Fuente: http://www.eliberico.com/entrevista-a-eduardo-moga.html
El Ibérico habla en exclusiva con el gran poeta, traductor y escritor Eduardo Moga, que participó en un Cabaret Literario en el suroeste de la ciudad, organizado por Battersea Spanish. Moga vive en Londres desde hace dos años.
Es autor de más de 18 libros de poesía, traductor de la obra de Whitman, Faulkner, Rimbaud, Bukowski, Llull, entre otros; crítico literario en medios como Letras Libres, Quimera, Cuadernos Hispanoamericanos y Revista de Occidente; ganador de premios literarios entre los que cuentan el Premio Adonáis de Poesía, el Premio Quimera al mejor poemario aparecido en España en 2013, y el Latino Book Award en los Estados Unidos en 2014.
¿Cómo termina Eduardo Moga en Londres?
No termina, sino que empieza. En un momento determinado de mi vida, sentí que tenía que volver a empezar, aunque fuera difícil: que había de reinventarme. En 2013, a resultas de la crisis, los empleados públicos éramos el muñeco de las bofetadas de los gobiernos conservadores –tanto el catalán como el español–, y estaba cansado de que me maltrataran. Además, me sentía aplastado por la rutina y el tedio: había sido funcionario 27 años. Así que, aprovechando que mi mujer, médica, había conseguido trabajo en un hospital de Londres, decidí venir. Ahora soy escritor a tiempo completo.
¿Ha jugado la ciudad un rol en su creación de los últimos dos años?
Desde luego, el entorno siempre influye en la creación. Cuando llegué a Londres, inauguré un blog, Crónicas de Ingalaterra (eduardomoga.blogspot.co.uk), en el que cuento mis aventuras y desventuras en este país (y también en España, a donde vuelvo con frecuencia). Recientemente se ha publicado una selección de las entradas del blog, titulada Crónicas de Inglaterra. Un año en Londres (con algunas estancias en Españas), en la editorial sevillana La Isla de Siltolá. También he escrito un poemario inspirado en mi vida en Inglaterra, Muerte y amapolas en Alexandra Avenue, que espero se publique pronto.
¿Qué lo llevó a participar en el cabaret de Battersea Spanish?
Los encuentros y lecturas literarios son siempre una buena oportunidad para difundir la obra de uno y conocer la de los demás, así como para hacer nuevos amigos (y enemigos). El cabaré literario de Battersea Spanish me pareció una idea refrescante, que podía servir para establecer lazos, o para reforzarlos, entre la numerosa población española e hispanoamericana de Londres interesada por la literatura y la creación artística. Por otra parte, compartir ese momento con gente próxima y cultural me ayudó mucho en unos días en los que no estaba pasando por mis mejores momentos; Londres es una ciudad maravillosa, pero también puede ser muy fría y hostil.
¿Qué aportan las iniciativas como la del cabaret al quehacer de artistas latinos y españoles en Londres y al público que asiste a ellas?
Esta pregunta está en parte contestada en mi respuesta anterior: los encuentros literarios son importantes para mantener cierto sentido de comunidad y para estimular la vivencia de la literatura, que es esencial para la creación. Si, además, como en el caso del cabaré de Battersea Spanish, sirven para fomentar la amistad y el conocimiento mutuo entre lectores y escritores, así como para pasar un buen rato, miel sobre hojuelas.
Sabemos que está impartiendo los Talleres de Narrativa y Poesía en Battersea Spanish. ¿Quiénes participan en estos talleres y qué puede esperar la gente que se matricula en ellos?
EDUARDO MOGA PÚBLICO
Asistentes a una sesión de literatura en Battersea Spanish
Imparto, en efecto, los talleres de escritura creativa –con la colaboración del escritor argentino Fernando Sdrigotti– y de poesía de Battersea Spanish. Los talleres están abiertos a cualquier persona hispanohablante interesada por la literatura y la creación literaria. De hecho, hay alumnos de muchas nacionalidades, cuyos diferentes acentos, cuyos diferentes castellanos, contribuyen a la riqueza y variedad de los cursos. En ellos pretendemos ofrecer una visión sistemática de la escritura y aportar recursos expresivos y técnicas de construcción para que quien quiera escribir pueda hacerlo en las mejores condiciones. Pero también queremos estimular la reflexión y el debate sobre la literatura, de una forma, a la vez, apasionada y rigurosa. Toda forma de literatura, aun la más oscura o elegíaca, es una forma de placer, pero el placer también ha de ser meditado. En Battersea Spanish aspiramos a que el goce y el pensamiento vayan de la mano.
¿Qué otros proyectos literarios tiene en mente desarrollar con Battersea Spanish?
Nos gustaría, por ejemplo, que el cabaré literario fuera periódico: que cada tres o cuatro meses se celebrara una nueva edición, con nuevos participantes y propuestas. Así se daría continuidad a la idea, pero también se actualizaría. Ese es el equilibrio que buscamos: ofrecer cosas que la gente conozca, y en las que pueda confiar, pero que varíen de contenido, que se rejuvenezcan y evolucionen.
Igualmente, hemos pensado en publicar una revista literaria digital –que quizá en el futuro pueda hacerse también en papel– para dar cabida y eco tanto a los participantes en los talleres de Battersea Spanish que quieran contribuir con sus trabajos, como a escritores españoles e hispanoamericanos reconocidos. Nos gustaría que la publicación mantuviera el espíritu de Battersea Spanish del que ya he hablado: alegre pero estricto, desinhibido pero riguroso.
¿Es liberador escribir en la lengua natal cuando se vive en otra lengua?
No: es protector. Uno se recoge en su lengua como una tortuga en su caparazón o un erizo en sus espinas. El castellano se hace, en mi caso, aún más interior, aún más mío: me envuelve por dentro y define un espacio en el que solo estoy yo. Eso le da una pureza –y también una extrañeza– singulares, que no había experimentado cuando el idioma me rodeaba por entero. La relación con las palabras se intensifica, como si cada una portara un significado más entrañado, una vibración más prístina. Uno se da cuenta, cuando vive en un país en el que su idioma no es el idioma de todos, de con cuánta intensidad esa lengua lo constituye: es su razón y su memoria, la carne de sus sentimientos; es él mismo.
PACO DE LA COBA