XXXVI CERTAMEN DE POESÍA "BLAS INFANTE"

La poesía, los poetas, el éxito

Fuentes: http://www.moreliaymas.com/la-poesia-los-poetas-el-exito/

No es por demás seguir hablando de la poesía, ni sobra seguir preguntando y explorando las razones del desapego que la gente tiene por este género empobrecido en lectores.

Puede ser que los libros estén muy caros, y sí están caros, que el sistema educativo no haya acertado a motivar lectores desde la edad escolar, también es cierto, etc. Hay muchos factores que son razones poderosas para que la gente común, no vuelva los ojos a la poesía, ni beba agua de sus diversos manantiales.

Mencionaré una razón de la que formamos parte los que nos dedicamos a escribir poesía y publicamos libros. Borges dijo –y yo lo he repetido hasta el cansancio– que el éxito de la literatura le hace daño a los autores (parafraseo). Y creo que muchos de los poetas en México, buscan precisamente eso, el éxito. Que no solamente les hace daño a ellos, sino de paso a los hipotéticos lectores, alejándolos.

En México los poetas deben tener éxito editorial, para poder justificar el oficio, deben ser "famosos". Y cuando lo consiguen en las "gigantescas minorías", por lo regular se vuelven imposibles, igual que esa especie de estrellas del espectáculo, aunque también se incluyen los que viven escribiendo poesía de manera sumamente menor, pero con ganancias colaterales que les hacen seguir vivos en el olimpo de la poesía mexicana, que no es otra cosa que esa región donde los poetas se elogian y denostan entre sí, mencionando libros "fundamentales de la poesía mexicana" y libros "malos" a su "preciado" parecer e intercambiando adulaciones de obras suyas que sólo los poetas leen y recomiendan en los suplementos culturales para beneficio propio y de sus iguales.

Hay una conducta de "estrellas" entre los poetas que lo saben todo, poetas que están en "lo último" de la poesía de poetas extraños de otras lenguas y editados por editoriales carísimas. Así pasan la vida muchos personajes, buenos o malos poetas (da lo mismo) que se conocen entre sí, que se apoyan entre sí para publicarse en la extensa galería de espejos que es el mundo editorial que publica "la mejor poesía de México". Así pasan la vida esos poetas, miembros de consejos editoriales, amigos del funcionario en turno, allegados de los editores, asociados bajo las aguas políticas, etc. Y la pasan, recomendándose entre sí, haciendo antologías de poemas sobre los zapatos o las hormigas, el pan amargo o sendas recopilaciones de "los mejores" poetas de tal o cual generación, o de las cinco generaciones y su historia magnífica. Y de verdad, basta ver la cantidad de antologías de poesía de todo tipo y en las que siempre faltan más de varios buenos autores que no fueron incluidos porque son ignorados provincianos que no viven en el DF, ninguneados por envidia del antologador, hechos a un lado porque no corresponde a su ala política, porque quienes pagan la edición no "lo verán bien", entre otras muchas razones que hacen omitir a ciertos autores que no lo merecen, entre otras razones y todos ellos son motivos extraliterarios que van a dar al mundo libros parciales que, a la postre, su valor histórico acrecentará haciendo verdades del error.

Y así podría seguir nombrando este fenómeno curioso mencionando nombres, editoriales, instituciones, becas, sistemas de creadores, poetas vitalicios, poetas que se levantan el sueldo de un diputado por las buenas artes de sus "poéticas–extra–literarias–acciones en el mundo de los beneficios oficiales. Y más podría decirse, más razones que encumbran personajes en la poesía mexicana nada legítimos, pero mi intención no es esa, con esto que escribo, yo solamente quiero señalar un motivo por el cual creo que los lectores de poesía se ausentan y pierden interés porque el género entre a su vida, y ante esta especie de espectáculo, dudan de tales conductas de los autores, porque es cierto, si se ve la inaccesibilidad al "mundo de los poetas", a esa república exquisita, sin duda a un extraño le deben sonar falsas esas posiciones y semblantes de los poetas que están en la mesa "más alta" de la sociedad, mirándose en muy pocos espejos y bajo un emblema totalmente lejano del lugar al que "otros" pudieran acceder.

Puedo estar equivocado, pero éste, a mi parecer, puede ser uno de los varios motivos importantes por los que la poesía no tiene seguidores, lectores, aficionados, adeptos, pero sobre todo, personas interesadas en la poesía y sus autores, en nuestro país al menos, porque hay casos de países in extremis, donde la poesía (no puedo ni me atrevo a afirmarlo en el nuestro), vive el desprecio absoluto, como sucede en el paradójico país del norte vecino.

No sé en qué grado sea ese que menciono uno de los motivos de la expulsión de lectores, pero de lo que sí estoy seguro, es que muchos poetas, sin darse cuenta, han expulsado uno que otro lector, por malos, por pedantes, por soberbios, por ser un experto en la presunción y quizás, porque —los hay, vaya que los hay– sueñan ser los únicos, los más altos, los inalcanzables, los perfectos, los que nunca bajarán a darle la mano a un insignificante mortal que pudiera convertirse en un potencial lector de poesía.
Por: Neftalí Coria