XXXVI CERTAMEN DE POESÍA "BLAS INFANTE"

Homero Aridjis revolucionó las estructuras poéticas de su tiempo - México

Fuente: http://ciudadania-express.com/2015/04/06/homero-aridjis-revoluciono-las-estructuras-poeticas-de-su-tiempo/

Homero Aridjis es una personalidad múltiple y activa, a la vez poeta, ensayista, novelista, dramaturgo, ambientalista, y periodista, en cuya escritura se funden temas como el amor, las preocupaciones ecológicas contemporáneas, las raíces mexicanas y el Apocalipsis como obra del hombre y no de Dios, todo con un toque místico.

Nacido en Contepec, Michoacán, el 6 de abril de 1940, el escritor a quien Carlos Fuentes calificó como “un gran poeta mexicano, que abarca la historia y la ficción con el calor y la profundidad de una visión lírica”, celebra este lunes 75 años de vida.

homeroaridjisjvl_4254b_588El también poeta Hugo Gutiérrez Vega y el escritor y crítico literario Juan Domingo Argüelles, destacaron que si bien se trata de un personaje que conjuga la poesía, la narrativa y el activismo ambiental, fue con la primera con la que destacó, pues la suya sugería, en su momento, una renovación poética y una revolución de las estructuras líricas.

“Hubo un momento en la historia de la poesía mexicana, en que un libro sorprendió a la mayor parte de los críticos y a los lectores, se trataba de una nueva actitud frente al poema, el libro se titulaba Mirándola dormir, era de un poeta nacido en Michoacán, Homero Aridjis, ese libro sin duda revolucionó las estructuras de la poesía mexicana de su tiempo”, aseguró Hugo Gutiérrez Vega.

Y es que, dijo, dio una nueva visión a la poesía amorosa que en nuestro país ha sido muy importante y ha tenido representantes como Efrén Rebolledo, Ramón López Velarde, Manuel Acuña y Amado Nervo, entre otros.

Sin embargo, recordó el también difusor cultural, “durante un tiempo no se cultivó la poesía amorosa o se cultivó de una manera digamos marginal, entonces Mirándola dormir regresa al centro de la poesía mexicana el tema amoroso”.

Por su parte, Juan Domingo Argüelles, recordó que Homero Aridjis fue el poeta más joven dentro de la famosa antología Poesía en movimiento, realizada por Octavio Paz y José Emilio Pacheco, entre otros, porque ya apuntaba a ser parte de la renovación poética mexicana.

“Esto se cumplió, yo lo que encuentro en Homero Aridjis hoy, es que incluso su poesía es una obra que está proponiendo una renovación a lo que él mismo hacía antes, si pensamos en su obra como Mirándola dormir y en los demás libros que escribió, los últimos libros que ha publicado en el Fondo de Cultura Económica, nos muestran a un Homero Aridjis dueño de un gran estilo, de una voz inconfundible y también de alguna manera, estamos viendo en él ese propósito de no quedarse en una estética que lo mostraría como aquel poeta joven, si no que hoy su poesía es una poesía madura”.

Un accidente le cambió la vida

Hijo de padre griego, que luchó en el ejército de su país durante la Primera Guerra Mundial, y de madre mexicana, Homero Aridjis a los 10 años, se convirtió en un ávido lector, después de casi perder la vida en un accidente con una escopeta.

Este incidente, señalaba el autor en una entrevista realizada en 2012, “fue para mí muy crucial en mi vida. Fue como una muerte y una resurrección. Más que recurrente en términos literarios, es obsesiva, porque curiosamente, años después de que pasó, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Fue una especie de… casi de trauma, en el sentido de que de pronto el niño que era antes del accidente, el futbolista, murió y resucitó otro”.

Así empezó a escribir poesía, cuyo talento se reflejó en el hecho de haber sido el becario más joven del Centro Mexicano de Escritores de la Fundación Rockefeller. Hoy su obra, traducida a 15 idiomas, comprende más de medio centenar de libros, sobre todo de poesía y es que para Homero Aridjis, “la poesía es poner la vida en palabras”, pero también de prosa, especialmente en el campo de la novela histórica.

Decía Kenneth Rexrot, en la nota introductoria del Material de Lectura de Homero Aridjis, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, que se trata de un poeta visionario, de beatitud lírica, concentraciones cristalinas y espacios infinitos.

