XXXVI CERTAMEN DE POESÍA "BLAS INFANTE"

Miquel Desclot, unas perlas de rocío escrito

Fuente: https://elpais.com/quadern/2024-05-05/miquel-desclot-unes-perles-de-rosada-escrita.html

El poeta ofrece un recorrido por todas las etapas de la poesía japonesa en 'En almohada de hierba': un florilegio delicado, que reanuda, revisado y reeditado.





“¿Qué herencia / le llegaré? Pues pétalos / en primavera, / cucos por la canícula / y erables para octubre...”: estos versos parecen contener el espíritu de la lírica clásica japonesa. Se trata de una waka o tanka escrita por el monje Ryokan durante una de las etapas de la tradición poética nipona, el período de Edo —momento en el que se institucionalizaba, también, la tradición del haikai o haiku. Desde el período arcaico o de Nara (que comienza nuestro s. IV) hasta el período moderno (que contamos a partir de 1868), Miquel Desclot nos ofrece un recorrido por todas las etapas de la poesía japonesa en En almohada de hierba: un florilegio delicado, que reanuda, revisado y reeditado —ha ampliado notoriamente el número de autores y poesías—, la recopilación publicada en la misma colección en el año 1995 (entonces titulado Por todo cojín las hierbas).


En las notas finales, Desclot matiza estos dos conceptos. "No he pretendido nada más -ni menos- que ensayar de ofrecer un libro de poesía"; una cosecha de poemas guiada por el gusto personal, y "la naturalidad con la que se me entregaban formalmente". Es por este motivo que no encontramos notas a pie de llanura que envaren el papel. Y esto hace que la lectura se condense y se depure, a su vez, en estas “pequeñas perlas de rocío”, tan preñadas de silencio como de sentido, que son las tankes y los haikus, las dos formas clásicas recogidas. Por otra parte, Desclot no traduce directamente del japonés. Por eso, en lugar de traducciones, prefiere el concepto de interpretaciones, que Marià Manent había empleado para describir su misma experiencia con la poesía china. "Diría que no he traducido poesía japonesa en catalán, sino que he escrito poesía japonesa en catalán". Literariedad antes que literalidad: el intérprete ha decidido respetar, ante todo, el tono y el espíritu de las poesías originales.


Sustancialmente concisa, la forma de la tanka y del haiku remacha la calidad tácita, íntima y sugerente del arte de la poesía. La hondura del sentido, en cada uno de estos poemas, se esconde siempre en la penumbra del plenilunio, en el eco lejano del aullido de un ciervo, en una cabeza de amapola nunca del todo descuidada —imágenes recurrentes en muchos de los versos.


Poco a poco, el lector se familiariza con imágenes y símbolos que abonan, en las composiciones de todas las épocas, el espíritu de cada una de las estaciones del año: los pétalos de cerezo, la partida de los gansos o el rebozuelo en primavera; el aullido del ciervo, los erables o el viento frío en otoño. Se trata de una poesía sobria, esencial, arraigada siempre a un contexto temporal y espacial concretos, que canta las cualidades del mundo sensible: formas, movimiento, fragancias, luz, reflejos, sensaciones. Sin embargo, y aunque algunos poemas puedan parecernos fundamentalmente decorativos, ligeros o incluso cándidos, casi todas las imágenes que animan los versos encierran píldoras de trascendencia y una aparentemente gravedad ingrávida. “Las flores de ciruela / no han caído todavía. Pero en la balsa / ya se percibe la imagen / en el agua reflejada”, nos advierte una tanka de primavera. El peso del tiempo siempre está presente: cuando el otoño llega, ni siquiera el viento es liberador: “Cae una hoja / ¡Vaya!, una sola hoja, / toma del viento”.


Con una voz tradicionalmente objetiva, depurada de la figura del yo (sólo los autores del período moderno empezarán a introducir los sentimientos personales en el poema), la tradición nipona hace honor a la máxima virtud del yugen, “la capacidad de representar lo inefable y lo invisible, lo que hay detrás de la naturaleza que percibimos con los sentidos corporales partiendo del testimonio que éstos proporcionan”, según explica Ángel Crespo en el prólogo. “Este mundo nuestro, / una sarta de perlas / de leve rocío/ en un hilo fragilísimo/ obrado por una araña”. Los poemas de esta recopilación son como la sarta de perlas de rocío que alumbran y revisten la telaraña de sentido que envuelve el mundo.


En almohada de hierba. De la lírica clásica japonesa
Miquel Desclot
Prólogos de Ángel Crespo y de Jordi Mas López
Proa. 357 páginas. 18,90 euros


Por CESCA CASTELLVÍ LLAVINA