Fuente: http://pagina24jalisco.com.mx/local/2016/01/04/la-poesia-es-un-objeto-linguistico-finamente-trabajado-jorge-souza-jauffred/
Se dice que si se levanta una piedra aparecen más poetas que animales, una realidad en la que Jalisco ya no aplica, al ser un estado en donde la poesía se ha diversificado y no tiene una sola visión, sino que cada poeta es parte de un mosaico de voces que hacen posible una riqueza de estilos, visiones, lenguaje...
La poesía muestra un sinfín de matices, sincronías, ritmos, imágenes, concepciones que hacen imposible definirla, pero ello no impide un acercamiento a la misma.
La serie de entrevistas que les presentaremos en Página 24 muestran la manera en que se concibe el fenómeno poético y la poesía en Jalisco, a través de las voces de los creadores que conforman este mosaico.
Nuestro primer entrevistado es Jorge Souza, quien es Doctor en Lingüística por la UNAM y Premio Jalisco 2015. Ha escrito entre otros libros, Luz que no vuelve (1995), En las manos la niebla (1999), Remedios para heridas sin remedio (2006), En la línea de Juego (2007).
Neri Tello- Quizá no se pueda definir la poesía porque ello nos llevaría a problemas de carácter filosófico y ontológico, quizá solo lleguemos a acercamientos, pero para ti Jorge, ¿qué es el poema?
Jorge Souza- Hay varias formas de acercarse al poema, te voy a decir cómo yo me acerco. Lo reconozco como un objeto lingüístico finamente trabajado con más armonías, sincronías, ritmos que el lenguaje cotidiano, el poema está construido en varios niveles; tiene un nivel fonológico que es reconocible, tiene un nivel sintáctico que es muy distinto al nivel que utilizamos en el lenguaje cotidiano, tiene un nivel semántico de significaciones mucho más amplio, ambiguo y polisémico que el lenguaje cotidiano, y tiene un nivel cognitivo que nos permite desarrollar o nos permite construir nuevos imaginarios que no están, y que no surgen del lenguaje cotidiano. El lenguaje cotidiano permite entendernos, decir que vamos a un café, tomar un desayuno, qué tu eres Neri y que yo soy Jorge Souza, y el lenguaje poético nos permite crear otros imaginarios, nos permite decir que tú eres un ser en busca de la muerte, o que yo soy un ser solo, entonces entendemos la vida de otra forma.
Hay que recordar lo que dicen los nuevos lingüistas cognitivos, los nuevos estudiosos de las ciencias de la cognición, sicólogos, antropólogos, nosotros no tenemos acceso a la realidad total, la realidad es inaccesible como lo decía Kant, como lo decía Platón, a lo que tenemos acceso es a algunos aspectos de ella a través de nuestros muy limitados sentidos, y con esos estímulos nuestro sistema conceptual construye una realidad imaginaria: Tú no estás en el café, tú no estás en Guadalajara, tú no estás en México. Tú estás en un lugar del mundo sentado en una silla con otra persona que no se llama de ninguna forma, que no es nadie, que no es poeta, ni lingüista ni nada. Tú estás con otro ser humano y estás escuchando, ni siquiera palabras, yo estoy haciendo vibrar el aire y esa vibración llega a tu oído y esa vibración se va por el nervio auditivo a tu cerebro y tu cerebro la construye como palabras; en esa construcción de la realidad es donde la poesía tiene significado. Construimos nosotros un imaginario compartido cotidiano y con la poesía abrimos puertas a otros imaginarios, a otros mundos donde podemos salvarnos.
NT- ¿Cómo es que el lenguaje cotidiano se transforma en lenguaje poético si son las mismas palabras?
JS- La poesía, desde mi punto de vista, consiste en forzar este lenguaje; en utilizarlo precisamente, para que diga cosas que nosotros no podemos decir en lenguaje cotidiano. Si decimos “roca”, roca es una piedra en lenguaje cotidiano, pero si digo “abuelo, roca de mí y de mi hermano”. Abuelo se convirtió en roca, lo cual es ilógico, sin embargo, en el lenguaje poético si entendemos eso, o si digo, “abuelo raíz de mí y de mi hermano”, es un lenguaje metafórico donde las palabras se convierten en otras para nombrar la realidad.
En el lenguaje poético la palabra te trae a la presencia la cosa, decía Heidegger; las palabras abren un desgarradura en el ente que permite que se asome el ser. Cuando usas el léxico cotidiano de otra forma significa otras cosas, que no están en la vida cotidiana y que permiten romper las paredes que te ha trazado la lógica para asomarte a esos otros universos posibles conceptuales en donde uno puede encontrar la salvación, en tanto que si estuvieras en una cárcel y rompieras un muro vislumbras la salvación.
NT- Retomo lo que dices porque hablas del lenguaje metafórico y es allí donde se inserta la poesía y entonce, ¿cómo defines la metáfora?
JS- Hay teorías retóricas que han tomado la metáfora como una figura para embellecer el lenguaje. Pero quitando estas teorías que han evolucionado a través de los años, te diría, en términos cognitivos, que es una forma de entender una realidad en términos de otra, y es algo que está inmerso en la nuestra vida cotidiana, los ejemplos abstractos como el amor, la muerte, como la vida, el tiempo, los entendemos en términos metafóricos porque no tenemos forma de entenderlos directamente.
