Fuente: http://www.eldiadecordoba.es/article/ocio/2168861/javier/fernandez/gana/premio/poesia/ricardo/molina/con/canal.html
Canal, una obra "desgarradora" en la que cuenta un hecho real, la muerte de su hermano cuando iba a cumplir seis años. El jurado destacó que la obra de Fernández, colaborador de el Día, "indaga en la fusión de géneros, entre poesía y narrativa, entre realidad y ficción". Se trata de un poemario "escueto, efectivo, con una gran carga dramática que emociona desde la desnudez".
El jurado -que estuvo compuesto por los poetas Pablo García Baena, Juana Castro y Pablo García Casado, el editor de Hiperión, Jesús Munárriz, y la profesora de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Córdoba, María de los Ángeles Hermosilla- describió la obra como "un emocionante relato de una muerte violenta". Tras conocer que el autor es cordobés, "ahora sabemos cuál es el escenario" del suceso, puntualizó García Baena, que resaltó "la emoción y limpieza en el relato, sin añadir detalles que puedan dañar, sino emocionar". "Cuando ocurre el accidente el autor tenía tres años, por lo que el libro se ha ido labrando" a lo largo de su vida. Por su parte, Hermosilla manifestó que "el libro rompe el canon, las fronteras entre géneros, los dinamita, pero siempre late la poesía sobre la aparente estructura de prosa".
Para el escritor, recibir este premio es "algo muy importante, por el tema del libro en sí, la repercusión familiar que tiene y lo que me ha costado escribirlo". Además, destacó las cualidades del jurado: "que tres generaciones de poetas cordobeses como son Pablo García Baena, Juana Castro y Pablo García Casado apoyen mi libro" es muy valioso. Asímismo, el autor destacó también a la editorial Hiperión -representada por Jesús Munárriz-, "que para mí es una de las más importantes de poesía", y la trayectoria de la profesora María de los Ángeles Hermosilla.
Hacía diez años que Fernández no se dedicaba poesía, y precisamente lo que escribió entonces era una primera versión de este libro "que no tiene nada que ver" con el que ahora ha ganado el concurso. Este año lo retomó porque "se me ha removido el tema al cumplirse 40 años de la muerte de mi hermano". Entonces, tomó el borrador, "lo rompí porque ya no me decía nada, y lo he escrito casi desde cero". En la última década ha estado apartado de este género pero sólo como escritor, porque una de las múltiples facetas de Fernández es la de impartir talleres, algunos de ellos de poesía.
El poema habla de la ausencia de su hermano y las consecuencias que esto tuvo, y lo refleja desde distintos puntos de vista: el de su hermana, el de su madre y el suyo propio. Así, refleja "cómo se ha ido configurando la familia y cierta sensibilidad de relaciones en el entorno familiar alrededor de este suceso".
El autor ha escrito el poemario con apariencia de prosa porque "estamos en el siglo XXI y los géneros son cosa del pasado". En su opinión, "el escribir de una forma o de otra no deja de ser artificial, yo he buscado un lenguaje claro, transparente, que me permita sacar toda esta experiencia". Así, aclaró que "es poesía porque el texto está fragmentado, es muy intenso, y porque hay un trabajo lingüístico muy trabajado dentro del libro". En la obra "hay un discurso narrativo pero más allá de él hay simbolismo, hay canales abiertos y pasadizos dentro del poemario, y una estrategia que tiene que ver con todo lo que ha pasado en el tiempo comprimido en un sólo instante, que es el de la muerte".
El colaborador de el Día explicó que cuando escribe no piensa "en si voy a hacer un soneto, sino en lo que voy a contar, y busco la forma de hacerlo sin recurrir a un artificio ya gastado por otro". "Siempre dicen que mis libros rompen los géneros, que no se sabe si es poesía, prosa, teatro... yo digo que es literatura", incidió.
Ahora Fernández está escribiendo una novela que mezcla historia y fantasía que espera terminar el año que viene, y a su vez un ensayo sobre el género de superhéroes en el cómic. Además, una parte importante de su trabajo es la traducción de libros y los talleres.
El Premio Ricardo Molina fue creado en los años 80 por el grupo poético Zubia, en homenaje al poeta pontanés, miembro del grupo Cántico. El Ayuntamiento de Córdoba se hizo cargo de su convocatoria a partir del año 1992. Al galardón, dotado con 12.000 euros, se han presentado en esta edición 191 originales procedentes fundamentalmente de España pero también de otras partes del mundo. La delegada de Cultura del Ayuntamiento, Mar Téllez, señaló que, por países, ha destacado la participación de Argentina, con seis poemarios; Colombia, con cinco; México, Venezuela y Estados Unidos, con tres; Chile y Francia, con dos, y Costa Rica, Cuba, Perú, Túnez y Reino Unido, con uno.
ÁNGELA ALBA CÓRDOBA