en mesas de poetas o encuentros y llega un momento en que te empiezan a pesar, aunque no sé si es la palabra exacta. A veces pasa tanto tiempo, 10 o 15 años desde que los escribiste, que hasta uno se pregunta: ¿cómo será? Porque los criterios van cambiando”.
Recordó Merli que “prácticamente desde que llegué a Bariloche, con Luisa Peluffo y Graciela Cros, hice talleres. Dos grossas... Luisa siempre decía que cuando uno recién escribe algo, se enamora de lo que escribe. Eso ya no me pasa (risas), pero a lo largo del tiempo te va gustando cada vez menos. Más o menos como las parejas (más risas), entonces cuanta más distancia tenés con lo escrito, menos te gusta. Al menos, eso me pasa a mí”, confió.
La poeta definió que “la escritura es una actividad muy solitaria y el parámetro con el que calificás tus cosas es uno mismo. Igual, uno escribe porque necesita escribir o porque lo siente. A veces lo quiere compartir, a veces no... En este caso concreto, venía copado el año porque salió el libro del CFI (la antología de Poesía del Consejo Federal de Inversiones) y el tomo II de Poesía Río Negro – Nuevas generaciones (la demorada publicación del Fondo Editorial Rionegrino), aunque nuestra generación ya sería la intermedia (risas)”. En los dos volúmenes hay trabajos de Merli. “Entonces en un atisbo de búsqueda vi que había un concurso en Uruguay”.
Probable honor
Señaló la oriunda de Rosario que “uno con Uruguay tiene un vínculo importante y además tengo un amigo muy querido y gran poeta: Elder Silva. Justo había un concurso, nada más y nada menos que con el nombre de Marosa di Giorgio y dije: qué honor sería tener alguna nominación en un concurso así, que además tenía un jurado interesante... La verdad, me súper sorprendió, porque a veces uno manda a los concursos como ejercicio de ordenar el material que tiene. Así que me encantó porque más allá de todo, es un aliciente contar con un reconocimiento”, señaló.
Describió la escritora que “el libro se llama Las vacas de Omaha y lo debo haber terminado hace más de 10 años. ¿Viste que acá hay un grupo importante de gente que obtuvo las becas de (la Fundación) Antorchas? En mi camada, los docentes eran nada más y nada menos que Diana Bellessi y Arturo Carrera... Ahí trabajamos este libro aunque en realidad, trabajé más en profundidad otros dos que también ganaron premios en Rosario: Para madre de tus hijos y Memoria del cuerpo. A este no lo había terminado de estructurar”.
En el parecer de la autora, “es bastante distinto a los demás, que son más intimistas, con una visión femenina, más del desamor y de lo incompleto... En cambio, este es más universalista, tiene más que ver con lugares, con guerras y está bastante marcado porque es de una época en la que yo estuve conociendo lugares de Europa donde pasaron cosas grossas: el desembarco en Normandía, Praga, el monte Saint Michel, donde nació y mataron a Juana de Arco... Entonces, este libro es como más extranjero y lo terminé mezclando con otro que se llamaba 3,6. Así quedó más abarcativo, más amplio... Me gustó cómo quedó. También incorporé material de otro libro que perdió autonomía, más autóctono si se quiere. Entonces, justamente me parece que es un recorrido por un territorio. Hay una poesía por ejemplo, que se llama Terra tenientes... 3,6 era un libro muy triste... En aquel momento, la estadística decía que cada 3,6 minutos una persona moría de hambre”, rememoró Merli.
En definitiva, en tierras orientales “hubo 150 concursantes y me gustó que lo sometieran al jurado. No pude ir a buscar el premio, pero la convocante es la Asociación Marosa di Giorgio junto con la Intendencia de Salto y me dijeron que sí, que la intención es hacer la edición. Pero está muy bueno porque viste cómo son las redes: el día nomás que salió el premio, me llegaron varios contactos, invitaciones de poetas de Uruguay que no conocía. Así que más que nada es eso lo lindo: cuando otro poeta se posa en tu poesía. Eso es maravilloso, ese es el premio en sí mismo”, sentenció. Cuando esté listo el libro como objeto tangible, habrá que exigirle a Verónica su presentación, porque ella insiste en restarle trascendencia al logro. Mejor será que dictaminen los lectores. AM
Terra tenientes
tenientes de la tierra
han perdido un poco
de un cerco inconfundible
nacen ramas
y flores pequeñas
vino un hombre con papeles
no llamaremos Juan a nuestros hijos
diez dólares por salir con vincha
diez siglos por vender el alma
somos de la tierra
nacidos de los bulbos
un poeta
se conmueve cada tanto
camaruco hay esta noche
bajo las estrellas