Fuente: http://letralia.com/noticias/2015/10/08/svetlana-alexievich-gana-el-premio-nobel-de-literatura-2015/#.Vht5ePntmko
La bielorrusa Svetlana Alexievich ganó el Premio Nobel de Literatura de 2015, según informó este jueves 8 de octubre la vocera de la Academia Sueca, Sara Danius, quien además explicó que el premio se le otorgaba por su obra polifónica, que hace un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo.
“El hombre soviético no ha desaparecido. Es una mezcla de cárcel y guardería. No toma decisiones y simplemente está a la espera del reparto”.
“Ha sido más de medio siglo desde la última vez que un escritor de no ficción gana el Nobel y Alexievich es la primera periodista en ganar el premio”, dijo Danius.
Alexievich, de 67 años, es una escritora política bastante crítica del gobierno de su país. Su obra, en la que se destacan sus reportajes literarios sobre Chernobyl o sobre mujeres en la Segunda Guerra Mundial, tiene que ver ante todo con la extinta Unión Soviética. Sin embargo, hay otros trabajos en los que aborda también la situación actual de su país, Bielorrusia, y de Rusia.
El Premio Nobel de Literatura se otorga todos los años “a quien haya producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal” y está dotado con diez millones de coronas suecas (unos 980.000 euros o 1,4 millones de dólares).
Alexievich, quien nació en mayo de 1948 en Ucrania, es la decimocuarta mujer en recibir el galardón. Es hija de un bielorruso y de una ucraniana. A Bielorrusia llegó cuando su padre completó el servicio militar.
Cuando terminó el colegio, eligió el camino que quería seguir y se anotó en la Universidad de Minsk, donde estudió periodismo desde 1967 hasta 1972. Mientras lo hacía, trabajaba como profesora y también como periodista.
Se recibió en 1972 y entonces comenzó a escribir para el diario local de Brest, cerca de la frontera con Polonia. Su trabajo como escritora está estrechamente vinculado a su rol de periodista. Su primer libro fue publicado en 1985. U vojny ne zenskoe lico (La guerra no tiene rostro de mujer) está basado en los cientos de entrevistas a mujeres que participaron en la Segunda Guerra Mundial.
Lo social también es clave en su literatura. Todos sus trabajos son un cuidadoso collage de voces humanas que intentan ahondar en la comprensión de cada tópico al que refieren. Voces de Chernobyl es una obra que se centra en las consecuencias del desastre nuclear de 1986; Boys in Zink es un retrato de la guerra de la Unión Soviética en Afganistán entre 1979 y 1989.
“El hombre soviético no ha desaparecido. Es una mezcla de cárcel y guardería. No toma decisiones y simplemente está a la espera del reparto. Para esa clase de hombre, la libertad es tener veinte clases de embutido para elegir”, dijo al recibir el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes (2013).
Fuentes: BBC • EFE