Featured

Me ha emocionado ver como la gente abarrotaba el Liceo para escuchar la voz de los poetas" - España

Fuente: http://salamancartvaldia.es/not/96633/-me-ha-emocionado-ver-como-la-gente-abarrotaba-el-liceo-para-escuchar-la-voz-de-los-poetas-/

Presento la entrevista realizada a la escritora Angélica Morales (Teruel, 1970), escritora y actriz que actualmente reside en Huesca. Ha publicado, entre otros libros, las novelas “Benedicto XIII, el papa Luna: El hombre que fue piedra (2006) y “La huida del cangrejo (2010); los libros de relatos “Piel de lagarta” (2007) y “Amar en martes” (2009); y los poemarios “Desmemoria” (2012), “Asno Mundo” (2014) y “Monopolios” (2014).

De sus premios poéticos destacan el Premio Internacional de Poesía Miguel Labordeta 2011; finalista del Premio Ausiás March al mejor poemario publicado en 2012 (“Desmemoria”); el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria 2013 (“Asno Mundo”); ganadora de la II Convocatoria Perversus GEEPP Ediciones (Melilla) 2015, con el poemario “Pecios”. Angélica Morales quedó entre los 20 finalistas del II Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’.

Su libro ‘Siempre es demasiado tarde’ le ha traído a Salamanca. ¿Qué impresiones le ha generado esta visita?

Hay libros que cuando uno los termina de escribir, sabe que están dotados de una luz invisible que va a calar en los ojos y el alma de quien los va a leer. Uno de esos libros, ha sido sin duda “Siempre es demasiado tarde”. El mayor premio y la mayor recompensa personal ha sido precisamente participar en este XVIII Encuentro De Poetas Iberoamericanos. Así que con eso, respondo a su pregunta. Para mí el Encuentro de poetas iberoamericanos en Salamanca ha sido un regalo, de modo que la impresión ha sido más que satisfactoria. He encontrado a una familia, por decirlo de alguna manera. He podido intercambiar opiniones, preferencias, experiencias y muchas risas con colegas de España y de la otra parte del mundo, con poetas distintos a mi forma de hacer poesía, pero afines en esta encrucijada salvaje que es escribir poesía, darle forma a lo que no existe.

Ha sido una de las invitadas del XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, ¿cuál es el balance general que hace del mismo?

El balance es del todo positivo. Además, le diré, que era mi primer encuentro poético, jamás había asistido ni a un congreso ni a un encuentro, porque mi llegada a la poesía es reciente. Así que voy a guardar este encuentro como quien guarda un diamante caído del cielo. Lo he pasado realmente bien. La organización ha sido exquisita y conocer a Alfredo Pérez Alencart o a Pilar Fernández Labrador, tan unidos en alma a la poesía y a la ciudad de Salamanca, ha sido para mí un honor. Alfredo Pérez Alencart realiza un trabajo impecable e impagable en Salamanca, además desde el corazón, no puede ser de otro modo cuando se trata de poesía. Para ellos va toda mi gratitud.

¿Y desde el plano personal? ¿Le ha resultado satisfactorio?

Me ha emocionado sobre todo la respuesta de la ciudad de Salamanca, ver como la gente abarrotaba el Teatro Liceo para escuchar la voz de los poetas. Yo también soy actriz y ese momento, el instante de pisar las tablas y leer ante un público tan entregado, fue muy emotivo. Además hacerlo desde el otro lado, desde la ficción de la [Img #469987]palabra propia, como creadora y no como instrumento. Por otra parte, el hecho de haber conocido a otros poetas de distintas generaciones y con distinto color de voz, ha sido maravilloso. Este Encuentro ha servido para intercambiar libros y para que cada uno de nosotros se haya podido dar a conocer, digamos que Salamanca ha sido un atleta bellísimo brincando con todos nuestras voces para que puedan ser escuchadas. Me llevo además de la satisfacción del encuentro, amigos con los que espero seguir estando en contacto y a los que leeré con mucha atención en el futuro. En mi blog, voy colgando poemas de algunos de ellos . Siempre es bueno escuchar otras voces poéticas para que la tuya propia pueda seguir creciendo.

¿Qué nos dice de León Felipe y de Juan Ruiz Peña, los homenajeados?

León Felipe es un poeta de gran altura, su lectura es imprescindible. En cuanto a Juan Ruiz Peña, ha sido todo un descubrimiento, lo cierto es que no lo conocía pero me ha gustado leerlo y poder escribir un poema en su honor. Los dos homenajes fueron cálidos, emocionantes y obligados. La memoria histórica es una deber, la memoria poética, también.

¿Podría hablarnos de las vertientes de su obra poética y de cuál es la temática que más le motiva en su escritura.

