XXXVI CERTAMEN DE POESÍA "BLAS INFANTE"

"La poesía puede ser el envoltorio necesario de lo inefable"

Fuente: https://www.laopiniondemurcia.es/cultura/2025/01/26/poesia-envoltorio-necesario-inefable-luis-gonzalez-adalid-113705670.html

El creador cartagenero ha hecho en ‘Ser lugar’, su tercer poemario, una «cartografía emocional» que desgrana las distintas maneras de «sentir la existencia».


En estos versos, destilados durante varios años, se entiende la vida «como una posibilidad», como parte del paisaje
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Luis González-Adalid sabe que «no todo puede ser expresado». Aun así, este artista multidiscipliar parece enfrascado en una exploración de las distintas maneras de hacerlo. La última de ellas es Ser lugar (2024), un poemario que, dice, le ha servido para decir aquello que no alcanzaba a hacer con la plástica, porque encuentra una «dimensión poética» en todo lo que crea, tenga el soporte que tenga. Se hace aquí una exploración de las «latencias y querencias» que surgen con personas y lugares a través de la poesía, que, afirma, «debe ir allá donde se la reclame».
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Sentemos las bases: ¿qué es Ser lugar? ¿Qué hay en sus páginas?
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Ser lugar es un poemario escrito a lo largo de varios años, un recorrido poético que lleva a entender la vida como posibilidad: lo que pudo ser y lo que finalmente ha sido, con la consciencia y aceptación de que ya no quedan lugares absolutos a los que ir, ni verdades absolutas que seguir. Es una cartografía emocional expuesta en tres partes que corresponden a otras tantas maneras de sentir la existencia: como mera posibilidad, como recurrente ritual de alejamiento tras las pérdidas y las posibilidades incumplidas y, finalmente, desde una aceptación tranquila, como celebración desde los afectos.
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Su anterior libro, Cartografía (2023), se complementaba con la exposición Desbordamientos. Esta vez no hay esa dualidad, pero ¿ha pensado, aunque sea para usted mismo, en si hay alguna muestra o piezas de su trayectoria que casarían bien con Ser lugar?
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Ser lugar, en sus últimas páginas, pretende ir más allá de cualquier descripción, narración o representación posible. Dice lo que no alcanzaba con la plástica, asumiendo que no todo puede ser expresado y mucho menos representado. Sobre Ser lugar flotan también silencios, y supone en el fondo una querencia o voluntad de una desposesión. Me resultaría muy difícil ‘envolver’ formalmente todo esto. Sin duda me iría poco a poco hacia el blanco; tal vez hacia un blanco necesario, como escribo en un poema. Puede que con algunas obras recientes, que he bautizado como ‘partituras’, me esté aproximando a esta manera de entender las cosas.
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"El goce estético –oír la lluvia caer, contemplar un árbol....– no necesita explicación ni para qué"
Hablando de aquella obra anterior, ha pasado muy poco tiempo entre esa y este nuevo poemario, y comentaba anteriormente que Ser lugar ha sido el proceso de muchos años. ¿Cómo ha sido escribirlo?Cartografía recogía una selección de poemas de distintas épocas y poemarios, referidos al paisaje, el lugar y el territorio. Fue publicado en colaboración con la galería AdB de Murcia, pensando que la obra expuesta se entendería mejor leyendo ese libro y viceversa. Ser lugar, por contra, era un libro ‘destilado’ a lo largo de años. Pero un problema grave y prolongado de salud condicionó no solo su publicación sino también su contenido, porque la propia experiencia de la enfermedad me llevó a completarlo con nuevos y necesarios poemas, y con ello adquirió otro sentido. Cuando se editó Cartografía estaba buscando una editorial para publicarlo, pero los plazos en temas de edición y para concretar exposiciones son largos y es normal que se solapen proyectos.
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Trabaja muchos formatos: además de diversas ramas de las artes plásticas, también la escritura. ¿Cuenta cosas distintas con cada una, como herramientas que utiliza para cosas específicas, o, por el contrario, entreteje todas para contar una misma cosa?
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Como artista busco sentido en todo aquello que me rodea y en sus diversas relaciones. Y es en ese juego de relaciones y de significados, con todas sus posibilidades, donde encuentro la dimensión poética que late en todo lo que hago, tanto en mi obra plástica como en mis escritos. Llevo un tiempo desarrollando un amplio proyecto multidisciplinar referido al hecho no solo de contemplar, sino de habitar éticamente, y comprometerte, por tanto, con tu territorio. Obras, escritos, derivas, paseos… forman parte de este amplio proyecto que alguna vez espero poder exponer en su conjunto. Y en este caso, sí, obras y escritos se entretejen. Pero, posiblemente, las últimas páginas de Ser lugar se desmarquen un poco de todo esto y vayan más allá. La poesía puede ser el envoltorio necesario de lo inefable.
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Luis González-Adalid: "Utilizo la poesía para poder decir lo que no alcanzaba con el dibujo o con la plástica"
Luis González-Adalid: "Utilizo la poesía para poder decir lo que no alcanzaba con el dibujo o con la plástica"
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En redes sociales hablaba de la portada, una pieza suya, citando a Mariano Peyrou: «Nada tan bello como lo que no sirve». ¿Por qué estos versos? ¿Estamos tan centrados en la utilidad, en lo que producimos, que se nos olvida que dedicarnos a lo bello también es válido?
