Fuente: http://www.ain.cu/cultura/10450-musica-poesia-y-leyenda-en-una-villa-de-500-anos
Muchos califican a Santiago de Cuba como una tierra de música, poesía y leyenda, deslumbrados ante los encantos de una ciudad que realza esos atributos cada año, al ser sede de intercambios que reafirman su condición de plaza fuerte en la cultura.
El Festival del Caribe o Fiesta del Fuego es uno de sus eventos más reconocidos, incluso, fuera de fronteras, cuando cada julio en la urbe más caribeña de Cuba convergen manifestaciones de las tradiciones más autóctonas de la región y sus calles se llenan de colorido y ritmos diversos.
Constituye la antesala de los famosos carnavales de la localidad dueña de un rico folclor, que tiene su expresión máxima en esos festejos, simbiosis de conga, corneta china, tumba francesa y rumba con la música popular de sonoridad muy singular que hace arrollar a los bailadores y mover hasta los techos de las viviendas.
En ese mismo rango se inserta el Festival Internacional de Coros que acontece cada dos años en un Santiago de Cuba idóneo para tales citas, donde el cantor se da silvestre y cualquier balcón deviene escenario perfecto para disfrutar canciones emblemáticas del repertorio nacional y foráneo.
Célebres músicos cubanos y de otras latitudes han aseverado lo emocionante que resulta escuchar desde la escena cómo el público los sigue, con una métrica y afinación impresionantes.
Otros se sienten hechizados de las rondas corales que sorprenden por diversas áreas de la legendaria y añeja urbe, en la despedida de esa festividad.
Tierra de música, poesía y leyenda es un calificativo que le queda a la medida a la cuna de la trova y de sus legítimos representantes Sindo Garay y Miguel Matamoros, pero también de Pepe Sánchez, creador del bolero Tristeza, que marca el nacimiento de tan gustado género, de arraigo mundial.
Suficiente aval para que en esta plaza cultural por excelencia acontezca cada dos años el Festival MatamoroSon para enaltecer esa manifestación tan especial en reunión de sus más encumbrados exponentes, o esa especie de fiesta íntima que crea el Bolero de Oro con auténticos cultores e intérpretes.
Frecuentes en la localidad son los diálogos de la mejor poesía que rinden tributo a la tierra natal de hombres de la talla de José María Heredia y José Manuel Poveda, y de intelectuales que la prestigian por la sobresaliente obra realizada como José Antonio Portuondo y José Soler Puig.
Son casi 500 años de esta villa -fundada el 25 de julio de 1515- y cada día que pasa sus habitantes les dan nuevas razones al poeta: si encuentras una calle por donde no haya pasado un héroe y una puerta que no se haya abierto a las guitarras, puedes decir entonces que Santiago no existe.