“Pocos poetas demuestran, como él, de un modo más claro el desarrollo de un estilo internacional, y la reducción y síntesis de los grandes escritores de la edad heroica de la poesía moderna hacia un lenguaje universal comprensible. Cazadores de influencias pueden hallar huellas de San Juan de la Cruz, Góngora y Eluard en la poesía de Aridjis, y detrás de ellos, los cantos místicos de los sacerdotes aztecas, así como de las canciones contemporáneas de iniciación de algunos indios”.

Pero además, Homero Aridis no sólo ha destacado como autor de poesía, sino también como gestor cultural y es que en 1980 fundó el Instituto Michoacano de la Cultura, su estado natal, a donde un año después convocó a grandes de la poesía.

Eduardo Langagne, director de la fundación para las Letras Mexicanas, aseguró que se trata de una faceta “menos celebrada pero muy valiosa de Homero Aridjis es su exitosa gestión como organizador del Primer Festival Internacional de Poesía Morelia 1981 y del segundo, que ocurrió en 1982, al que trajo un numeroso grupo de poetas, varios de los cuales serían ganadores del Nobel”.

Ahí, dijo, “los muchachos de aquel entonces gozamos esa maravillosa oportunidad conviviendo entre otros con Borges, Allen Ginsberg, Eugénio de Andrade, João Cabral de Melo Neto, Günter Grass, Michael Hamburger, Seamus Heaney, W.S. Merwin, Vasko Popa, Lasse Söderberg, Marin Sorescu, Tomás Tranströmer, Cintio Vitier, además de los nuestros, como Tomás Segovia, Elías Nandino y varios jóvenes mexicanos nacidos en los años cincuenta… Todos juntos en el mismo festival”.

Entre el activismo y las letras

Como señaló Juan Domingo Argüelles, además de poeta y narrador, Homero Aridjis es un activista ambiental. “Estas tres características creo que las ha podido conjugar de un modo muy sabio, porque en su poesía se refleja ese amor por la naturaleza, ese interés que tiene por la conservación del mundo natural y obviamente también, la parte que corresponde a lo contrario, que es la irritación que siente ante la destrucción del mundo natural”.

En cuanto a su narrativa, agregó el crítico literario, “él ha practicado sobre todo la novela histórica y en ese sentido tiene un amplio conocimiento de la historia de México y no nada más de México, pero ha incursionado con bastante éxito en ello”.

Sin embargo, lo que más destaca de su obra literaria, dijo, es la poesía que, en su momento significó una renovación poética en México y que ella misma, se ha estado renovando, a lo largo de la vida de su autor.

“Yo diría que tiene el propósito de ajustar cuentas con su propia persona, recordemos que mucha de la obra de Homero Aridjis gira en torno a su infancia, con el poeta niño, las anécdotas y las historias que pasa cuando él está a punto de morir y que esto lo refleja precisamente en esos primeros libros”.

Pero ahora, indicó Juan Domingo Argüelles, “lo que encuentro es un poeta incluso político, un poeta que reacciona políticamente contra la destrucción natural pero también contra los abusos del poder y esto me parece notable, porque creo que Homero Aridjis ha conseguido renovarse y ha conseguido que los lectores lo vean precisamente como ese resultado de la evolución que tuvo su obra poética y que sin duda nos ha dado libros significativos”.

Así, Homero Aridjis ha conseguido forjar una poesía actual, rica y sólida, con un estilo y una voz definida, lo cual dijo, “ha contribuido no nada más a la renovación lírica en un sentido de temas, de experiencia, sino también ha influido en autores más jóvenes, ahí está su obra que continúa, porque además hay poetas que a ciertas edades ya dijeron lo que tenían que decir, cancelaron su obra y Homero Aridjis sigue escribiendo”.

Con 75 años de vida, consideró que se trata de un prodigio, ya que hay poetas que han dado lo mejor de sí y clausuran su obra, como fue el caso de Alí Chumacero que con tres libros en su haber, cerró para siempre esa vertiente, “en cambio poetas como Homero Aridjis están publicando un libro cada dos o tres años y pues permanentemente está actualizándose”.

