Fuente: cambiodemichoacan.com
Como la flor que brota en medio de la tarde incierta. Como la certidumbre de las dos manos para apagar el fuego que se extiende. Como la certeza de saber quiénes no son de fiar. Como la convicción del destierro contundente de la violencia ¡Fuera de los bosques!, ¡fuera de los campos!, ¡lejos de las mujeres y de los niños, hijos de la tierra y del bosque sagrado! Sangrado por la estupidez de los lejanos, los que nada saben del viento ni del calor de la leña abrigadora cuando es necesario; nada más, no la tala inmoderada, no la especulación con recursos que no les pertenecen porque no han crecido con ellos.
Se han quedado chatos, aplastada su conciencia agrede a los que deberían ser sus hermanos. Pero ahí están ellos para recordar a quien haya que recordarle que “el respeto al derecho ajeno es la paz” de las montañas y de los bosques, y de los animales que ahí habitan, los buenos animales que acompañan el caminar cotidiano de la buena gente. Las alimañas se destierran, se cortan de un tajo para que no contaminen.
Tres años de trabajo constante de los habitantes de Cherán, de alerta. Leí en el diario que dentro de su territorio ahora están seguros, pero que el peligro acecha cuando se alejan de él. El libre tránsito en nuestro país ya no es más porque existen zonas inseguras.
La cronología de acontecimientos violentos, de asesinatos de talamontes que se les identifica con nexos con el crimen organizado y los desatinos de las autoridades municipales y estatales, llevó al hartazgo a sus habitantes y ante este panorama, la unión, el desconocimiento de quien nada resuelve y la integración de su propio gobierno basado en sus usos y costumbres: un Concejo Mayor representativo. Asambleas para dirimir incertidumbres.
Autogobiernos se vislumbran en diversos lugares del territorio michoacano y mexicano, inspirados en la valentía de los cheranenses por la dignidad a que los ciudadanos de este país, México, tienen derecho.
En las zonas urbanas, como reacción ante la violencia e inseguridad, vemos cómo en diversas colonias y centros habitacionales, la gente aprende a organizarse.
En mis ojos montañas,
cuan grandes son mis ojos.