Fuente. http://www.lanacion.com.ar/1896538-la-poesia-en-el-centro-de-la-escena-con-un-plato-de-sopa
Vivi Tellas, generadora de experiencias tan inquietantes como Proyecto Museo, Biodrama o Teatro documental, vuelve a asumir la dirección del Teatro Sarmiento, tras una gestión anterior, entre 2001 y 2008. Durante ese período, el Ciclo Biodramas, en el que se convocaba a un director para que contara en escena la vida de una persona viva, se transformó en una marca registrada de la cartelera teatral porteña.
Ahora, Tellas inicia su nueva gestión con otra idea provocadora. Un ciclo de poesía denominado La Luz Mala, poetas al mediodía, los sábados y domingos, de 12 a 14. Los asistentes no solo tendrán la posibilidad de tomar contacto con la producción de diversos creadores sino, además, de compartir una sopa en el intervalo. Este mes las actividades de los sábados serán coordinadas por Maruja Bustamante y Gael Policarpo; el domingo quien tendrá ese rol será el colectivo Persons, integrado por Noé Vera, Maru Gersberg, Josefina Bianchi y Mariana Mariasch.
-¿Cómo surgió este proyecto?
-Cuando hay un cambio de gestión, parte de la programación de la sala ya está armada. Así que en las noches no podía proponer nada y no puedo estar sin hacer proyectos. Y a mí me gusta ir a escuchar poesía, es una escena muy viva, con mucha energía. Pensé en construir algo al mediodía, con poetas, dándole al proyecto un marco institucional y con algo de presupuesto.
-¿El público solo escuchará poesía o habrá otras alternativas?
-En general esas actividades incluyen la performance, el slam poético (torneo de poetas). Puede haber músicos. Lo interesante es que se combine con otras disciplinas. Todo será abstracto y mínimo. La idea es concentrarnos en la palabra.
-La poesía es como una hermanita indefensa dentro del arte que pareciera activarse en ciertos períodos.
-Y a la vez es el centro de todo. Todo sale de ahí, es el corazón de las artes. Un centro abstracto, incomprensible, de donde sale la literatura, la música, el teatro. Propone volver a un pensamiento no tan figurativo, con más misterio. Hoy hay una tendencia a entender, a ser práctico, por eso en este momento del mundo, escuchar poesía produce cierto desconcierto. Porque tenés que hacer tu interpretación, descubrir tus propias imágenes y emociones. La gente busca más certezas, que le digan qué hacer, qué sentir. Y yo quiero decirle a la gente: tenés que decidir por vos mismo. Podés venir y quedarte dormido, no está mal. Hasta puede ser interesante dormirte escuchando poesía. Podés venir en pijama a tomar una sopa y quedarte dormido. Me lo imagino como una especie de orfanato que da protección.
-¿Y tu actividad como creadora teatral?
-Lo último que hice fue Las personas, en el San Martín. Un biodrama con veintidós empleados. Fue muy provocador y difícil y, finalmente, muy emocionante. Tengo una relación fuerte con el teatro. Doy clases. Siempre estoy con proyectos. Me interesa mucho descubrir teatralidad en la realidad. Me especializo en eso. Me dan curiosidad las personas, sus comportamientos, las biografías, la familia como teatro. Creo que ayuda a entendernos más.
-¿En qué momentos encontrás teatralidad?
-Hay muchos momentos. La actuación de las personas en la vida, por ejemplo. Hay gente que actúa mal, pide el café con el tono equivocado. Observo las cosas que tiene que hacer la gente para seguir adelante en la ciudad. Me atraen mucho los detalles, los encuentros, los diálogos, saber de qué hablan las personas.
-¿Qué ideas tenes para la próxima temporada del Sarmiento?
-Me gustaría invitar a Federico León, Mariano Pensotti, Romina Paula, Mariana Obersztern. Por ahora pienso en directores. Me gustaría ver sus nuevas obras y que las hagan en el Sarmiento. Todos los años de Biodramas fueron muy inspiradores para estos creadores. Ese proyecto generó una relación amorosa con este teatro. Pero no, no tengo nada definido, todavía.
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