Desde que se pusiera en marcha en el año 2011 a iniciativa de la poeta Grisel Parera y el escritor e historiador conquense Miguel Romero, que presta apoyo logístico a la iniciativa cediendo un espacio para el desarrollo de las actividades en la UNED, el Aula poética de Cuenca se ha convertido en un foro de referencia para los amantes de la poesía en la capital, que encuentran en él un lugar en el compartir inquietudes y difundir su creación poética.
La actual coordinadora, Raquel Carrascosa, habla con La Tribuna sobre la actividad de este grupo, que actualmente cuenta con 18 miembros.
Cuatro años promoviendo actividades en torno a un género minoritario como es la poesía.
Así es, desde que surgiera a iniciativa de la poeta Grisel Parera a raíz de la inquietud de un grupo de poetas de Cuenca, el Aula Poética se ha convertido en un espacio de referencia en el que periódicamente abordamos un tema en concreto bajo el prisma de la poesía. Además, desde que asumí la coordinación en 2012, la actividad del Aula se ha revitalizado fijando un encuentro mensual, y abriéndose a otras artes. Así, además del recital, se invita a escritores, escultores, pintores, músicos... para que den a conocer su trabajo. Creo que todas las artes están relacionadas, y entablar contacto con otros artistas puede enriquecer a los poetas y ayudarles a encontrar nuevos motivos de inspiración para sus obras.
¿Qué programa de actividades tienen previsto para este año?
Nuestro programa de actividades suele ser fijo y consta de una reunión mensual y actos puntuales como el recital que se organiza por San Mateo junto a la escultura de Alfonso VIII. Respecto a las reuniones mensuales, decir que se van cerrando a medida que avanza el año. Para la siguiente, que tendrá lugar el próximo 11 de febrero, contaremos con la visita del ceramista Tomás Bux. Este año nos visitará también el pintor Óscar Pinar, que no pudo asistir al encuentro previsto el año pasado por motivos de salud, y otros referentes del arte en Cuenca que prefiero no desvelar de momento.
¿Realizarán alguna actividad en torno a la obra poética de Santa Teresa coincidiendo con el quinto centenario de su nacimiento?
En principio no lo habíamos pensado, pero cabe la posibilidad porque quintando los meses de agosto y septiembre, en los que hacemos un alto en nuestra actividad, hay tiempo.
¿Existe relación entre el Aula Poética y otros grupos que realizan actividades en torno en la poesía como El Tren de los poetas o la Real Academia Conquense de Artes y Letras (Racal), que promueve desde hace varios años el encuentro Poesía para náufragos?
La verdad es que cada uno funcionamos de forma independiente. Pero sí es cierto que a nivel personal muchos miembros del Aula participamos en las actividades que, en torno a la poesía, organizan otras asociaciones culturales. Aunque no a nivel de organización, sí hay relaciones individuales que nos han permitido ponernos en contacto y tener entre nuestros invitados a Ángel Luis Luján, Javier Pelayo o Gustavo Villalba, entre otros.
¿Está la poesía en crisis?
La poesía siempre ha estado en crisis. Aunque pienso que es una palabra muy fuerte para definir su situación actual que, por otro lado, se podría revertir. En estos tiempos, caracterizados por la pérdida de valores, la poesía debería servir para evadirnos del día a día y reflexionar. Observo cómo la gente que asiste a las reuniones del Aula poética sale emocionada -llora, ríe-. A las personas nos apetece vivir situaciones que nos pongan los pelos de punta, y quizá por eso cada vez viene más gente a nuestras actividades.
Al ser un género minoritario, ¿resulta más complicado publicar?
La verdad es que sí. Por mi experiencia personal puedo decir que jamás me he planteado mandar nada a una editorial y, como hacen muchos compañeros, he optado por la autopublicación de mis libros. Es la única forma de difundir tu trabajo y conseguir la satisfacción personal de que se lea, con la única ambición de cubrir gastos.
Próximamente tiene previsto publicar un nuevo libro.
Así es. Se trata de mi sexto poemario, que lleva por título Versos mágicos, y que se presentará el próximo 28 de mayo en el Centro Cultural Aguirre. Sigue la línea de los libros anteriores, en cuanto a que consta de cuatro partes y los poemas tocan una amplia variedad temática, que va desde la fugacidad de la vida y el amor a los viajes y las personas, entre otros.
¿Tiene la actualidad social reflejo en la creación poética?
Sí, se ha puesto de moda abordar los temas sociales en la poesía. De hecho, yo en mi obra siempre lo he hecho y lo hago en este nuevo libro hablando sobre la anorexia, el abandono de los perros, la violencia de género o la falta de solidaridad. Son temas difícil de enfocar -es muy difícil enfocar desde el punto de vista poético un desahucio-, pero llegan a la gente porque todo el mundo los comprende.
Diego Jesús Jiménez y Federico Muelas son los grandes poetas conquenses. ¿Hay en estos momentos otros referentes claros en la provincia?
Sí. Es cuestión de gustos, pero nadie duda de la producción poética de Raúl Torres. Además, hay nombres que garantizar un futuro a la poesía en Cuenca como Pilar Narbón, Paloma Blasco, María José González o José Ángel García, en el que últimamente se aprecia una nueva etapa con una poesía más visual. Podemos decir que en Cuenca hay poetas y motivos de inspiración.