Featured

Domingo de Ramos: 30 años de poesía - Perú

Fuente: http://elcomercio.pe/luces/libros/domingo-ramos-30-anos-poesia-noticia-1844872

A la hora del menú, pactamos. Quilca y Camaná. Un cruce que más parece un hito, un punto intangible, una zona de peligro. Domingo de Ramos dirige la maceración de su mirada hacia el tumulto imaginario, y ahí aparece la primera palabra fuera del verso: “Te estaba llamando, huevón”.

La Municipalidad de Barranco ha organizado un programa para el viernes 2 de octubre. La ocasión: celebrar los 30 años de escritura poética del autor del mítico “Pastor de perros” (1993). Eso, para el poeta, es un trago más.

Después de esperar en el Queirolo por alguien que nos atienda –no obstante la presencia de uno de los grandes parroquianos y contertulios del recinto–, optamos por cruzar hacia Don Lucho o La Rockola. Hacía hambre. El menú llegaba con una porción de sancochado de col y lentejas con seco de pavita. La sopa iba enfriándose. Domingo de Ramos empezaba a contar su historia.

TRIBULACIONES DEL JOVEN POETA
“Decidí suicidarme con la poesía”, sentencia Domingo de Ramos. “He entregado mi vida a ella aunque sea un género que nadie quiere reconocer”. Me subo a la nube de pesimismo del poeta y evocamos a Martín Adán, a César Vallejo, quienes se olvidaron de sí mismos por el verso. “La poesía implica miles de retos”, dice. “Descuidé mi futuro personal, profesional, político, por la poesía. La terquedad me acompañará a la tumba”. Cuenta ‘Mingo’ que el poco reconocimiento hacia los poetas por parte de la sociedad, las instituciones y el Estado, en un país como el nuestro, a veces deviene en insularidad, y “te convierte en un radical solitario”, que finalmente, termina su vida, en muchos casos, de manera penosa.

Domingo llega a Lima con su madre desde Ica, región que poco a poco iba urbanizándose durante su infancia. En el colegio de San Juan de Miraflores, el poeta adolescente militaba en los primeros cuadros de izquierda escolar. Allí y en sus procesos interiores, como por ósmosis, alimenta la herida, la fractura, de ser provinciano en la Lima caótica, abrasiva. Devoraba cuanto libro sobre marxismo caía en sus manos, se instala de forma permanente en las bibliotecas públicas del distrito y del Cercado de Lima. La poesía lo comenzó a poblar como arañas imaginarias que devoran sus brazos y llegan a las entrañas. Conoce y se refugia en Vallejo, Chocano, Neruda y León Felipe en las ediciones clásicas de Losada. Se protege como dentro de un caparazón elaborado de vísceras de pájaro. Luego vino San Marcos.
José Carlos Picón