La única forma de responder a la pregunta permanente, tantas veces reiterada, sobre qué es poesía, es "hacerla", dice el poeta español Pablo Méndez, también editor, y en cierta forma precoz en ambas condiciones.
Arriesga que, como quien contempla el crepúsculo, el poeta se conecta casi inevitablemente con la tristeza, con la melancolía, aún cuando contemple y luego escriba sobre la belleza.
Esta característica no quiere decir que no haya poetas alegres y vivaces, agrega.
Pablo Méndez nació en Madrid, en 1975, y publicó su primer libro de poesía cuando tenía 18 años, "Una flecha hacia la nada". Es también novelista, gestor cultural y editor, condición en la cual dirige la editorial Vitruvio, que incluye la colección Baños del Carmen.
Entre trabajos numerosos, en 2003 coordinó "Poemas contra la guerra (1873-1973)", libro en el que fueron incluidos César Vallejo, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Mario Benedetti y José Caballero Bonald, entre otros.
El diario ABC mencionó de manera muy elogiosa que Baños del Carmen publicó "Poesía completa" de Dámaso Alonso, le hizo "la pregunta del millón", qué es la poesía.
Primero Méndez respondió que "la poesía es tener las manos llenas sin saber nunca qué tenemos en ellas exactamente".
Comentó de inmediato: "Me encanta esta pregunta porque no hay forma de responderla más que con ella misma, es decir, haciendo poesía. Y vale para todo, o sea para nada, lo más hermoso no debe valer para nada".
Aunque escribe poesía desde los dieciséis años negó haber sido "niño poeta" y agregó que entre los "tantos" autores que le gustan ubica en lugar destacado a Federico García Lorca. "Es especial, cuando lo descubrí con quince años me cambió la vida, lo leí entero de forma obsesiva; hoy me sigue deslumbrando ese universo erótico, pasional, sencillo y mágico de Federico".
Su libro más reciente es "Oh, siglo XX", período "tremendo, intenso, apasionado", que "tiene tantos genios como malas noticias".
Ante otra pregunta, aseveró que aún rodeados de poesía, "nos pueden las circunstancias y vivimos como podemos, como nos dejan, lo mejor es vivir como dijo Miguel Hernández, entre pena y pena sonriendo".
ABC le preguntó: "¿La poesía siempre tiene que ser tristona? ¿Los poetas nacen tristes o se hacen?"
Respondió entonces: "Hay cierta tristeza en contemplar la belleza, en escribirla; al fin y al cabo el crepúsculo es un continuo camino hacia la oscuridad, la primera forma de decadencia... Sin embargo, como no podía ser de otra forma, hay poetas alegres, tristes, divertidísimos, aburridos, maniáticos, seductores..."
Y España, ¿es un país de juglares o de payasos? "Juglares que quisieran ser payasos, payasos que sueñan ser juglares, a veces parece que no hay nadie haciendo lo que realmente quiere... pero también hay auténticos genios haciendo maravillas, trabajando, construyendo... Ya lo dijo de maravilla Blas de Otero: es mi país y no lo cambio por ninguno".
La entrevista completa está disponible en el enlace siguiente: http://www.abc.es/cultura/libros/20150418/abci-poeta-dieciocho-abril-201504171027.html