Fuente. http://www.ileon.com/cultura/063047/cristina-flantains-sin-belleza-no-hay-poesia-ni-definicion-completa-de-lo-que-existe
La narradora y poeta Cristina Fernández Castro, esto es Cristina Flantains, ha presentado recientemente 'Phi' (Piediciones, 2016), su ópera prima, en León, su ciudad natal, si bien lleva tiempo escribiendo y publicando relatos y poemas en diversas revistas, antologías y suplementos literarios, como 'El Filandón' de 'Diario de León', donde publicara, ya en el año de 1999, su relato 'Bajo la luz de la luna'.
Al siguiente año publicó, en una revista de literatura negra, 'El miedo de Ana', un relato con el que se siente especialmente satisfecha. También, en 2007, el Club Leteo, a través de la "preciosa y cuidada" revista 'The children´s book of American birds', le publicó un relato titulado 'Canción de cuna para Svetan'. Se lamenta Cristina del abandono institucional al que se ha visto sometido el Club Leteo, "a pesar de ser uno de los grupos que mejor y más activos son, culturalmente hablando, de esta ciudad".
Asimismo, ha recibido algunos premios como el de Mejor Autora Leonesa, que le concediera el Ayuntamiento de León en 2002 por su relato 'Nada'. En este mismo año, Cristina Flantains fue finalista en el concurso de 'Relatos de mujer', que convoca el Ayuntamiento de Valladolid, con un relato titulado 'Y de postre: justicia', incluido en una antología con el resto de galardonados y finalistas. Y en el 2015 volvió a resultar finalista con su poemario 'Amanecer' en el I Certamen de Poesía 'La Huella de la Palabra' convocado por Piediciones, la editorial madrileña que ha publicado su libro 'Phi', un título que hace referencia al número áureo, "el más bello de los números formado de infinitos decimales, como son infinitos los sentimientos... Un número que es irracional, como irracional es la poesía", escribe el prologuista de este poemario, el escritor Ramiro Pinto, un número misterioso, "el alma de la forma". Escrito con alma, con el corazón, algo así han llegado a decir sus editores, Puri e Iñaki, de este poemario en verso libre, rememorando una frase de Tagore: "Las palabras van al corazón, cuando han salido del corazón". Acaso no haya otro secreto. A Flantains le brotan de dentro, en todo caso. "Sólo desde el sentimiento es posible entender la poesía", agrega Pinto, para quien la atmósfera de 'Phi' es amor, en diferentes formas, un amor que recorre las tres partes que componen este poemario, a saber, 'La casa de los anhelos', 'Ojalá los tréboles tuvieran cuatro hojas' y 'Danzad, danzad malditos'.
"El poemario Phi de Cristina Flantains es un viaje a la oscuridad, un viaje valiente, que, como todo gran viaje, busca la luz sin concesiones ni préstamos. La verdad, la última, es la encargada de bajar el telón..."
La poeta y narradora Marta Muñiz Rueda, que tuvo a bien presentarlo a mediados de mayo en León, contaba que esta obra tiene reminiscencias y ecos de autores que seguramente han calado hondo en la Cristina lectora (las hermanas Brönte, Jane Austen, Pizarnik o Doris Lessing y otros autores de la llamada poesía pura de los 50, como Gamoneda. "Un viaje a través del deseo, el azar, el tiempo y la muerte", precisa Marta, que ha realizado un estupendo análisis sobre su poemario: "El deseo como fuente de coraje está presente en la primera parte del libro... la segunda representa el amor esperanzado, el deseo de orden y templanza. Y la tercera etapa es una reflexión valiente y sincera sobre la muerte. La muerte física y la espiritual, la muerte del amor, la muerte como renacimiento y como parte de la vida". 'Phi' es, en palabras de Marta Muñiz, "un punto de partida, la medida perfecta e imperfecta de todas las cosas, lo que conecta la belleza y su epicentro... un viaje a la oscuridad, un viaje valiente, que, como todo gran viaje, busca la luz sin concesiones ni préstamos. La verdad, la última, es la encargada de bajar el telón... un viaje interior, intimista y existencial...". Eso es, en definitiva, el poemario de Flantains, que nos muestra algunos poemas como si los viéramos en un espejo. "Cristina ofrece sus latidos al espejo con un lenguaje puro, despojado de retoricismos, y el espejo nos ofrece su imagen devolviéndola al lector de tal manera que este pueda recuperarla y adaptarla a la medida de sus necesidades", concreta Marta Muñiz.
El deseo, el amor, la memoria y la muerte
Cristina, por su parte, reconoce que le gusta la naturalidad de las cosas. "La naturalidad del deseo, de la muerte, del amor, de la memoria... de las cosas de la vida". Y entiende la poesía como metafísica del ser en el sentido de que es, según ella, el momento filosófico que, junto a la ciencia, cierra el círculo que define lo que existe, dotándolo de belleza. "Sin belleza no hay poesía ni definición completa de lo que existe", especifica esta creadora, que se siente muy contenta con el trabajo realizado por Piediciones, porque, en su opinión, no es fácil encontrar una editorial que cuide de los intereses del autor como de los propios. Ni que ponga el mimo y cariño en un proyecto, en el caso de la poesía, que es para un público minoritario... "'Por amor al arte'" parece la consigna de Piediciones, es una consigna para soñadores, claro, y a mí me gusta la gente que sabe soñar", matiza Cristina, que en 2005 también publicara, a través de la Asociación Canal de Literatura, dos artículos, uno sobre Djuna Barnes: 'La maldición de la formidable Djuna Barnes´, y otro sobre Colette: ´La gata en la noche con la luna sobre el tejado'. Conviene recordar que tanto Djuna Barnes como Colette sus dos de sus autoras favoritas.
