Fuente: http://vos.lavoz.com.ar/
El Festival Internacional de Poesía tendrá su pata nocturna en dos veladas que prometen descontracturar el género, en una mezcla de lecturas y música.
No sólo de días de poesía vivirá el festival Internacional que comienza el miércoles: la noche tendrá su protagonismo en el ciclo de “Lecturas de trasnoche”, dos encuentros a la luz de la luna que prometen poner en foco a “poetas demenciales, eróticos y con tierra en las uñas, poesía animal y salvaje, músicos solistas y bandas, videos experimentales”. Así dice la invitación de Diego Monsalvo, coordinador del ciclo.
Lo cierto es que el jueves 21 y el viernes 22, desde las 23, la Casona DADA San Vicente (Juan Rodríguez 1463) será escenario de lecturas estrelladas. VOS fue a por algunos de los poetas que participarán para indagarlos acerca de la noche y la poesía, dos mundos amigos que probablemente se hayan inventado mutuamente.
Los poetas consultados fueron los cordobeses Guillermo Bawden, Enrique Arnoletto y Paulina Cruzeño, el uruguayo Maca (Gustavo Wojciechowski) y la rosarina Amanda Poliester. Vamos a ver cómo es el reino de la noche para ellos.
Escribir de noche
-¿Qué porcentaje de tu poesía ha sido escrito de noche?
(Arnoletto): -Mi vínculo con la noche es fuerte hasta donde tengo memoria. Desde muy chico quedaba leyendo hasta tarde, dos o tres de la mañana. O bien, si me hacían apagar la luz alguna que otra vez, construía mentalmente una novela eterna sobre episodios de la vida de una especie de brujo o consejero de una tribu aborigen bosquimana, boreal; luego algunas brujas que han aparecido en mi vida me han dicho que en vidas anteriores yo habría sido, efectivamente, ese brujo.
(Bawden): -La génesis de mi poesía es la noche, la noche y la ciudad. Las correcciones son potestad del día.
(Cruzeño): −No escribo de noche, prefiero usar su material al otro día.
(Maca): -Muy poco, casi nada... tal vez al principio.
(Poliester): -No podría saberlo. Los malpuemas nacen en cualquier momento, no sé si de día o de noche. Mi vida de noche es breve, en general escribo cuando puedo, y reservo la noche para actividades menos solitarias. Si estoy despierta hasta altas horas es porque estoy tomando martinis y haciendo alguna otra cosa, pero no escribiendo. Pero para no dejar la pregunta sin responder, sin temor a equivocarme puedo decir que un 21,345% de mis malpuemas fueron escritos a la nochecita.
-¿Qué es lo más poético de la noche?
(Arnoletto): -Lo más poético de la noche es la desaparición de la gravedad. Después de varias horas de escribir, te das cuenta que la mesa, la silla, tu cuerpo, han estado girando lentamente en una especie de órbita supradimensional, sin demasiado rumbo fijo; has visitado otros lugares, o has permanecido en contacto amoroso o doloroso con una especie de nube ingrávida. Y que allí es donde ha ocurrido la poesía. Si luego de esto mirás lo que quedó en el papel, duele: Es apenas una sombra lejana de aquello tan innombrable, tan precioso.
(Bawden): -La oscuridad, que no es obvia, que posee secretos, que puede engañar al ojo. Y las carreteras que se abren en la noche.
(Cruzeño): −Creo que la poesía tiene un halo nocturno, de intimidad, cercanía.
(Maca): -Las sábanas, dependiendo de sus usos... un consuelo que dura lo que un abrazo o una buena puteada.
(Poliester): -El olor a salsa que viene de la cocina, el Martini mientras preparo la cena, poner Kiko Veneno o Chet, cenar con él, bailar con él. No con Kiko y menos con Chet, entiéndase.
-¿Qué noches recordás cuando te invitan a una trasnoche de poesía?
(Arnoletto): -Las noches de la Villa Giardino de finales de los sesenta. Ese arroyo del que va a hablar Diego (Monsalvo) en el Festival está en Villa Giardino. Se llama arroyo La Higuerita. Cuando vi los cristales los turistas aún no se habían comido el aire de aquel lugar. Todo estaba como en el principio del mundo, fundamentalmente porque yo soy un niño y porque algunos niños somos capaces de hacer que la Madre nos muestre su pecho intacto. Es como un pacto.
(Bawden): -Esos caminos que se pueden abrir, algún tintineo de vidrios y roces. La posibilidad de desarreglar los sentidos en definitiva.
(Cruzeño): −Las trasnoches de lectura me recuerdan a esas donde sabes que algo intenso va a pasar y querés estar cuando suceda. Lo cercano de la poesía coincide con lo abierto de la noche y la gente a la escucha del ritual de las palabras.
(Maca): -Cabalga la madrugada por el lomo del sueño / por la loma de la madrugada descansa el sueño.
(Poliester): -En realidad esta vez es la segunda, y no recuerdo qué recordé la primera. Supongo que recordaba que tenía que llevar la mochila de mi hija a lo de su abuela, o que tengo que dejar de fumar. Cosas así. Poco líricas. Ahora recuerdo que puedo leer lo que se me ocurra, sin sentirme demasiado condicionada por cómo puede caer. En general en las lecturas de trasnoche a nadie le importa lo que se está leyendo, eso si es que se escucha, entre el ruido de copas y chicas que van al baño.
Lecturas de trasnoche
A las 23 en Casona Dadá San Vicente (Juan Rodríguez 1463).
Jueves 21
Martín Araujo (Bs. As)
Guillermo Bawden (Cba)
Carina Sedevich (Villa María)
Enrique Arnoletto (Cba)
Maca (Uruguay)
Miriam Reyes (España)
Música de Fly Fly Caroline y Benigno Lunar
Viernes 22
Amanda Poliester (Rosario)
Damián Ríos (Bs As)
Luciana Bedini (Cba)
Paulina Cruzeño (Cba)
Pablo Katchadjian (Bs As)
Marisa Negri (Bs As)
Música de Andrea Molas, Martín Cuesta y Ayelén Rojo.
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