Siempre que hablamos del tiempo vamos a hablar con metáforas, cuando decimos “la semana que entra”, la semana no entra, ¿qué semana?; cuando dices “el mes pasado”, no hay mes pasado, todo es sentido figurado, el tiempo es metafórico. Cuando dices “el tiempo es oro”, me está costando mucho este tiempo. No te está costando nada, pero no podemos acceder al tiempo sino es a partir de metáforas, y estás están en la vida cotidiana. Cuando utilizamos la metáfora de una forma inusual, de una forma extendida o en una forma comprimida entonces estás utilizando la poesía; si dices “voy por un sendero de estrellas” utilizas la metáfora de la vida, pero ya la extendiste, ya la forzaste, ya la cambiaste, esa no se utiliza en el lenguaje cotidiano. “Voy por un sendero de estrellas”, ¿a qué te estás refiriendo? Quizá a una parte luminosa o especial de tu vida. Las metáforas están en el lenguaje cotidiano porque entendemos con ellas los conceptos abstractos.
NT- Me gustaría hablar un poco sobre la poesía en Jalisco, haciendo una radiografía, ¿qué fue lo que marcó a los poetas de tu generación, qué fue lo que tenían en común los nacidos en la década de 1940 y 1950?
JS- Hay varios poetas que han hablado de esto; Evodio Escalante o Eduardo Langagne han hablado sobre los poeta nacidos en los años cincuenta. Con ellos empieza, hay una explosión de poetas documentada por Gabriel Zaid en Asamblea de poetas jóvenes, y esta explosión muestra poetas muy diversos. Raúl Aceves dice que lo común entre nuestra generación era una especie de irreverencia, de no respeto a lo establecido, de búsqueda, de caminos nuevos, de voces personales, a veces irrespetuosas. Antes de esta generación, los poetas eran muy definidos, eran tres o cuatro pero muy definidos y en esta generación son un montón, algunos todavía están trabajando.
NT- Es Gabriel Zaid quien muestra que la poesía de esa generación que ya no se puede asir, hay una especie de dispersión y para todos lados...
JS- No se ha hecho el mapa, pero para estas alturas ya se puede ver qué voces se han consolidado. Tu puedes leer “Poesía reciente de Jalisco” de Raúl Aceves, Raúl Bañuelos y Dante Medina, de los poetas que presenta solo la tercera parte sigue trabajando; algunos solo tuvieron un libro y otros solo publicaron en revistas, y luego lees “Poesía Viva de Jalisco” que son 140 poetas y allí como la mitad ya no sigue escribiendo. Yo me quedaría con diez poetas de esa generación que siguen escribiendo, que siguen trabajando, algunos se convirtieron en investigadores además de poetas como Luis Alberto Navarro; otros han tenido un trabajo tallerístico como Ricardo Yáñez, Raúl Bañuelos o Patricia Medina; otro investigador es Raúl Aceves. Otros poetas como Jorge Esquinca, Carmen Villoro. Yo pondría como un antecedente a Raúl Navarrete que es un gran poeta, luego seguiría con Arturo Suárez, Patricia Medina, Ricardo Yáñez, Raúl Aceves, Dante Medina, Raúl Bañuelos, Ricardo Castillo, quién tiene un libro que lo define.
NT- Esta generación es la que define la poesía en Jalisco, pero me gustaría que me contaras quién estaba atrás.
JS- Para empezar, nuestros maestros Ernesto Flores, Hugo Gutiérrez Vega, Elías Nandino a quién todos le debemos algo. Navarro Sánchez que formó a Dante Medina, a Raúl Bañuelos a Carlos Próspero. También está Arturo Rivas Sainz que formó a Artemio González, a Patricia Medina, a mí. Rivas Sainz ayudó a Rulfo, a Alatorre, a Arreola; decía Arreola que Rivas Sainz le daba libros subrayados y además creaba revistas para que dirigieran y publicaran. Rivas Sainz era un gran hombre.
De la generación de Ernesto Flores, está Víctor Hugo Lomelí, que es el poeta de esa generación, Olivia Zuñiga, y Fr’ Asinello que es un gran poeta místico. Y más para atrás están Enrique González Martínez, Alfredo R. Plasencia, Fernando González de León, Alfonso Gutiérrez Hermosillo quién estaba llamado a ser un gran poeta pero murió a los 29 años.
NT- Siguiendo la misma línea y para terminar, ¿qué autores jóvenes representaría una apuesta al futuro?
JS- Te puedo nombrar 5 o 6 nombres, no conozco a todos y puede que se me escape uno. Alvaro Luquín, tú, Xitlalli Rodríguez, Leticia Cortés a quién conozco desde que ella tenía quince años y siempre me sorprendió su genialidad, Paty Mata, Anja Aguilera, Carolina Zorrilla.
NT.- ¿Qué consejo le darías a quienes quisieran sumergirse en las aguas de la poesía?
JS- Que sea sincero, que sea honesto, que busque su camino y que lea mucho a los poetas y que aprenda de sus técnicas.
José Antonio Neri Tello