"Me gusta la naturalidad del deseo, de la muerte, del amor, de la memoria... de las cosas de la vida"
En la actualidad, Cristina Flantains, que no se considera patriota en el sentido estricto de la palabra aunque sí reconoce la generosidad y creatividad de la gente de su tierra y la influencia de su geografía y la cultura de su entorno en su forma de escribir, está con una novela, que quiere terminar para finales de este año. Por otra parte, se ha puesto con su segundo poemario. Y hacia finales de verano, la editorial madrileña Luma publicará la segunda antología de '20 relatos para trayectos cortos' en la que participará con un relato titulado 'Sara'. Asimismo, colabora habitualmente con la Red Social de escritores Netwriters, que abrirá, en las próximas semanas, un grupo de literatura erótica 'Placeres y Perversiones', coordinado por la escritora madrileña Lydia Cotallo (Frida dentro de la Red Social), al que ha sido invitada, y en el que esta "alquimista de palabras" participará, según ella, encantada de la vida.
Entrevista breve a Cris Flantains
"Qué delicioso es amar aunque sea por error"
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
Hay un montón de ellos, de hecho hubo un momento en el pasado que me dije "cuando cumpla los 50: solo releo". Ya los he cumplido, lo que pasa es que no he terminado de leer lo imprescindible. Así que ahora me estoy apurando porque cuando cumpla los 60, ¡ya solo releo! y esta vez voy a mantenerme firme.
No podría decir uno, hay muchos. De vez en cuando me entra como una nostalgia, sobre todo cuando oigo comentar en boca de amigos obras que me han encantado, y es cuando sucumbo a releer. Lo acabo de hacer con 'El retrato de Dorian Gray'... Cada relectura es diferente, cada relectura es una nueva historia. La historia se reinventa sobre el lector, sobre su tiempo, sobre su equipaje. Leer 'El retrato de Dorian Gray' o de cualquier otra obra, con 15, no es el mismo que con 25 o con 50.
Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).
En la literatura, imprescindible. Creo que nadie es imprescindible ni en la literatura ni en la vida. Pero sí hay una lectura inolvidable... por lo perturbadora, comienza así: "Érase una vez un hombre llamado Albinus, que vivía en Berlín, Alemania. Era rico, respetable, feliz. Un día abandonó a su mujer por una amante joven; amó; no fue amado, y su vida acabó en un desastre". ('Risa en la oscuridad', de Vladimir Nabokov).
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
Ni idea.
Un rasgo que defina tu personalidad.
Soy muy cabezota.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
Me gusta la gente curiosa, en el buen sentido de la palabra. Pero sobretodo me gustan las personas que saben respetar y lo hacen con valentía.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
Creo que la política actual española está en sintonía con la política de siempre en nuestro país. No recuerdo una época de mi vida en la que el plantel político haya tenido altura intelectual o moral...
La sociedad. Me gusta la gente, más uno por uno que de ciento en ciento, es verdad. Pero eso no quita para que me guste la gente.
¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?
Estar con mi gente, escribir y leer; por ese orden.
¿Por qué escribes?
Para vivir. Para tomarme la vida sin desperdiciar ni un segundo. Para pensar. Para comprender a mi hermano. Para disfrutar de la gota, del camino, del azul... para que de esta no se desperdicie ni un segundo que pase a mi lado.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
Si haces literatura en ellas, sí.
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
Normalmente leo cosas de calidad contrastada, aunque hay veces que por necesidades del guión leo algún best seller. Depende de detrás de lo que ande en cada momento bebo de unas fuentes o de otras. Machado sobre todas las cosas, Azorín, Unamuno, Baroja, Nabokov, Dostoievski, Chéjov, las Brontë, James Austen, Pizarnik, Colette, Juan Pedro Aparicio, Mestre, Gamoneda, Doris Lessing, Alberto Chimal, Djuna Barnes, Stendhal... la lista no tiene fin.
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
¿Entusiasmo? No. Leo alguno con interés y no siempre los mismos. Creo que es importante no pararse, ni en eso ni en nada, para evitar contaminaciones o contagios.
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
De todos los errores cometidos,
me quedo con los que tienen que ver con el amor.
Qué delicioso es amar aunque sea por error.
Soy culpable, no lo niego, de utilizar
sus palabras para drenarme el alma
las miradas, para vagabundear por los confines del silencio
sin tener que temer, relajados los miembros, casi gozando.
El calor de los labios, para arroparme
en la madrugada fría de este existir sin rendiciones.
¡Qué dulzura el abrigo de sus besos!
Rompo muros para buscarle, no lo niego,
entre los cuatro verbos que me definen
entre los otros cuatro que le definen a él,
entre el vértigo y la prisa, sobre la grupa de lo efímero
con los puños rotos y le gesto crispado.
Soy culpable de buscarle sin tregua, cada instante
a palpas, manoteando el aire como las ciegas...
(Cris Flantains, Phi)
Manuel Cuenya