Óscar Jairo González Hernández
Profesor Facultad de Comunicación
Comunicación y Lenguajes Audiovisuales
Universidad de Medellín
De su libro Las flores en el fogón a Ojos de ácrata y ahora con este nuevo libro que ha titulado Mutación de la llama: ¿Qué ha evolucionado o que ha transformado en su formación y su búsqueda?
"Bueno, para decirlo con una palabra que me es muy cercana ahora; han mutado muchas cosas".
"Siento que en el curso de mi historia personal, a medida que se acercan las horas de grandes resoluciones, el fin de todo esto; se ha abierto un poco más el sentido liviano de la vida, de la visión histórica con respecto a los torcidos sucesos humanos, y también del pulso en la escritura, podando un poco, solo un poco, la burlona agresividad de las palabras, dándole 'levedad', a cosas que antes se transcribían graves. Pero sin concederle todo a la terca realidad, ni al público. Y sin dejar de meter el dedo en la llaga.
Todo esto tiene una base en las propias intuiciones del hoy. Ahora no se trata tanto de averiguar el cuándo, el dónde, o el cómo, sino el por qué"
-¿Por qué los títulos de sus libros y qué sentido tienen o que los excede o contiene con ellos, o sea al dárselos y poseerlos?
"Primero quisiera decirle que para mí los títulos son lo más difícil de un trabajo literario y muchas veces lo último a resolver. Aunque en general siempre he empezado por ponerle un título provisional a los proyectos de libro, aún sin conocer todo el material que contendrá. Es como si ese nombre guiara, hiciera señas para avanzar".
"Pero ese título inicial siempre varía hasta dar con el verdadero nombre, apellido y "descendencia" de lo que se escribe".
"He escogido la mayoría de títulos de mis libros, con el nombre de un poema representativo de los temas, que abarque en lo posible la sustancia particular de que esta hecho el conjunto, de su sentido "íntimo". Pero en dos ocasiones, en el caso de ÁCRATA Y MAKELA BANTÚ, además de ser nombres de poemas incluidos, esos títulos vinieron detrás de los sueños".
"En el caso de Mákela, solo la noche antes de llevarlo a imprenta, y después de haberle dado mil vueltas y llamarlo de otras formas, encontré en forma especial las dos palabras, en un sueño".
"Ponlo Makela bantú, me dijo una vozarrona que pesaba, extraña y sabia, y yo que ya la conozco desde mis pasados días de búsquedas alucinantes extremas, le hice caso. Esa entidad nunca se equivoca. Cosa parecida me ocurrió con Ágata, que era en realidad el color de un a luz azul, que aparecía al frente en las dificultades y me traía las llaves para salir de ellas.
"El título de este último libro, Mutación de la llama, lo tuve claro poco después de empezado el trabajo de selección y demás. Expresa un punto de cambio trascendental, que se está gestando sobre el sentido esencial de todo lo pasado, lo presente, y lo futuro conque me he relacionado".
"Después de las candelas, las cosas cambian cualitativamente de estado, se purifican desapareciendo el material visible, como la llama, esa explosividad agitada ardiente, que se consume para dar paso a la calma del lago, donde que serenamente se fluye, sin visos y en silencio".
-¿Qué relaciones o no construye usted desde la naturaleza y esa otra naturaleza, al decir de Novalis, que es la ciudad y como intervienen su mundo o visión?
"Naturaleza y ciudad son como el agua y el aceite: juntas pero no revueltas. Y en este encuentro destructor, natura es inocente y ciudad es victimaria.
Quizás podría ser un encuentro amable, pero las necesidades del lucro y el consumismo que siempre son enfermedades de ciudad, no lo permiten. Mucho más hoy, en plena tormenta de la desenfrenada depredación humana sobre el planeta, que amenaza la sobrevivencia de muchas cosas y de la especie misma. Lo peor es saber que no tenemos respeto para compartir y respetar la generosidad de la naturaleza, en lo personal y en lo público. Mucho menos tenemos gobiernos o poderosos con bolsillo y cerebro para eso".
"El ser humano se ha creído dueño, para saquear, y destruir naturaleza, incluida la naturaleza ancestral psíquica intuitiva, y lo más ridículo es que piensa, sueña, con "vencerla".
Yo trato que mis escritos sean afines a la fantasía de la naturaleza y tengo látigo con el espíritu masificador, borreguil, destructivo, maniqueo, fundamentalista y estulto de la ciudad".
-¿Tiene usted necesidad e intencionalidad que para su obra haya una lector para ella o no; usted lo forma o no a ese lector que también es usted?
"Uno escribe para que lo lean y para hacer trascender su labor en un u otro nivel. El que diga otra cosa, pretende sacarse el mismo las castañas del fuego del ostracismo, es un mentirosillo, un vergonzante.
Ahora bien, si se hacen cálculos o no con la cantidad de lectores y compradores es otra cosa, porque en esto hay desde gente que escribe sabiendo que solo llegará a pequeños círculos, hasta gente que aspira a cualquier precio, -incluida la claudicación literaria-, lograr acceder al gran mercado. Asunto que ha convertido a muchos poetas en vulgares comerciantes-empresarios de la poesía, leída o escrita. En Medellín existen estos bichos".