Voy a dejar que Vicente Huidobro lo haga por mí. Él dice refiriéndose a la naturaleza clásica de la poesía: “No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo. Te servirás de mí; está bien. No quiero y no puedo evitarlo; pero yo también me serviré de ti. Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos, tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo y mis estrellas. Y ya no podrás decirme: Ese árbol está mal, no me gusta el cielo..., los míos son mejores. Yo te responderé que mis cielos y mis árboles son los míos y no los tuyos y que no tienen por qué parecerse. Ya no podrás aplastar a nadie con tus pretensiones exageradas de vieja chocha y regalona. Ya nos escapamos de tu trampa.”

Eso es lo que siento. Mi poética tiene que ver con los mundos invisibles que me habitan. Escribo algo que está en mí, que nace en otra dimensión y se destruye constantemente. Escribo sobre lo cotidiano pero siempre desde

En el Liceo, homenajeando a León Felipe
un punto de vista fantástico. Me gusta fabular, crear, sentirme Dios. No me conformo con la realidad porque se me queda pequeña. Desde niña he sido muy soñadora, y solo ahora entiendo por qué. Inevitablemente tenía que escribir poesía y lo tenía que hacer de esta forma., poniendo todas mis costuras del revés. Sin libertad no hay creación, sin el puñal y la sangre no existiría la vida. Mis libros suelen tener un cuerpo, es decir, una historia. Escribo a partir de una imagen, de un impulso, de algo que pellizca mi alma y de lo que no puedo escapar. Todo lo que escribo pasa por la mirada oscura de las habitaciones que me habitan, pero también me apropio de la realidad, porque un artista tiene que tener los ojos bien abiertos. Creo que mi condición de actriz tiene mucho que ver con mi poética, con mi necesidad de hablar sobre la escena. Por eso mis poemas son pequeñas historias, pequeñas obras de teatro o películas. Tienen mucho de acción interior y física. Mi poesía es sucia y limpia, tiene espinas y lenguas de cristal. Lo más importante para mí es emocionar. Y emocionar de la forma más bella posible. Sin emoción no hay poesía. Si lo que escribes no es verdad, acaba muriendo entre los ojos del lector. Un poeta debe cultivar el jardín de los muertos invisibles, de las cosas que aún no han nacido pero se anuncian. Es un ritual que tiene mucho de sagrado y de pista de circo.
¿Cuáles han sido hasta ahora sus poetas esenciales, de referencia?

Tantos y tan pocos... Pero le diré que hay dos poetas que me pellizcan el alma de forma especial, que cuando los leo, hay algo dentro de mí que se desordena y enloquece, que me incita a escribir de forma salvaje; me refiero a César Vallejo y a Fernando Pessoa. Sin embargo, hay otros muchos que han supuesto para mí tanto como [Img #469986]lectora como poeta, un gran hallazgo y una gran alegría; clásicos como Rimbaud, cuya lectura me deslumbra siempre o Cavafis, que es la belleza del clasicismo, Celan el impecable, T. S. Eliot, Artaud, Lezama Lima, Oliverio Girondo, Martín Adán, César Moro, Blanca Varela, Marosa Di Giorgio, Haroldo de Campos, Emilio Adolfo Westphalen, Roque Dalton, Octavio Paz, Federico García Lorca, Miguel Hérnandez, Miguel Labordeta, Pier Paolo Pasolini, Pablo de Rokha, Walt Whitman, Reinaldo Arenas, Anne Sexton, Cesar Pavese, Bertolt Brecht... Por nombrar a algunos que me han golpeado fuerte, pero hay un número importante de poetas que han hecho mella en mí, aunque es imposible nombrarlos a todos. Lo hermoso de la poesía es que a cada rato estás descubriendo poetas nuevos, contemporáneos o clásicos, y lo mejor de todo es cuando a demás de descubrirlos, los vuelves a descubrir. Las segundas o terceras lecturas suelen ser las más interesantes, porque te das cuenta de que la poesía está viva, que lo que ayer te parecía una cosa, ahora es otra, que el lenguaje no muere ni en el tiempo ni en las páginas de un libro, si no que cambia de color, de textura, de sabor entre los ojos de quien la lee. Eso es lo fantástico de la poesía, su vitalidad dentro de la luz brillante del polvo. Ahora, por ejemplo, acabo de descubrir a una joven poeta norteamericana: Bianca Stone, y su poesía también me está abriendo nuevas puertas.

Aunque le diré que, por ejemplo, la prosa de Juan Rulfo, Manuel Puig, Franz Kafka o Nietzsche son laberintos poéticos dignos de explorar.

¿Qué está escribiendo ahora?

