El poeta publica 'Orfandad', un libro escrito tras el fallecimiento de su madre.
«He aprendido que ya no tengo miedo a la muerte. Con 50 años sí que la tenía, incluso evitaba entrar a los hospitales. Si alguien hablaba de ello, me inquietaba y me ponía nervioso. Y gracias a estas personas que han fallecido y han sido tan importantes en mi vida personal, familiar e íntima, creo que he llegado a aceptarla». Kepa Murua (1962, Zarautz) ha vuelto a poner palabras al duelo con 'Orfandad', un poemario dedicado a su madre fallecida hace casi tres años. Antes trató la pérdida con '¿Dónde?' (2023), que partía del adiós de Joaquín Mari Arzalluz, un amigo de toda la vida. Y otra expiración, la de Pau Donés, le llevó a rellenar las páginas de 'Canciones para Pau Donés'(2022), en el que se inspiraba en la figura del conocido cantante de Jarabe de Palo, sobre todo por su optimismo y esa forma de hablar sin tapujos en sus últimos días acerca del cáncer que padeció.
Tres libros sobre la pérdida en tres años para poner negro sobre blanco ese quebranto por la ausencia, pero que también se leen como un agradecimiento a esos seres queridos. En el último de ellos, 'Orfandad', publicado recientemente por la editorial El Desvelo, la propia portada del libro tiene algo de homenaje. En una fotografía se ve a su madre en un jardín rodeada de rosas. En la contraportada se lee que se trata de un libro de tapas negras –símbolo de duelo– y un «regalo:de poemas de su hijo a su madre». «Cuando recuerdas y nombras algo, finalmente queda algo más que una imagen vaga. Aunque es un libro de duelo también es un regalo porque reconoce a las personas que nos han querido y ya no están y de los cuales podemos sacar muchas enseñanzas».
A lo largo de las 140 páginas de esta publicación del tamaño del palmo de una mano se evidencia el dolor por el «vacío que duele», como escribe en 'Cocina'. Ahí, en esa pieza, se habla también del «plato de la última cena» en un repaso por la estancia tan ligada tradicionalmente a las madres. No cuesta imaginarse al autor de esos versos volviendo a los escenarios que compartía con sus seres queridos. «La poesía tiene ese simbolismo. Recurrir a la última cena, o a como antes había dos platos en la cocina y queda uno finalmente se transmite de un modo plástico desde el arte, la pintura o el cine. Cuando lo consigues a través de las palabras es un logro», sostiene este autor que ha publicado una treintena de títulos traducidos a diferentes idiomas y fundó la reconocida editorial Bassarai (1996-2011) y la revista Luke (2000-2018).
Recuerdos divertidos
En otro de los títulos que forman parte del nuevo poemario apuesta por una mirada al pasado mucho más luminosa. En el poema 'Ropa' recuerda cuando siendo joven su madre le limpió y zurció la ropa a unos amigos punkis que estaban de paso por Zarautz tras un viaje a Alemania ('Recuerdo el regreso de Berlín / invitaste a mis amigos a casa (...) Antes de marcharse, su ropa / estaba limpia:cosida, zurcida y lavada'). «Es verídico y es un hecho real. No podía engañar», cuenta Murua, que recuerda que tenía muchos amigos punkis cuya estética con vestimentas ajadas poco tenía que ver con cómo quedó cuando su madre realizó esos arreglos. «Fue muy divertido, no entendían absolutamente nada, pero se lo pasaron muy bien».
Ocurre con Murua que en ocasiones publica un libro acerca de una temática que pasado un tiempo cobra relevancia con otros productos. Su pequeña novela 'Elegancia' –sobre el reconocido modisto Balenciaga de Zarautz– es un ejemplo. En los últimos meses se han publicado una biografía y una serie producida por Disney. «Lo vivo con mucha tranquilidad. Antes podía pensar que incluso puede haber un plagio, pero siento que soy una persona que adelanta mucho algunos temas que ya estaban ahí», señala acerca de su trabajo al frente del sello Bassarai y como autor.
Murua evidencia que se distingue de otras firmas. «Hay escritores que critican el mundo del 'bestseller', no soy de esos. Me parece muy bien que haya gente que tenga mucho éxito en el mundo de la escritura, que venda muchos libros, que aparezca en la tele y que se les conozca, pero mi apuesta es la literatura de calidad».
Por Ramón Albertus