Fuente:eluniversal
Los jóvenes, sean solo lectores amantes de su poesía amorosa o jóvenes universitarios que han dedicado sus tesis de licenciatura y maestría en letras a analizar su obra poética, hablan de Rubén Bonifaz Nuño como si fuera su par, el amigo y amanuense que escribió los poemas que ellos utilizan para hablar del amor, para seducir; preguntan y afirman: “¿Cuál era este deseo de Rubén?”, “La traducción de Rubén era pedagógica, ¿su poesía también era pedagógica?”.
Sus cuestionamientos nacen de la lectura de su poesía, de su acercamiento a este maestro universitario, poeta, traductor y ensayista que murió hace casi un mes a las edad de 89 años.
El celebrado autor de Tres poemas de antes y Albur de amor, que obtuvo el Premio Nacional de Lingüística y Literatura en 1974, fue celebrado ayer con un homenaje organizado por la UNAM en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Allí, Amparo Gaos; César Arenas Moreno y José David Becerra dieron cuenta de la multifacética obra del “intelectual mexicano más completo del siglo XX”, como lo llamó un asistente al homenaje en una pequeñita sala del recinto.
Ese señor de traje lamentó la poca asistencia y celebró que “en su obra e inquietudes se concentran las más grandes personalidad de este siglo: José Vasconcelos, con ese afán de divulgación y acercamiento al hombre; Alfonso Reyes, con esa curiosidad que hacía que nada de lo humano le fuese ajeno; también ese atesoramiento de los humanismos que fue Angel María Garibay; y Octavio Paz, sin duda es uno de los grandes poetas mexicanos, el de mayor proyección universal; creo que Bonifaz como poeta ha sido una de las grandes figuras”.
“De otro modo lo mismo”
Ante unos pocos lectores y seguidores que al mediodía cruzaron el recinto y sortearon a cientos de jovencitos que hacían fila y luego esperaban la firma de la maestra que les habló de “Los retos y beneficios del bachillerato”, Amparo Gaos dio un repaso por su vocación de traductor y dijo que su obra poética “nos enseña a ser hombres y mujeres mejores, a enfrentarnos valientemente a la vida, a asumir nuestras responsabilidades, a ser un poco más digno, uno puede leerlo mil veces, por ejemplo leer De otro modo lo mismo, y uno encontrará algo que no había visto dentro de la obra de Rubén Bonifaz, en ese sentido es maravilloso y es inabarcable”.
En ese homenaje, César Arenas Moreno recordó al traductor que quería ser transparente para dejar pasar la luz, al hombre que prefería a Héctor por sobre Aquiles en La Iliada pues Héctor lucha por su pueblo y Aquiles es un mercenario.
Habló de su punto de vista de “desconolizador que tanto le interesó proteger a la Universidad y a México”, así como de su relación con Vasconcelos a través de “los libros verdes”.
“Viendo todo este esfuerzo de alfabetización de Vasconcelos, que le decían que era como matar cucarachas con un cañón porque cómo repartía libros a diestra y siniestra a gente que no sabía leer, recordé a Rubén Bonifaz cuando decía que su hermano Juan llevaba a casa ‘los libros verdes’; pienso que si ese esfuerzo de José Vasconcelos por distribuir cientos de miles de libros verdes contribuyó de alguna manera a que existiera un Rubén Bonifaz Nuño y una obra como la que hizo, tan sólo por eso valió el desafío que se propuso Vasconcelos”.