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En medio de extrañas novelas; una entrevista a Saldaña París - México

Fuente: milenio.com/

Con 29 años de edad, Daniel Saldaña París publica su primera novela, En medio de extrañas víctimas (Sexto Piso). Proyecto que sale a la luz después de una etapa centrada en la poesía: un libro de poemas propios, La máquina autobiográfica (Bonobos Editores); y una antología de poesía chilena reciente, Doce en punto (UNAM).


Para Saldaña París la definición de ‘extraña víctima’ le remite a la imposibilidad de entender el sufrimiento o la victimización del otro, de establecer un vínculo significativo con la víctima.

Los destinos de los personajes de En medio de extrañas víctimas confluyen en una pequeña comunidad mexicana llamada Los Girasoles, donde les ocurren situaciones absurdas y mágicas, como dedicarse al hipnotismo mutuo para “tratar de atisbar un posible futuro del arte”, dice el autor.

Espectador asiduo y entusiasta del arte contemporáneo, Saldaña París decidió incluir en la novela una referencia a esa fascinación suya y lo hizo de este modo, “un poco disparatado”, apunta él mismo.

¿Es necesario salvar el arte contemporáneo en México?

—No creo que esté en declive el arte contemporáneo mexicano, creo que hay muy buenos artistas. Más bien la crítica suele ser muy burda, hay pocos críticos de arte que hilen fino: pasan de la descalificación total y la negación de todo el arte contemporáneo (que me parece una ridiculez absoluta) al aplauso acrítico. No hay personas que se dediquen a pensarlo de una forma más puntual y más constructiva. Y ésta es la figura que hace falta, más que salvar al arte.

La epígrafe de la novela es una cita del poeta estadunidense Arthur Cravan: «Sobre los bancos de los parques/ En medio de extrañas víctimas/ El poeta viene a sentarse igual que los amputados». Además, uno de los personajes, Richard Fore, está inspirado en él.

—Era boxeador, poeta, crítico de arte… En personajes como Cravan la vida y la obra no están tan separadas, hay una continuidad entre su escritura y su forma de vivir y habitar el mundo. Con esa fusión de vida y arte, lleva al extremo su muerte o su desaparición. En la novela hago un tratamiento ficticio a la versión más extendida de cómo murió Cravan; es una especie de puesta en escena, tiene algo muy dramático, muy literario.

Alguna vez escribiste que Cravan fue el primer poeta punk, ¿a qué te refieres?

—Sus métodos como crítico de arte implicaban parase afuera del salón de ‘Los Independientes’ (una exposición en París) y agarrase a trancazos con alguno de los artistas, acabó varias veces en la cárcel. Era un tipo muy beligerante, no por nada era boxeador, y además algo en su obra me remite a un desparpajo, a una soltura que le puse el adjetivo ‘punk’, quizá por una desviación personal mía. (más info)

¿Existen poetas punks en México?

—Creo que no. No de una forma pura. Lo que sí creo es que la poesía mexicana se ha abierto cada vez más a influencias populares relacionadas con otras disciplinas como la música, las artes visuales y de ahí algo se la ha pegado de punk. O probablemente exista una fauna subterránea en la Ciudad de México de poetas punks con los cuales no tengo ninguna relación. Pero, los poetas que publican en las editoriales más o menos conocidas no son tal cual poetas punks.

Para el joven escritor mexicano, también creador del Método Universal de Poesía Derivada, un poeta no debe marginarse. Todo lo contrario, al menos la poesía que a él le interesa es una poesía en contacto con el mundo en su dimensión social e histórica: “No creo en la visión del poeta aislado en una torre de marfil desde la cual juzga y contempla el mundo”.