"Eso da por resultado un poco de Carangas de pasarela resucitadas económicamente y muchos libros comprados por pose trivial, que llegados a casa nunca se abrirán ni bajaran de los lujosos estantes. Estas musarañas van de la mano de la trivialización de la poesía".
"Mis tirajes nunca han pasado de mil, y aunque han sido vendidos en su casi totalidad antes de ser editados, no creo que tenga mil lectores. Esa es la realidad. Pero eso no me importa, ni me angustia, primero porque escribo por necesidad vital desde los 8 años, me divierto, resuelvo muchas de mis cosas cuerdas o dementes, ahí en el poema, y sé que a un pequeño público le agrada lo que escribo, y además goza y se hermana en mis escritos".
"Pensar en la literatura desde la moneda es un fraude de moda".
-¿Tiene su poesía, una tensión espiritual y realista, busca hacerlo de esa manera o hay tendencia al ocultamiento también en ella?
"Creo que mi poesía está muy tocada por una búsqueda espiritual, que se comunica con oriente, con kayan, Li Tai Po, Basho, Lao Tsé, con el I Ching, con las Analectas de Confucio y el Camino del Árbol Bodhi. Pero es solo una comunicación, porque el fondo de esto, el asunto de verdad en esto, -para guardar el debido respeto-, pertenece a iniciados, maestros de la búsqueda y no a seres tan imperfectos y con tantas limitaciones como yo, que no pueden, ni tratan de llegar a estas torres blindadas de la sabiduría".
"Mis escritos también tienen el hilo de los poetas malditos franceses, de las tragedias griegas, de los realistas rusos, de Fernando González y el nadaísmo colombiano. Estas fueron fuentes de primer orden en mi juventud".
"Ahí el ocultamiento existe, lo cifrado existe como en todo autor. Uno siempre tiene una reserva de secretos personales sagrados, que a veces suelta traspapelados en un renglón o en una palabra".
-¿Cómo y de qué carácter y temperatura son las relaciones que usted instala entre el Yo y el Otro en lo que intenta transmitirles a uno y otro?
"Yo siempre soy también el otro. Todos somos el otro, la otra. Lo que realmente nos diferencia son las calidades de esencia de cada cual y sus manifestaciones exteriores que aunque tienen muchos colores, provienen de la misma raíz. Los sentimientos, dolores y alegrías de la especie son sin tiempo y sin espacio, en realidad las mismas. Edipo, Judas, el príncipe Chi, Sherezada y hasta Hitler y Bolívar existen hoy, de carne y hueso".
"Cuando escribo así sea, en primera persona hablo también de otros y a la inversa. Hay que llegar a ser primero un duro juez de uno mismo, para poder referirse a los demás, a lo demás. La trasmisión es doble; adentro de uno y afuera".
-¿Hay mucho en su poesía o no de intención de darle forma cada vez más a la palabra, o más bien y antes que nada, a lo que quiere comunicar con ellas?
"La búsqueda de las palabras, de darles sus formas aquí y allá, con este o aquel paisaje, sentido y tono, es permanente, tiene que ser permanente para el escritor".
"La literatura es una fuente que fluye a veces rauda a veces calma, pero siempre chocando con las piedras de la vida real y envuelta en los remolinos de la imaginación. En cada uno de estos estados los ecos son distintos, la música es distinta y variante".
"Uno siente, intuye y reporta, a veces más claro o no. A esto se puede sumar un trabajo simultaneo de carpintería que ordena, resalta, y embellece. Pero el entendimiento es cosa de cada cual, uno no puede forzar a un entendimiento, ni saber o garantizar que se entendió exactamente lo sugerido, sobretodo en el poema; el lector en últimas escapa a uno en su propio entender. Un encuentro total entre lector y autor, sea compartiendo o no sentimientos, se da muy poco, es un 'milagro'".
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El abrazo de los muertos
"Casi todos mis amigos murieron.
Y muchos aún palpitan el dolor
en las tumbas sin nombre
que sacuden este croquis.
Olvidados
a orillas de algún camino
que cubrió la maleza.
O en remolinos
donde fueron arrojados
en pedazos al río.
Mis amigos...
Tengo pocos.
A veces nos juntamos
a beber y fumar dolores
recordando la sonrisa
y el abrazo de los muertos".
Poemas del libro Mutación de la llama
Calina
Órbitas alertas
desde la silla maltrecha del bar de retirados.
Afuera son pasos con barullo
de la vendeja persa
y paisa.
Hay brisa por fin.
Tórtolas y cuervos
se recogen bien lejos de la gente.
¿Cuáles pasos seguirán rebotando en este
cemento apestoso?
¿Qué esencia de damas
escapadas de la tarde
se han enredado en las palmeras?
¿Quién ha guardado
las cenizas de todo esto?:
Huele a calina
y queman las preguntas.