La publicación reciente en España y México de las antologías de poesía argentina, La doble sombra y En busca de la felicidad perdida, da cuenta del interés de una tradición lírica reconocida por su diversidad y solidez de sus búsquedas expresivas.
La Doble sombra. Poesía argentina contemporánea con prólogo y selección de los poetas Antonio Tello y José Di Marco, fue editada en España por el sello Vaso Roto; en tanto En busca de la felicidad. 34 Poetas argentinos del mundo, a cargo de Pedro Salvador Ale, es una coedición en México de las editoriales Diablura y Homo Scriptum.
En diálogo con Télam el poeta y crítico cordobés Di Marco se explaya sobre el criterio de la selección de textos, que también reúne a autores vivos residentes en el extranjero como Luisa Futoransky, Osías Stutman y Carlos Vitale entre otros.
Télam : ¿Cómo funciona la antología?
Di Marco: A modo de mapa de la poesía argentina contemporánea, y la profusión y variedad de poéticas que la atraviesan y constituyen. Agrupa la producción de al menos tres generaciones y junto a la poesía escrita en Buenos Aires con la que se origina en el interior; y sobre todo la que se produce fuera del territorio nacional; en España, en México y en Estados Unidos.
T: ¿Podría abundar en el concepto de "identidad híbrida y dinámica" aludida en el prólogo?
DM: Se afirma que la literatura refleja una identidad cultural previa que es estática y homogénea. Nosotros pensamos que la poesía consiste en una operación simbólica que cuestiona, disloca y altera esa supuesta homogeneidad. Esa potencia heterogénea de la poesía -que trastorna los ordenamientos preestablecidos- proviene en buena medida de su discurso polimorfo, múltiple, cambiante. La doble sombra procura mostrar que en la poesía argentina contemporánea esa condición híbrida se activa e incrementa.
T: También admiten un abanico de estilos que si bien se articula a la coyuntura social, no deja de explorar lenguajes de riesgo…
DM: Sí, claro. La diversidad de estilos es el modo en la que identidad mixturada y polifacética se hace artísticamente visible en escrituras que para distanciarse del realismo mimético o de la hoy vilipendiada poesía de compromiso, ejercitan la experimentación vanguardista y de otras que dialogan con la tradición religiosa, incluso mística, o con aquellas que efectúan una inflexión filosófica y mítica.
T: Ustedes dicen que la poesía del mal llamado "interior" fue menoscabada desde el centralismo de la capital que "ocultó históricamente las literaturas provinciales"; ¿sucede hoy?
DM: No sigue sucediendo en el plano de las intervenciones "académicas"; la maltratada antología 200 años de poesía argentina incluye numerosos poetas de las provincias. Es federal y sus limitaciones se deben principalmente a factores inherentes a un trabajo de este tipo.
La selectividad y la exclusión son operaciones que resultan inevitables. El mapa no puede ser igual al territorio. Lo verdaderamente pernicioso para la poesía argentina es el "amiguismo" y el "ninguneo" que se deriva de aquél. O sea: las parroquias, las facciones, el tráfico de influencias.
T: Hay una reivindicación del "poeta exiliado" por la metrópolis, negado en ocasiones en su carácter de "testigo del horror".
DM: Respecto a los poetas del exilio no se dice que sean rechazados por la "metrópolis", sino por ignorancia de la clase poética del país -metropolitana o no- o por cierto sentimiento de negación del horror o de la época del horror. Pero, más allá de esta corrección puntual, lo que "La doble sombra" propone es que esos poetas también forman parte de la poesía argentina contemporánea.
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Por su parte, el poeta argentino radicado en México, Pedro Ale, explica así su metodología de trabajo que incluye textos de poetas fundamentales de nuestra tradición como Leopoldo Lugones a autores de las últimas décadas como Hugo Mujica.
A: Me incliné por la poesía que considero más representativa, más allá del peso de algunos nombres; aquella escritura que tuviera que ver con el principio de una identidad poética diversa, con resonancias, contrastes, ambigüedades ideológicas, visiones opuestas sobre la realidad cotidiana; entre por ejemplo un Girri y un Juan L. Ortiz.
T: ¿Es importante para el compilador poseer pluralidad de criterios y atención a los distintos estilos?
A: Es fundamental un sentido común. Hay poetas que no son de mi agrado, pero les reconozco un compromiso estético, un estilo, una visión esencial de ver el mundo, que de una u otra manera me hace encontrar "la poesía", que al fin es lo único que importa; reconocer otras búsquedas y experiencias donde se pueda sentir esa irradiación que sólo se da cuando se descubre el fuego entre las palabras.
T: ¿Es conocida la poesía argentina en México?
A: Sí, aunque no en la dimensión que se necesita. Podríamos preguntarnos si es conocida la "verdadera" poesía argentina en Argentina, o sólo la llamada "poesía oficial" que no responde más que intereses de grupo, "equilibristas del sistema". Algunas de las voces notables que pueblan la antología En busca de la felicidad perdida son Alfonsina Storni, Jorge L. Borges, Raúl González Tuñón, Dardo Dorronzoro, Enrique Molina, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Leónidas Lamborghini y María Teresa Andruetto.
En tanto que La doble sombra incluye textos de Teresa Leonardi, Diana Bellesi, Susana Cabuchi, Leopoldo Castilla, Leonardo Martínez, Alejandro Nicotra, Rafael Felipe Oteriño, Santiago Sylvester y Alberto Szpumberg, entre una treintena de autores.
Fuente: Télam