Por su parte, Hugo Gutiérrez Vega recordó que si con Mirándola dormir sorprendió a los lectores, Aridjis “después siguió escribiendo poesía, luego incursionó en la novela histórica sobre personajes de la Conquista, la Colonia y el Virreinato, siguió escribiendo otros textos también de crítica y realizó una labor muy importante con el Grupo de los Cien para el rescate ecológico, para la defensa del patrimonio ecológico de la humanidad. También fue presidente del Pen Club Internacional, ahí fue importante su trabajo en defensa de la libertad de expresión y sobre todo, de los escritores perseguidos por los regímenes autoritarios”.

Estas, dijo, “son las principales facetas de la vida y la obra de Homero Aridjis, pero insisto, Mirándola dormir es un libro principal y es un libro que marca una etapa en la historia de la poesía mexicana” y con el cual se hizo acreedor al Premio Xavier Villaurrutia en 1964, siendo el escritor más joven en recibirlo.

Y es que la de Aridjis, agregó, “es una poesía lírica abierta, directa, clara, donde la emoción y la perfección formal se combinan y Mirándola dormir es una vuelta de tuerca a la poesía amorosa”.

Entre su obra poética destacan los libros Ojos de otro mirar (2002) que recoge cuatro décadas de su poesía, así como Los ojos desdoblados (1960), Antes del reino (1963), Mirándola dormir (1964), Perséfone (1967), Los espacios azules (1968), Quemar las naves (1975), Vivir para ver (1977) y Construir la muerte (1982).

Mientras que en el ámbito narrativo se pueden mencionar las novelas 1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla (1985), Memorias del Nuevo Mundo (1988), El Señor de los Últimos Días: Visiones del año mil (1994), La montaña de las mariposas (2000), La zona del silencio (2002) y La Santa Muerte (2004), aunque también ha publicado obras de teatro, de ensayo y de literatura infantil.

El escritor ha sido galardonado con el Premio Literario Novedades y Diana 1987-1988, por Memorias del Nuevo Mundo, el Premio Grinzane Cavour para mejor novela extranjera traducida al italiano en 1992 por 1492, Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla, libro que también fue reconocido con The New York Times Notable Book of the Year.

Además recibió el Premio Roger Caillois en Francia, por su obra de poesía y prosa; y, en Serbia, el más alto honor literario, la Llave de Oro de Smederevo, por su poesía. En 2005, el estado de Michoacán lo distinguió con el primer Premio Estatal Eréndira de las Artes.

Dos veces obtuvo la beca Guggenheim, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Indiana y ha sido profesor visitante en las universidades de Indiana, de Nueva York y de Columbia.

Ha servido a México como embajador en el Reino de los Países Bajos, en Suiza y ante la UNESCO y durante seis años, de 1997 a 2003, fue Presidente de PEN Internacional, la organización mundial de escritores fundada en Londres en 1921, de la cual fue nombrado presidente emérito en 2003.

En materia ambiental, fundo en 1985 el Grupo de los Cien, una asociación de artistas, intelectuales y científicos, entre los cuales se encontraban Octavio Paz, Juan Rulfo, Rufino Tamayo, Gabriel García Márquez, Francisco Toledo, Elena Poniatowska, Juan Soriano, Graciela Iturbide, Lincoln Brower y Amory Lovins, dedicados a la protección ecológica y la defensa de la biodiversidad en México y América Latina, quienes lograron, entre otras cosas, la protección de los bosques de la mariposa monarca y la veda total a la matanza y comercialización de la tortuga marina.

Como el mismo Homero Aridjis decía, en otra entrevista también de 2012, a pesar de estas diferentes facetas, él es ante todo, un “poeta. Mi ocupación y profesión permanente es la poesía. He sido profesor en la Universidad de Nueva York, presidente del PEN Internacional defendiendo los derechos humanos de los escritores, ambientalista, novelista, diplomático, pero siempre a partir de la poesía”.

Incluso la defensa que ha hecho de la naturaleza, añadía, “es un acto poético, en un texto que se llama Hacia el fin del milenio termino diciendo, “la ecología como la poesía, debe ser hecha por todos”, es decir, yo me acerco a la defensa del ambiente como un acto poético y místico, de respeto bíblico a la creación divina que es la creación de nuestro planeta. Cuando me preguntan si soy feliz en la Tierra siempre digo que sí, porque vivo en el paraíso terrestre, y con esa conciencia, cuando lo ves amenazado, depredado, maltratado… mi inclinación como ser humano consciente es defender todas las esferas de la vida”.

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