Fuente: http://www.14ymedio.com/entrevista/naturaleza-insatisfecho_0_1728427146.html
Este miércoles se inauguró en la galería El Círculo la exposición Cicatrices del poeta y narrador Francis Sánchez. Para la ocasión, este avileño de verbo directo nos regala un lado nuevo de su obra artística, una zona desconocida y atrevida de su trabajo que consiste en representar versos y poemas a partir de la visualidad.
Sobre las motivaciones de su trabajo, la censura y la vida de un intelectual en provincia, conversa hoy con 14ymedio.
Pregunta. Te conocemos como poeta y escritor, pero ahora nos sorprendes con un trabajo más cercano a la plástica y la fotografía. ¿Cómos surgió la idea de esta exposición?
Respuesta. Nunca planeé esta exposición, no como se proyecta un libro o un aparato por partes, simplemente estaba trabajando en estos poemas visuales desde hace mucho tiempo. Y sólo a amigos muy contados se los había enseñado. Los empezaba y trataba de perfeccionarlos con el imperativo de darme forma yo mismo en medio del caos de esterilidades, mentiras y simulaciones donde uno vive. Un día, hace años, pasó por mi casa el poeta Roberto Manzano, alguien a quien quiero y admiro, hombre sabio, y le mostré lo que tenía hecho. Y cuál no sería mi sorpresa al ver su auténtico entusiasmo. Recuerdo que me recomendó algo con lo que traté de cumplir, me dijo más o menos "no los enseñes hasta que tengas una cantidad importante y, entonces, preséntalos todos juntos".
P. ¿Y por qué Cicatrices para el título de la muestra?
R. Me propuse encontrar un título que ya estuviera allí, en el cuerpo de lo que había hecho y significaba mi trabajo, busqué y busqué, hasta que encontré lo que casi siempre resulta más difícil descubrir, lo que está a la vista. Cicatrices porque eso son mis poemas respecto a las heridas profundas de donde surgieron: marcas, signos que cubren, tratan de cerrar o curar pero también revelan, relatan inevitablemente el dolor. Y el proceso de cicatrización se parece a la búsqueda de síntesis que he llevado a cabo en cada poema intentando eliminar todo lo superfluo. Cada poema de los que se reúnen en esta muestra surgió con una necesidad particular y tiene su propia historia.
P. ¿Visualizas los poemas o poetizas lo visual?
R. Siempre me han atraído todas las capacidades de significar con fuerza y profundidad desde el lenguaje de la poesía, que es por naturaleza radical, en sus variantes más tradicionales o en todas las vertientes de la experimentación que pueden ser tan interminables como las mismas combinaciones gramaticales de las palabras.
Dentro de mi poesía discursiva publicada hasta ahora, está latente esa voluntad de ruptura que puede aflorar por momentos, como expresión de un grito contenido. Pero no empecé precisamente por la fotografía para crear ya una poesía visual, sino por trabajos de diseño con las palabras, juegos con las tipografías, los caligramas, entre otros.
"En la medida que abres más el arco de tus alas, aumentan las posibilidades de chocar con las tijeras veloces de la censura"
P. ¿También te has enrolado en varios proyectos editoriales y de publicaciones periódicas?
Mi experiencia como editor y diseñador de publicaciones me fue dando otros recursos y otras alternativas expresivas a la hora de enfrentar el parto doloroso de un poema, algo para lo que al principio apenas contaba con el auxilio de un lápiz, un bolígrafo o una máquina de escribir vieja, cuando empecé a escribir siendo un niño. Llegó la computadora, después en su momento la fotografía, luego incluso el cine o el sueño de hacer cine.
P. Has vivido en carne propia la censura a tu obra y la estigmatización oficial ¿Es esta vertiente de tu obra un intento de saltarte esos obstáculos?
R. Mi experiencia me dice que cuando los proyectos creativos son muy ambiciosos, complejos, y exigen aunar voluntades o intervenir espacios públicos, en la medida que abres más el arco de tus alas, aumentan las posibilidades de chocar con las tijeras veloces de la censura, o con la frustración por la falta de tecnología y oportunidades, lo que sufrimos diariamente los cubanos, pero en especial en los pueblos de "tierra adentro". Así que me fui quedando con las posibilidades de experimentación más a mi alcance, que dependen de mí en solitario, como el sencillo poema visual que se capta de un vistazo por la unidad compositiva.
P. Las palabras del catálogo fueron escritas por Rafael Almanza, otro importante intelectual cubano que como tú ha preferido quedarse en su provincia...
R. Sí, es un hombre ético y genial que sabe sobrellevar su soledad y sus diferencias con dignidad en una casa antigua en Camagüey. No sabíamos que cada uno hacía poesía visual, a pesar de vivir uno casi al lado del otro. Yo advertiría precavidamente sobre el entusiasmo de sus apreciaciones y elogios, y pediría que se valore lo que sin duda puede constituir un texto de referencia a más largo plazo acerca de este tipo de poesía experimental, pues en Cuba se carece de una cultura al respecto.
P. ¿Fue difícil ese camino de la exclusión artística a que has sido sometido desde las instituciones culturales por tus opiniones?
R. Había renunciado a la UNEAC, me habían quitado el correo electrónico, trataron de etiquetarme como un monstruo en un programa de la televisión nacional por tener un blog independiente. A veces dudaba si los halagos que me hacían los amigos por mi obra no escondían compasión. Seguía trabajando, pero bien podría haber seguido haciéndolo eternamente. Soy por naturaleza muy insatisfecho y, aunque yo hice los poemas, una red de preciosos amigos han sido causantes de esta exposición.