Fuente: http://www.elimparcial.es/noticia.asp?ref=141954
El pasado 5 de septiembre se celebró en Chile el Centenario de vida del poeta Nicanor Parra. Hombre lleno de ingenio y de pasión por la poesía, rebelde y original, ha logrado convertirse en un verdadero personaje de la cultura nacional e iberoamericana.
El 2011 fue reconocido por su trabajo, cuando obtuvo el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras hispanas, que ya antes habían obtenido sus compatriotas Jorge Edwards (1999) y Gonzalo Rojas (2003).
En abril del 2012 le correspondía recibir el galardón, pero no pudo viajar, obviamente por su edad, por lo que lo representó su nieto Cristóbal Ugarte, el Tololo, quien recitó algunos versos de su abuelo. En la ocasión asistieron también los ministros chilenos de Cultura Luciano Cruz-Coke y de Relaciones Exteriores Alfredo Moreno, además del Embajador Sergio Romero, todos orgullosos de este nuevo galardón a las letras chilenas, que ya son parte de una larga tradición heredada del incomparable Alonso de Ercilla, el autor de La Araucana.
En el siglo XX los reconocimientos más celebrados en materia literaria fueron también para dos poetas, Gabriela Mistral y Pablo Neruda, que recibieron el Premio Nobel de Literatura en 1945 y 1971 respectivamente, después de largas y exitosas vidas dedicadas a las letras. Ambos, además, residieron y fueron buenos amigos de España. Ellos se sumaban a otro gran poeta, como fue Vicente Huidobro, de importante presencia en Europa en las primeras décadas del siglo.
Nicanor Parra es un hombre que pertenece a una notable familia de artistas, entre los que destaca su hermana Violeta Parra, creadora extraordinaria y de trágica muerte. En el caso de Nicanor, comenzó su vida con estudios de Ingeniería que pronto derivaron en la literatura, que siguió por vocación y a la que consagró finalmente su vida, con resultados valiosos que se proyectan hasta hoy.
Un momento culminante en la vida de Parra se produjo hacia 1954, cuando publicó su famoso Poemas y Antipoemas, que tuvo un éxito inmediato: "Matemático y vate derrota a los 'líricos'; su libro es best-seller que tendrá segunda edición", titulaba un periódico apenas una semana después de la publicación de la obra, destinada a tener larga vida.
Niall Binns, uno de los sabios estudiosos de la poesía chilena, se pregunta ¿Por qué leer a Nicanor Parra?, precisamente en la Introducción a las Obras Completas del escritor (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2006, 2 tomos). La respuesta es amplia, pero tiene una frase decisiva y elocuente: "Nicanor Parra es la figura más importante en la historia de la poesía hispanoamericana contemporánea". Luego agrega que no es una frase cualquiera, sino que responde a una realidad muy práctica tras la publicación de Poemas y Antipoemas, obra que "cambió el rumbo de la poesía en Hispanoamérica", desde 1954 hay un antes y un después. A ello se debe agregar que el escritor es "el último gran vanguardista de la lengua", visible en su rupturismo. Se pueden agregar algunos argumentos más, a juicio de Binns: leer a Parra "es la urgencia vital que subyace a sus búsquedas formales", también porque "es una de las máximas expresiones de la condición contemporánea", porque tiene el mérito de haber iniciado la democratización de la poesía, porque es capaz de fundir las inquietudes de la ciencia y la literatura; hay que considerar además que el poeta se convirtió en "el gran desenmascarador, el gran desmitificador". Hay otras razones que llaman la atención, como considerar que Parra "es un auténtico poeta popular", que ha sido un "poeta político que nunca se ha dejado caer en el dogmatismo", finalmente por ser "uno de los grandes poetas visuales de la lengua", que se refleja especialmente en sus Artefactos.
Como todos los grandes autores, tiene poemas que son un símbolo, algunas obras clásicas, repetidas por los lectores y citadas por los grandes autores. En lo personal siempre me ha parecido fascinante el "Autorretrato", quizá por su dramática descripción de la labor del profesor, con toda su carga emotiva de vocación, pero también considerando las dificultades asociadas a su ejercicio. "Considerad muchachos,/ este gabán de fraile mendicante:/ soy profesor en un liceo obscuro,/ he perdido la voz haciendo clases".
Sin embargo, por alguna razón que pueden juzgar los lectores, la primacía la sigue teniendo "El hombre imaginario", fruto de una creatividad abierta y generosa, que vale la pena leer, como lo hicieron miles de chilenos en la celebración del Centenario de Parra.
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.
No es fácil llegar a los cien años de vida, y poder celebrarlos con el reconocimiento social y literario. Nicanor Parra hizo ambas cosas, en otra de sus excentricidades que lo llevaron a la cumbre de las letras en español.