Fuente: http://www.diariosur.es/culturas/libros/201411/05/juan-jose-tellez-poesia-20141105005408.html
Decía Fernando Quiñones que la poesía venía a ser como un whisky solo; el relato, un whisky con agua; y la novela, un whisky con hielo y agua. Salvando algunas distancias, Juan José Téllez comparte en lo esencial el símil del autor gaditano.
Lo asume, incluso, desde su polifacética tarea creadora de poesía y narrativa. La primera protagonizaba anoche en Málaga una lectura reposada por los versos de Téllez, periodista, escritor y director del Centro Andaluz de las Letras.
Una mirada retrospectiva desde los versos escritos con 20 años hasta las nuevas composiciones que formarán un libro todavía inédito: 'Las cantigas profanas'. «Estos últimos son poemas cuya hilazón reside en la fe en la utopía frente a la 'fe del carbonero' que sólo confía en lo razonable. Creo que estamos en una situación en la que debemos buscar lo insensato, ya que lo pragmático nos ha llevado hasta este callejón sin salida», aportaba Téllez (Algeciras, 1958) minutos antes de comenzar la lectura en La Cosmopolita.
«Quienes no se lanzan a la adoración del becerro de oro se aprestan a seguir al primer Mesías que pasa por la calle», esbozaba Téllez, dejando la puerta abierta a los paralelismos con la situación política actual. «Uno siempre escribe manteniendo una referencia con la actualidad. Por eso creo que tenemos la obligación de ser épicos y líricos al mismo tiempo. Al fin y al cabo, pienso que no existe una frontera entre la felicidad personal y la felicidad colectiva, porque puede que la felicidad consista, sobre todo, en buscarla», argumentaba el escritor.
En los últimos 35 años, Téllez ha llevado a la imprenta libros de poemas como 'Crónicas urbanas' (1979), 'Ciudad sumergida' (1981), 'Daiquiri' (1989), 'Melodías inolvidables' (1995) o 'Transatlántico' (1997). Una vertiente creativa «completamente diferente» a su labor narrativa, si bien ambas se mantienen unidas «por el hilo común de la palabra».
Menos barroco
«Tengo la impresión de que mi obra narrativa ha cambiado más en este tiempo, porque la poesía siempre ha sido un discurso con estilo que he ido depurando. La narrativa es un combate cuerpo a cuerpo contra el barroquismo», acotaba el autor de libros de relatos como 'Territorio estrecho' (1991) o 'Profundo sur' (2014).
En ambos, el escenario físico alcanzaba rango de personaje. «Mi propio lugar mítico», como suele referirse Juan José Téllez al Estrecho de Gibraltar, una toponimia que en su obra va más allá de la colonia británica y sus alrededores para extenderse hasta la Serranía de Ronda y el interior de la provincia de Cádiz.
«En la narrativa he intentado desprenderme del barroquismo que me acompañaba en los primeros libros. Creo que el lector de hoy exige un lenguaje más directo y yo trato de buscarlo en los relatos. Con la poesía es diferente, porque esa destilación siempre intenta llegar hasta el límite», cerraba, destilaba, Téllez, casi pensando en voz alta, a pequeños sorbos, como un buen whisky sin hielo ni agua.