Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/11/babelia/1441983353_240521.html
La fuerza de la poesía española actual es evidente. Surgen nuevas revistas; los poetry slam, competiciones de poetas, son cada vez más populares; hay numerosos festivales; los macro-eventos musicales cuentan con actos de spoken word, muy concurridos; el rap se ha convertido en una especie de poesía callejera.
La recesión financiera no ha podido con ella: se multiplican los poemas contra la guerra, la corrupción, el cambio climático. Su pureza y precisión es popular entre los más jóvenes, ya que, como ellos, rechaza el materialismo.
De acuerdo, es un género difícil y requiere una lectura atenta. A cambio, la relación que establece con el lector es intensa, cosa que ningún otro medio verbal consigue. Las redes sociales han revolucionado la forma en que se distribuye: los poetas y editores utilizan Facebook para atraer a más lectores. Aunque el papel de cribado de la crítica sigue siendo importante, internet ha conseguido romper las barreras: cualquiera puede publicar y ser leído. El modelo ha cambiado por completo. Hoy todo el mundo puede ser poeta.