La Caldera es poesía - España

Fuente: http://www.diariodesoria.es/noticias/opinion/caldera-es-poesia_65379.html

LA LITERATURA de nuestras, sin par, Fiestas de la sanjuanada, está llena de aromas, de fragancias perfumadas en forma de versos descriptivos de cuanto son capaces los ojos de ver, de los sentimientos imposibles de palpar. La poesía viene a ser a la prosa como el baile al caminar, capaz de hacer hermosura de la fealdad en la estratagema de redactar bellas rimas, a veces con ojos de niño, siempre con el sentimiento que le sobra al corazón y, que con el cálamo cobra vida.

Dijo Federico G. Lorca que,‘la poesía no quiere adeptos, quiere amantes’, igual que estos días tan singulares que celebramos en Soria robándole descanso al cuerpo, el duermevela del sueño, todo por mor de la felicidad de sentir el divertimento de nuestra tradición que aquí llamamos Usos, el cumplir con cuanto el legado ancestral nos exige..., son las Fiestas del solsticio que, cristianizadas, llamamos de San Juan, en advocación de la Patrona la Madre de Dios , nuestra Señora de la Blanca.Si todos los festejos clásicos tienen sus letrillas rimadas en las canciones sanjuaneras de la mano del añorado juglar, contemporáneo trovador, don Jesús Hernández de la Iglesia, hay otros versos, otras canciones, otras letras y letrillas de otro tiempo que nos retrotraen al sabor añejo de cómo eran los sanjuanes decimonónicos o, de principios del siglo pasado. Veamos.

Hoy es Domingo de Calderas: solemnidad, tradición, lujo, boato, esplendor, suntuosidad, belleza..., es el antañón Domingo de Caridad, la ‘Boda de Santa María’ de finales del s. XV; la fiesta que ya nombra, literariamente, Juan Eugenio Hartzembush en su estupendo drama ubicado en la Soria de 1388, ‘El Bachiller Mendarias’ diciendo el autor que las Fiestas ya se celebraban con exagerado bullicio y algarabía. Ya lo cantó el añorado A. Sáez-Benito cuando compuso el pasodoble ‘Aquí la Juerga’ y, sobre todo, ‘Soria la Gloria de España’, preciosa canción, entonadiza, tal vez la más cantada de la sanjuanada. Versa con su música a «El Domingo de Calderas / de esplendor y torería, / te convencerás de veras / que no tiene España entera / como Soria de alegría...». Teodoro Rubio Giménez, el poeta teosófico soriano que hacía la Saca a caballo, dice de la Procesión de Calderas, que no tiene comparanza, en su romance que titula con el nombre del día festivo: «Los mejores trajes lucen / artesanos y señores. / A las músicas se juntan / las campanas de las torres. / Procesión en que los Santos / son las calderas de cobre. / Nadie sin comer se queda: / con el rico el pobre come». El juglar de Soria, Aurelio Rioja, en 1948 también canta a las Calderas: «Bastones de Jurados, / viejos legados / de estas fiestas señeras; bastones de Jurados / tras las Calderas. / Galas y esplendores / en la Dehesa. Calderas adornadas. / Arcos de flores. / Letreros de Cuadrilla, / con santos nombres. / Latido sentimental. / Reparto de tajadas / al calor fraternal / que une a los hombres. / Domingo de Calderas, / fiesta racial /que el corazón alienta. / Brillo de cobres / con el rescoldo tradicional / que calienta / la caldera de los pobres».

Cómo el espacio abreva, acabo este homenaje a este día con Mariano Granados Campos que también desgrana en rimas cuanto acontece: «... Por las calles ya se escuchan / los sonidos de las gaitas; / Ella las fiestas alegra, / Ella al Jurado acompaña, / la bravura del torete / Ella celebra en la plaza, / y anuncia que la Caldera / de flores engalanada / conducen hasta la Dehesa / a repartir la tajada... / son las Fiestas, nuestras Fiestas / De toros, caldera y gaitas / de meriendas y de bailes, / de música y de algazara». Así han sido, así son y, así serán. ¡Feliz Fiesta de Calderas, paisanos!.
J. Antonio Martín de Marco