XXXVI CERTAMEN DE POESÍA "BLAS INFANTE"

Poetas que hay que morir antes que leer - Colombia

Fuente: http://www.siempre.com.mx/2015/05/poetas-que-hay-que-morir-antes-que-leer/

Un grupo de poetas en Colombia ha creado un movimiento llamado negacionismo. Lo primero que hacen ver es que su movimiento no tiene nada que ver con el hecho de negar el holocausto nazi, que es a lo que se aplica generalmente ese término.

Claro que no, poetas, ¿reconocerles a ustedes el nombre de negacionistas podría llevar a esa confusión no deseada? Bien dijo Baudrillard: "Olvidar el exterminio es parte del exterminio". Pero hacen bien en preverlo. Pues hay otra confusión, más oculta: se dice que los negacionistas son antisemitas. Pero, ¿y si se trata de hacer extensivo el nombre a quienes no niegan todo el holocausto, sino sólo la versión que a propósito del mismo nos imponen los vencedores de la Segunda Guerra Mundial? Entonces la asignación del término a niveles internacionales podría ser tramposa, convenirle a alguien más. ¿Hitler actuó solo? ¿A alguien le conviene que lo creamos así? ¿A un mal ganador? La calificación de buen ganador yo no se la daría ni a los magnates de Wall Street, ni por supuesto a Netanyahu, ahora reafirmado en el poder después de elecciones. ¿Escoger el término negacionistas, no será jugar con fuego? Si es una invitación a hacer poesía de cuerpo entero, la paradoja de los recopilados en la antología Poetas que hay que morir antes de leer, es que no todos lo hacen. Algunos se pasan. Son muy mandados. Un factor de equilibrio lo representa el profesor de literatura Daniel Ángel (1985): "Lástima que no me alcancen estos dos ojos para leer a Evtushenko/ para escribir este poema". En "Pasa el viento de agosto sobre la calle", el poeta atisba la inmensidad... Con lucidez punzante Julián Molina escribe El Autómata: "Este mundo de dios/ es un montón de mecanismos/ que sólo a dios le funcionan".

Cuando Javier Moyano declara: "El punto medio no es el exilio,/ es permanecer aguardando/ para abrirle la puerta a los hermanos", es cierto que algunos exiliados aprovechan su condición para erguirse sobre connacionales. Vale. Mas cuando leemos en otro poema que prometía ser simpático por aquello de buscar la cuenta de Dios en Facebook, un insulto fácil a McCartney, es hora de sacar tarjeta amarilla. Vale "desalojar a diario los inquilinos/ de la conciencia en penumbras", pero no a insultos. Entre lo que haría con el dinero derivado de ganarse la lotería, dice comprar "un jet para ir a cagar a París". A París no se va a "cagar". ¡Ahí está Notre Dame!, desafiante por algo fue llamado la Ciudad Luz. La Revolución francesa creó, con la independencia de las colonias norteamericanas, las democracias de Occidente que han vertebrado el mundo moderno. A Ta Turk el nacionalista turco que cambió el mundo oriental se basó entre otras cosas en la Revolución Francesa. En cambio, Daniel Ángel, redefine así las bases del negacionismo: "Cuando nada has aceptado como verdad/ puede que el mundo entero se convierta en una pesadilla".

Los colombianos tendrían que volver a ejemplos como el del narrador Óscar Collazos, originario de la Bahía Solano Chocó, quien recoge como pocos el corazón de la clase obrera, en su novela Los días de la paciencia, en los años setenta. Enseña, entre otras cosas, que hay peleas en donde el triunfo consiste tan sólo en contemplar la cólera del adversario gimiendo por el engaño. En el poema "Letrilla Nacional", falta a Pablo Estrada trabajar este elemento. Afirmar: "Aquí todo el mundo roba/ menos uno/ y nadie dice nada/ nadie hace nada", no resuelve nada, sino se ahoga en su propio coraje. Plantea Larry en el prólogo: "La poesía como inventario de crisis", pero Moyano no hace el inventario, sino inventa, al definir: "¡En esta esquina el campeón mundial!/ En esta otra el mendigo sucio". Ese mirar el mundo a dos tintas, nada más en blanco y negro, a estas alturas ya es un invento, como si en la escuela o en la vida, no nos hubieran enseñado otra cosa; dice en "Crisis económica": "Hay idiotas con suerte/ y hay idiotas sin suerte.../ Yo soy de los segundos". Estrada trae propuesta, es uno de los creadores de Superficies, que integra poesía, música, video y fotografía, pero los poemas para esta selección están mal escogidos, con excepciones: "He oído hablar del poder de las palabras/ y el incumplimiento de la palabra de quienes llegan al poder". O el acierto de: "el mañana nunca muere/ el mundo nunca es suficiente/ así es que muere otro día".

Rafael Serrano (realizador radial, 1970, Fábrica de agujas y Un libro de vampiros) confiesa su entrada a la poesía: "fue como cruzar umbral de niebla/ y beso de mujer al mismo tiempo". "Regentes y señores que allí estaban sentados/ desde antes/ ostentando feudos y cartas de propiedad de las palabras". Un lugar en ninguna parte, como decía Retamar. Un puente colgante entre dos nadas... ¿Y qué tal las pulgas: sus penas cuando no hay nadie en cama?

Larry Mejía es el plato fuerte de esta antología. (Bogotá, 1983), antes actor de cine y de pantalla chica arriba a una potente versatilidad: "Toda la revolución/ tomando Coca Cola/ está de moda". Novelas: El demoledor de Babel (2011) y Caracaos (2012), así como la antología Una llama al viento, del escritor Porfirio Barba Jacob. Premio Platero 2011 del Club del Libro de las Naciones Unidas, en Suiza. "Purificarme de certezas/ a través de nimiedades/ de eso hablo...". Solidario con el misterio de estar vivo, pide a un numen protector: "Dame las carnes en que el sol y la luna/ tallan la historia cruel del tiempo". Reelabora el barco ebrio de Rimbaud, como metáfora de la humanidad en su viaje sin rumbo: "el barco tiene en la memoria/ las pisadas de todos los bailes/ que sobre el barco ha dado el hombre...". No escapa al pesimismo: al exponer las cosas que otros poetas habían logrado a la edad que él tiene, parece que les llevó la cuenta con maña y no se las perdonó. Pide un revólver. Este mismo despropósito lo esboza Moyano cuando nos comenta estar: "cansado de tenerte cansada, del sexo inexacto y formalizado,/ del teléfono y sus voces de interés/ de no tener una soga o una pistola y las faldas para volar".

Lo nuestro es luchar. Poner carbón para rato, como Larry en estos versos: "dame los ojos de Dios/ en las cataratas del guagua esfinge de Riobamba/ baja del Pichincha la voz de hierro/ que azotó legiones para ser libre/ devuélveme el calor".

Poetas que hay que morir antes que leer (Selección y Prólogo de Larry Mejía), Universidad Autónoma de Nuevo León (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.), grupo editorial Con las Uñas, Monterrey, México.
Carlos Santibáñez Andonegui