Fuente: yancuic.com
Con la participación de tres de sus amigos: Vicente Quirarte, Eduardo Lizalde y Juan Gelman, hoy la UNAM le rendirá un homenaje a uno de los poetas mexicanos más importantes de los últimos tiempos: Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013).
La Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario se convertirá hoy, a partir de las 18:00 horas, en el espacio para que los tres escritores recuerden a su amigo de la mano de algunos de los poemas que los hicieran famoso. En el homenaje habrá dos rondas de lectura, donde cada uno de los participantes leerá dos poemas que eligieron según sus gustos.
En entrevista con MILENIO, Juan Gelman recuerda que conoció a Bonifaz Nuño hace unos 10 o 12 años, cuando Marco Antonio Campos los presentó. A partir de ese momento cultivó esporádicamente una amistad sólida.
Para el escritor argentino, radicado en México desde hace varias décadas, el legado poético del también autor de Siete de espadas y La flama en el espejo es inmenso, pues está considerado como uno de los grandes poetas de la lengua castellana no solo de México sino del mundo.
“Entre su legado nos dejó saber cómo interrogar a lo que él llamó ‘la oscura ansiedad de lo que somos, la galería ciega de nuestro interior’. Esta es una gran herencia. Él fue una pluma de fuego. Escribió como piedras contra la muerte. En su último libro, Calacas, a pesar de que se publicó en 2003, ya está presente la muerte, eso nos habla de su grandeza”, explica Gelman.
Su poesía está recorrida por palabras como espada desenvainada de la sangre. Su canto es encomiable. Su mirada a la lengua era capaz de mostrar rostros ocultos en cada sombra. A pesar de ello, no ha sido suficientemente reconocida, porque él fue un hombre modesto.
“Por ello, agradezco profundamente a la UNAM que le haga este homenaje, porque en realidad, se lo tendría que hacer el Instituto Nacional de Bellas Artes, y
que no fue posible, por razones que desconozco”, comenta el también colaborador de MILENIO.
Con este homenaje, la UNAM esta reconociendo una obra importante no solo en la poesía mexicana, sino universal: “Bonifaz es de los poetas más grandes de la lengua”, menciona.
Una de las anécdotas que más presentes tiene el vate sobre Bonifaz Nuño, se dio hace unos años cuando después de una comida, en la que también estuvieron Marco Antonio Campos y Eduardo Lizalde, Rubén tomó su brazo para apoyarse: “Esa es una escena inolvidable para mí: un gran poeta apoyándose en mí”.
Cuando Bonifaz Nuño le regaló su libro Calacas, Gelman le comentó que le parecía extraordinario y que quería presentarlo como candidato al Premio Cervantes de Literatura, pero Nuño no aceptó porque era un hombre modesto.