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Hace unos años subí a Instagram un pequeño collage hecho con recortes de fotografías, un palito, una raíz y una espina recogidos en una playa de Calblanque. Y lo acompañé de esos versos de Mariano Peyrou que transcribí casi como un manifiesto. Ese pequeño collage, casi un divertimento de verano, ha acabado siendo la imagen que la editorial RIL eligió para portada del libro. «Yo defiendo lo leve, lo menor…», decía también ese poema. La mayoría de la gente cree que las cosas merecen la pena y pueden ser deseables si responden también a un sentido práctico, y en ese pragmatismo podemos incluir la cultura de la apariencia. A menudo, esa priorización absoluta del sentido utilitario de las cosas actúa como una auténtica apisonadora ante cualquier otra consideración, incluida la estética, y, como escribí en algún artículo, el goce estético –oír la lluvia caer, contemplar un árbol....– no necesita explicación ni para qué y en su nivel más elevado demanda casi siempre inutilidad en el sentido que le otorgaron grandes autores y filósofos.
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No es esta, Ser lugar, la primera de sus creaciones que remite al territorio, a la ubicación, ya sea física o conceptual, emocional. ¿Qué es para usted un ‘lugar’?
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Tendemos a asociar nuestras emociones y nuestras querencias a personas y lugares determinados. Asoman así ausencias, sentimientos, imposibilidades, distancias, que laten tanto en esa cartografía tantas veces representada como en estos poemarios. Desde esas latencias, y querencias, Ser lugar supone una voluntad de una necesaria despersonalización; de acabar siendo el propio paisaje e ir más allá de la ‘cartografía’ que a menudo es poco más que otro autorretrato, para ser agua entre agua, como cuando buceas, o un elemento más del entorno. Y es ahí donde por fin sientes que en realidad no tienes nada excepto tu mirada, y en términos afectivos todo te puede ser dado pero nada te pertenece. Yo me siento muy libre pensando esa desposesión.undefined
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¿Le llaman la atención, también, los llamados ‘no-lugares’?
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Alguna vez escribí que el aire acondicionado de estos sitios y de la mayoría de los centros comerciales te secan el alma. Tanto es el sentido utilitario y la soberbia constructiva de estos espacios o edificaciones que, cuando decaen, se deterioran o entran en desuso, dan tanta lástima como cualquier descampado. Y en estos casos quedan expuestos, afortunadamente, a una posible recolonización desde la creación o la poesía. Puede ser muy bella una propuesta poética que se abra paso entre tanta soberbia comercial, comunicativa, constructiva…
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En una conversación anterior con este periódico afirmaba que «la poesía es para pasearla, para leerla en distintos lugares». ¿En qué lugares recomienda leer, precisamente, Ser lugar?
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Supongo que me refería al diseño de los libros de La Nube de Piedra. Efectivamente, hice un diseño sencillo, austero y con un intencionado formato de bolsillo. Tal vez porque siempre suelo llevar algún libro encima, y en las esperas, que en estos últimos años han sido muchas, y en espacios de los que me sentía absolutamente desvinculado emocionalmente, suponían un contrapunto, un refugio, absolutamente necesario. Por otra parte, vista la situación actual con todo lo que acontece y las incertidumbres y amenazas que nos inquietan, la poesía debe ir allí donde se la reclame, sea cual sea el lugar. Me estoy acordando de Gaza, por ejemplo.
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Por cierto, ¿qué tal van las andanzas de La Nube de Piedra? ¿Cómo pinta 2025 para la editorial?
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La Nube de Piedra: por el gusto de editar poesía
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Esperamos ir consolidando este ilusionante proyecto. Publicamos sin pausa pero sin prisa. Cuidamos mucho cada edición, tanto su diseño como sus presentaciones y su distribución. E intentamos que cada libro suponga un acontecimiento para quien lo escribe y también para la editorial. Ahora sigue siendo un empeño personal, pero creo que a la larga debería ser un proyecto colectivo; aunque de alguna manera ya lo es por las implicaciones directas de escritores y amigos.
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Y, en cuanto a exposiciones, ¿en qué está trabajando ahora?
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Llevo varias cosas entre manos, pero son proyectos a largo plazo. Con la edad, afortunadamente, he perdido las prisas, y tal vez los artistas deberíamos volver a ser un poco más ambiciosos con nuestras propuestas expositivas. No se trata de exponer por exponer, y menos cualquier ocurrencia, o de añadir líneas al currículum. Estoy intentando acabar un libro basado en unas conferencias que di. Por otra parte, estoy cerrando el proyecto sobre el territorio que antes citaba, pero no va a ser fácil exponerlo en breve dada su amplitud y mis escasas relaciones con las instituciones... Sí es posible, en cambio, que exponga diversas creaciones y representaciones que he venido haciendo sobre el mar a lo largo de mi vida, de una forma casi oculta, paralela a mi trayectoria ‘oficial’. Algunas obras están hechas a propósito con un simple carboncillo, que en medio de la vorágine digital y a contracorriente de lo que se lleva o han decretado que se lleve, supone un gesto de intencionada rebeldía poética. El dibujo es otro lugar a salvo, y para mí, todo dibuja, todo significa.
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Por Lola López