Con la publicación de La Cuerda rota (Renacimiento, 2014), José Ignacio Montoto, además de hacerse con el Premio de Poesía Andalucía Joven 2013, parece completar la experiencia creativa emprendida en Diario del fin del mundo (Monosabio, 2012) y Tras la luz (La Garúa, 2013), sus dos últimos títulos. En La Cuerda rota, la voz que asume la responsabilidad del poema es una mujer, voz que se mueve por territorios fronterizos, en esa línea que divide lo narrativo y lo poético, y que tango gusta –y tan bien se ajusta- al presente literario. Una voz quebrada por el ensimismamiento, por dialogar con el acontecer desde un Yo que siempre nos remite al poema. A la poesía.
¿Qué implica este Premio de Poesía Andalucía Joven 2013 dentro de tu trayectoria?
Un punto de inflexión, el fin de un ciclo y el comienzo de otro.
La cuerda rota está estructurada en tres partes, "Prólogo", "La cuerda rota" y "Epílogo". ¿Por qué te inclinas por esa estructura, para reforzar al sujeto poético o la propia poética del libro?
La estructura de este libro viene dada para refrendar la poética del libro. Me gusta mucho dotar de una estructura orgánica a mis libros. El versículo me daba la posibilidad de recrear una historia en torno a esta serie de poemas, así lo concebí desde el comienzo.
En La cuerda rota, la voz que se responsabiliza de narrar los poemas es una mujer. ¿Cómo se trabaja esa otra perspectiva?
Pues con la mayor sutileza posible y sabiendo lo difícil que es la empresa. Han sido años de correcciones y he tenido la suerte de tener al lado a grandes amigas poetas y buenas lectoras de poesía que me han ayudado mucho a la hora de encontrar el tono más adecuado para este libro. Tiene mucho de observación, de leer a muchas poetas y buscar esa voz que me ofreciera la posibilidad de plasmar lo que quería en este momento. Ponerse en la piel del otro, o la otra es un ejercicio que todo el mundo debiera hacer.
El sujeto poético oscila entre la contemplación –de la vida, el acontecer. Del paso del tiempo- y la reflexión en torno a su relación con el mundo, con la experiencia de la vida. ¿La poesía surge o se busca?
Ambas cosas, quizá. Tiene su componente de espontaneidad pero también la búsqueda o la reflexión que sirve de alambique para depurar el poema.
En relación con lo anterior, se narran instantes, recuerdos. Sensaciones. Sin paliativos. Pero todo parece fluir a través de una suerte de introspección. ¿Cómo se trabaja esa sensación?
Escrutando lo máximo posible al sujeto poético. El pedir prestada esa voz femenina, contemplar el mundo con los ojos de otra persona (en este caso una mujer), supone una suerte de canto a la igualdad en el que, con la mayor naturalidad posible, lo importante no es que el poemario lo firme un hombre o una mujer, sino lograr transmitir lo que se quiere. Para ello he intentado experimentar. La experimentación, en este caso se da al comprobar cómo da igual el género del escritor, lo importante es conseguir alcanzar esa sensación de llegar al lector a través del poema, más allá de esa introspección.
La cuerda rota jose ignacio montoto
La poética de La cuerda rota está cargada de simbología, ¿cómo has trabajado este asunto, es decir, cómo has hecho que cada símbolo refuerce el poema en el que está inserto?
A través de un trabajo paciente y sesudo. Este libro intenta aglutinar, gracias al versículo, corrientes simbolistas, románticas, relaciones con las sagradas escrituras y mitos y leyendas enmarcándolos en un escenario contemporáneo. Era importante buscar la conversación entre esas corrientes para alcanzar el resultado final. Hay muchas noches en vela buscando el símbolo preciso e intentando que el artificio fuese el mínimo posible y buscar una cohesión, también ha sido importante no perder pulsión y dotar de swing, de un ritmo natural que el uso del versículo ha conseguido en esta cuerda rota.
¿Y la creación de imágenes?
O recreación de imágenes, diría yo. Es un libro repleto de fotogramas y salpicado de imágenes de una gran plasticidad. He intentado recrear, en muchos casos, atmósferas y ambientes donde el lector se sienta un protagonista más, un cómplice de la historia que va desarrollándose a través de estos poemas.
En este poemario, ¿fue primero memoria, recuerdo?
En este poemario primero es la memoria, segundo es el presente y en un último lugar, digamos, queda el recuerdo.
¿La poesía debe ayudar a mirar desde perspectivas diferentes?
La poesía además de ayudar, debe ser bandera de diversidad, siempre de manera inclusiva. Si bien, es un error diferenciar entre poesía femenina y masculina. Hay poesía, sin más. Lo importante no debe ser el sexo del escritor, lo importante siempre ha de ser su obra.
En Quitamiedos, poema que forma parte del "Epílogo", escribes «Nosotras somos el origen del mundo». En el origen, qué fue primero, ¿mujer o poesía?
Vaya... ¿no son la misma cosa?