Acabo de sacar a la luz mi última novela “Palillos chinos”, publicado por Mira Editores, una novela escrita en versos vanguardistas, con mucha puesta en escena teatral, diálogos y conversaciones de Facebook, el nuevo lenguaje de la era tecnológica. Una apuesta entre lo contemporáneo y lo clásico, un riesgo que he afrontado gracias a mi incursión en el mundo poético. Pero ahora estoy inmersa en la escritura de un poemario que trata sobre la maldad del hombre. También estoy intentando llevar a buen puerto una novela que no sé exactamente si será corta o larga porque empezó como un relato y ha ido ganando terreno. La novela trata sobre una vieja prostituta y su pupilo homosexual, un escritor frustrado que quiere saldar cuentas con su pasado... Y hasta ahí puedo contarle.

Con el poeta colombiano Sergio Laignelet
¿Cómo se adentra en los territorios del relato y la novela?

Con total libertad, con mucha curiosidad y con ganas de pasarlo bien. La escritura para mí forma parte de mi vida, es algo que hago de forma diaria y disciplinada, como cuando uno se levanta y se lava los dientes o come una manzana a media tarde. Esta disciplina militar me permite poder adentrarme en la escritura tanto de la poesía, como del relato o la novela. Las mañanas las dedico a la poesía y las tardes a la narrativa.

Es curioso, pero yo empecé escribiendo novela y relato y la poesía ha acudido a mí de forma tardía; sin embargo, gracias a la poesía, he cambiado mi forma de escribir novela o relato. Soy mucho más libre ahora que soy poeta como novelista o cuentista de lo que era antes. La poesía me ha abierto infinidad de puertas en cuanto a literatura se refiere. Ya no hay fronteras entre una disciplina y otra. Todo se mezcla, todo vale. Me he convertido en una kamikaze feliz que disfruta con el riesgo de cada historia.

Coméntenos algo sobre su faceta como actriz

Llevo haciendo teatro desde los catorce años, siempre fantaseé con que ese sería mi destino y sin embargo ahora la poesía ha dado un rumbo drástico a mi vida. Eso no significa que haya abandonado las tablas, pero mi corazón está ahora en el corazón de la poesía y cuando la poesía te atrapa, es imposible librarse de su abrazo porque ella se convierte en el motor de tu vida, en tu aliento, en tu perfume, en el agua que lame todos tus pensamientos. También he trabajado en el cine, y he hecho radio. Lo cierto es que me fascina todo lo relacionado con el arte y la creatividad.

Actualmente dirijo el grupo de teatro “En Obras” del Campus de la Universidad de Zaragoza en Huesca y estoy muy feliz porque me permite acercar el teatro a los jóvenes y a los no tan jóvenes, (mi grupo también está formado por alumnos de la universidad de la experiencia) poner a su alcance la belleza de la palabra, darles la

Can la salmantina Isabel González y el cordobés Ángel de la Torre
posibilidad de habitar el cuerpo y las arañas de otro, en otro tiempo y lugar. No hay nada como la magia del teatro para que la imaginación eche a volar como un pájaro de fuego. El año pasado realizamos un montaje teatral absolutamente poético, propuse una especie de manicomio de poetas más o menos malditos, una suerte de cabaret poético donde cada actor recitaba un poema dramatizado acompañado de números musicales y de algunos diálogos. En esa propuesta dimos voz a poetas como Artaud, Paul Celan, Marosa Di Giorgio, Anne Sexton, Vallejo, Leopoldo María Panero, Alejandra Pizarnik, y algunos poemas míos. Lo más importante fue ver cómo gente que no había leído jamás poesía y que la palabra poesía le resultaba poco menos que abominable, acabara recitando y llorando emocionada por la impresión tan bella producida por los poemas. El espectáculo se llamaba “Animal curvo”. Ahora estoy escribiendo para ellos una nueva obra de teatro: “Se busca” esta vez enfocada a la depravación moral de los programas televisivos de entretenimiento.
La poesía es una herramienta perfecta para ser llevada a escena, para mí es la esencia de toda pieza teatral. Cuando estudiaba en la Escuela del Actor de Valencia, pusimos en escena una pieza teatral y poética de Fernando Pessoa llamada “El marinero”. En ese momento fue cuando yo descubrí por primera vez la fuerza arrebatadora de la poesía, había algo en aquellas palabras que mordían mi alma a dentelladas. Era el éxtasis de la belleza pura. Desde entonces no he dejado de perseguir la música de sus palabras , la insoportable belleza de un marinero que no existe en la isla febril de mi pensamiento.

Finalmente, díganos ¿por qué escribe poesía?

Yo diría que es la poesía la que me escribe a mí.

Poetas invitados visitando el Patio de Escuelas Menores
Entrevista de Mauricio Cifuentes (estudiante de doctorado de la Universidad de Salamanca)

Fotografías de José Manuel Ubé y José Amador Martín